Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).– Un juicio que duró 13 años ha llegado a su fin con una resolución que para la fiscalía, es un poco tenue. Sin embargo, para la imagen del deporte español y mundial es una mancha muy difícil de quitar en épocas de diagnósticos favorables en muchas disciplinas en las que participa la nación ibérica. La resolución desnuda un caso de corrupción bajo la estela olímpica de principios de siglo.
Durante Sidney 2000, un equipo paralímpico se convirtió en la sensación. A pesar de estar siempre bajo la sombra de los atletas llamados convencionales, la selección de basquetbol española conquistó el oro con el ferviente apoyo de connacionales entregados a sus nuevos héroes. El viaje de Australia a España, fue el preámbulo de una serie de homenajes por parte de autoridades y aficionados. Un grupo había conseguido su mayor logro deportivo.
Carlos Ribagorda, periodista de la revista Capital y jugador de aquella selección, levantó la piedra de gloria deportiva para dejar escapar un sinfín de irregularidades que determinaron en un escándalo mayúsculo. En el reportaje se dejaba claro que varios de los miembros de aquel equipo exitosos, habían cometido fraude. La Federación Española de Deportes de Discapacitados Intelectuales (FEDDI), habría redactado certificados de niveles de discapacidad falsos.
Junto al Comité Paralímpico Español (CPE), la FEDDI iniciaron una investigación interna mientras el ejecutivo ponía cartas en el asunto. Las organizaciones gubernamentales dejaron claro que el comité organizador australiano, verificó y aceptó las condiciones de los atletas seleccionados para representar a España. Ribagorda reveló que fueron seleccionados varios deportistas sin hacerles pasar ningún control.
Durante la justa, España fue tercera en el medallero general con 107 medallas en total. En lo referente al basquetbol, arrasó a sus rivales. La nueva competencia, con un nuevo formato, distinta al de las sillas de ruedas, se inauguró con un dominio ibérico notable. Con la información caliente en periódicos o en programas de radio y televisión, se inició un juicio que terminó por ser larguísimo mientras se analizaba cada prueba expuesta.
Hace unos días, el gobierno estableció una condena de una multa por 5 mil 400 euros a Fernando Martín Vicente, expresidente de la FEDDI. Los otros implicados, incluyendo a 10 basquetbolistas que no presentaron ningún certificado de discapacidad intelectual, fueron absueltos de toda culpa. El ex dirigente regresará 140 mil euros que recibió el organismo, considerado por la justicia como un fraude. El informe se cierra a pesar de la petición de la fiscalía para una condena tras las rejas. “Cualquiera de esos atletas pudo haber sido olímpico convencional”, zanjaron.