Ciudad de México, 12 de noviembre (SinEmbargo).– En Brasil se plantearon la posibilidad de retirarle la nacionalidad. Un futbolista que supo vestir la Verde-amarela en dos partidos amistosos decidió jugar para España tras un vaivén de información provocado por el mismo. De pronto, dos selecciones candidatas a ser protagonistas en el próximo mundial, se peleaban entre discursos diplomáticos por Diego Costa. El delantero del Atlético de Madrid es la figura principal de un equipo feroz que ha superado en el inicio de la liga al Real Madrid.
«Ya he tomado una decisión», declaró Costa en un español mezclado con portugués. Los días posteriores estuvieron dedicados a descifrar el mensaje del futbolista utilizando con la ayuda de todos los contactos que los periodistas pudiesen utilizar. La lógica apuntaba a la selección dirigida por Vicente del Bosque. Elegible y dispuesto, la Roja no dejaría pasar una oportunidad de convocar a un atacante eficaz, a pesar del sistema recurrente que sacrifica al «9» natural, por otro medio campista más pensante. Entre la gran baraja de delanteros centros, era un no nacido en la península quien más opciones tenía.
Luiz Felipe Scolari, técnico de Brasil, vislumbró el panorama y declaró públicamente su intención de convocar al futbolista para esta fecha FIFA. A penas en marzo, Costa fue convocado para jugar dos partidos, de los cuales solo disputó 33 minutos en total. Verse a fuera de la lista para la Copa Confederaciones fue un golpe certero para un jugador temperamental que se sintió dolido. La explosión de su juego llega de la mano de la consolidación del proyecto que el Atleti ha armado con Diego Simeone. El argentino, una fiera incansable en su etapa como jugador, le impregnó a su delantero estrella lo suficiente como para explotar.
Diego fue finalmente convocado por Del Bosque después de haber mandado una carta notarial a la Confederación Brasileña de Futbol (CBF) con copia a la FIFA, estipulando su deseo de jugar por España y solicitando que no se le convocará más desde tierras sudamericanas. La decisión tomó un revuelo que fue más allá de lo deportivo. Scolari encabezó la indignación, seguido por varias personalidades deportivas brasileñas. El punto llegó a tal, que se consideró retirarle la nacionalidad. El haber disputado un minuto vestido con la camiseta nacional, aunque sea en un amistoso, era suficiente para ser llamado traidor.
España tiene en puerta dos amistosos para la próxima semana. El campeón del mundo viajará hasta África para visitar a Guinea Ecuatorial y tres días más tarde a Sudáfrica. La posibilidad de ver jugar a Diego Costa como español se ha pospuesto para otra ocasión. Lo que no pudo la diplomacia ni el llamado al nacionalismo, lo hizo la una lesión en el aductor mediano del muslo derecho. Un golpe en último partido frente al Villarreal tumbó la primera oportunidad de ver al atacante vestido de con la roja. Será hasta marzo del próximo año cuando el equipo español enfrente en un amistoso a Italia. El fútbol amante de los tiempos, pudiese dejar a Costa sin jugar el mundial con el campeón defensor.
«Le da la espalda a un sueño», declaró Luiz Felipe Scolari ante la polémica decisión de un baluarte ofensivo que se le iba de la convocatoria. Sin la posibilidad de debutar con España, Costa sigue siendo opción para el «Scratch du Oro». Sin embargo, la postura del entrenador brasileño para sepultar esa opción tras lo que se consideró como algo más que una simple determinación deportiva. «Mi vida siempre ha sido trabajar. Es la selección que me ha dado todo y espero contribuir de alguna forma”, zanjó la polémica Costa. Su última y única opción será el ensayo final previo a Brasil 2014. Un delantero que apostó todo, podría quedarse con las manos vacías.