Ciudad de México, 28 de octubre (SinEmbargo).- Un abuelo de 62 años tiembla nervioso mientras observa con excesiva atención el Ipad que tiene en sus manos. Los nervios se apoderan de él. Un sudor frío que muchos confunden con la adrenalina, recorre su cuerpo cuando la toma enfoca a la banda donde un chico vestido de rojo mira hacia el campo, justo al lado de un árbitro que levanta el indicador electrónico. Peter Edwards sabe que su vida está a punto de cambiar, pero no escucha nada. Sigue observando la pantalla, el chico entra a la cancha con el 17 en la espalda.
Harry Wilson nació en Wrexham, Gales. Tiene 16 años y parece ser que sufrirá el mismo destino que han padecido Ryan Giggs, Craig Bellamy y Gareth Bale. Miembro de la prestigiosa escuela del Liverpool, se convirtió el pasado 15 de octubre, en el galés más joven en debutar con la selección nacional de futbol. Lo hizo en Bruselas, frente a Bélgica por las eliminatorias para Brasil 2014 El dato, en una selección que no tiene brillo internacional, pa.saría desapercibido sino fuera porque supera al crack del Madrid Bale, pero sobretodo porque se escribió una historia bizarra que enorgullece al balón.
El señor Peter Edwards, vio un día a su nieto Harry de ocho meses, intentar patear la pelota que no soltaba para nada. Su juguete favorito era el esférico por el cual se movían las más grandes pasiones del mundo. Un pequeño que aún no caminaba, quería patear un esférico como los hombres que alcanzaba a ver en la televisión. Peter vio todo eso, y un día camino hasta la William Hill betting shop y apostó 50 libras a que su nieto, ese que aún no cumplía un año, jugaría un día en la selección nacional de Gales. La casa pagaba 2,500 a 1.
Wilson entró al campo y el señor Edwards corrió donde estaba su jefe y en ese momento decidió jubilarse. El electricista, ya le había avisado a su patrón que si su nieto debutaba, su renuncia era inminente. En la casa de Peter, su esposa estaba más feliz que el propio abuelo visionario. En un negocio donde se vive más tiempo fuera de casa, por fin la longeva pareja tendrían tiempo para disfrutar de la vejez. Mientras el experimentado Craig Bellamy criticó el debut tan precoz de su compañero, una familia festejaba por algo más que simple simpatía familiar.
A los 12 años, cuando el camino de Harry ya estaba destinado para ser futbolista profesional, su abuelo regresó a la misma casa de apuestas para doblar la cifra. Por regla administrativa, no se lo permitieron. Hoy poco le importa a Peter que acaba de ganarse 125,000 libras por una corazonada. Pasaron 16 años desde aquella proeza. El debut como internacional, no solo alimenta de alegría a una familia orgullosa por su adolescente talentoso, sino que ha dejado una cantidad de dinero importante en la cuenta del retiro.
Harry Wilson entró hace unos meses a la academia del Liverpol. Los Reds vieron un talento considerable para el futuro. Juega bien abierto por la izquierda como lo hicieses alguna vez Gareth Bale. Mientras la prensa galesa está atenta a la evolución de su nueva figura, Peter Edwards ha acordado ayudar a su nieto para trasladarse más cómodo a los entrenamientos. El juvenil, aún no tiene los salarios de las megas figuras. Toda esta historia visionaria, pudo haberse boicoteado si Harry hubieses decidido jugar por Ingalterra, como muchos más lo han hecho. Su fidelidad nacional, ha hecho feliz al abuelo exelectricista.