Adiós a la ex piloto de la Fórmula 1 María De Villota; «tenía que ir al cielo como los ángeles», dice su familia

12/10/2013 - 12:30 am

 

Foto Facebook
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Ciudad de México, 12 de octubre (SinEmbargo).– Cuando se vio en el espejo quedó aterrada. Era la primera vez que se veía después del accidente. En julio de 2012, María de Villota sufriría un grave accidente en el aerómedro de Duxford como parte de un entrenamiento dentro de la Fórmula 1. La ex piloto español del máximo circuito del automovilismo, fue encontrada muerta en un hotel de Sevilla, la mañana de ayer hora ibérica. Entre el lamento general del deporte, una persona que rompió un paradigma de género, fue despedida por familiares y amigos.

Desde Susuka, en los días previos del Gran Premio de Japón, Fernando Alonso terminaba su entrenamiento en el circuito nipón. Cuando se quitó el casco, lo único que escuchó fue la lamentable noticia procedente de Andalucía. Sin perder mucho tiempo, lanzó sus condolencias en Twitter. Otras celebridades hicieron lo mismo, incrédulos por el fallecimiento de la atleta de tan solo 33 años. La incredulidad se apoderó de la información en general, traspasando el aspecto deportivo. Desde el lugar de los hechos, llegaban muy poca información.

Con el paso de los minutos, se supo que los servicios sanitarios del hotel minutos después sin poder hacer mucho por reanimarla. Después de un año doloroso en el que se tuvo que acostumbrar a llevar un parche en el ojo derecho, de Villota ha fallecido sin rasgos de violencia física según la policía española. La muerte de María llegó por sorpresa muy de mañana en un viernes que todavía parecía de verano. La atleta había llegado a suelo sevillano para participar en una serie de encuentros para motivar a distintas personas con su testimonio.

Foto Twitter
Foto: Twitter

«Queridos amigos: María se nos ha ido. Tenía que ir al cielo como todos los ángeles. Doy gracias a Dios por el año y medio de más que la dejó entre nosotros. Fdo. Familia Villota», fue el comunicado que se presentó ante los medios de comunicación. A mediados del año pasado. Un accidente pudo asesinarla y solo le dejo el trauma de perder parcialmente la vista. Corredora por profesión, siguió los pasos de su padre Emilio De Villota, piloto de la F1. A los 16 años ya era uno de los talentos más notables que se podían ver.

Desde aquel 1996 amateur, su nombre ha tenido que ir escalando peldaños. «Esa imagen dice mucho de como soy», recalcó la española luego de verse por primera vez. María De Villota vivía entre los compromisos sociales y su sonrisas. Una mujer de risa fácil se involucró en un deporte dominado por varones. La fórmula 1 la recibió con los brazos abiertos para romper con el mito. Nacida en enero, María ha partido con toda una nación pendiente. Su muerte deja en vida el legado trascendental de una de las mejores mentes en el deporte. En España, lloran incrédulos.

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