Ciudad de México, 8 de octubre (SinEmbargo).– De niño, corría 20 kilómetros diarios para ir a la escuela. Sin quererlo, sus habilidades de velocista se fueron forjando como un desenvolvimiento natural de su ser. Haile Gebrselassie nació en Etiopía, cuna de grandes maratonistas que llevan la boca entre abierta con los brazos duros en rígido movimiento, con un ritmo asombroso en sus piernas. Él consiguió llevar su nombre a lo más alto del estatus deportivo, gracias a su empeño. A sus 40 años, mientras mucho empiezan a vislumbrar la fecha de su retiro, acaba de dar una muestra de lo que es su vida legendaria.
El domingo pasado, bajo los cielos grises de Glasgow, corrió para dar cátedra. Entre nuevos competidores mucho más jóvenes que él, y con la reputación a cuestas, Haile hizo lo que mejor sabe hacer. Su legado le ofrece al mundo deportivo, una historia digna para recordar. De aquel infante que iba a la escuela hasta este hombre que impone marcas sin importar su edad, sigue habiendo algo en común: La meta. En suelo británico, la media maratón de Escocia, se convirtió en el nuevo artilugio para mostrar. Poco más de 21 kilómetros recorrió con la concentración de un atleta experto.
Con una ventaja de 11 minutos y seis segundos del segundo lugar, en su primera aparición en Glasgow, se coronó ganador de la competencia anual. El medio maratón de Escocia tiene un nuevo récord. Los 61 minutos y nueve segundos que registró Gebrselassie, son una marca imponente para alguien de 40 años que se daba tiempo de contestar entrevistas recién finalizada su participación. Con su inglés que pronuncia cuidadosamente las palabras, sin tanta fluidez, se dijo feliz por el resultado. «Es mi primera vez en Escocia, es adorable».
La media maratón de la capital escocesa, reunió a 23 mil corredores. Entre aficionados y otros entusiastas, una leyenda deportiva puso su sonrisa africana para los lentes de las cámaras que lo buscaban. El doble medallista olímpico en Barcelona 92 y Atlanta 96, mantiene aún la fuerza con la que inició a principios de los 90. Tras anunciar su retiro en 2010 por una inflamación de rodilla, se retractó para continuar con vísperas a las olimpiadas de Londres. El año pasado no se pudo clasificar, pero fue una de las personalidades que llevó la llama olímpica en su recorrido.
El cuatro veces ganador del tradicional Maratón de Berlín, vuelve a ser noticia por su carisma y su talento deportivo. Encumbrado por Adidas en varias de sus campañas, la vida del etíope ha cambiado considerablemente. Dominador de su disciplina, el triunfo escocés hace recordar las hazañas con las que conquistó el mundo. Haile Gebrselassie posee la experiencia y las raíces. Su historia de la infancia ayudó a formar un misticismo alrededor de su persona. Él se encargó de humanizar los tiempos imposibles de atletas de largo recorrido.
La rodilla le funcionó bien. Vestido de amarillo, cruzó la meta sonriendo en medio de los aplausos de la gente reunida. Cuando subió la pequeño pódium, recibió un ramo de flores y alzó la mano. Una generación volvió a recordar esa imagen de un etíope cruzando antes que nadie, con la soltura de quien lo hace por mera rutina. Ya encumbrado, sin la necesidad de ganar terreno, Haile se divierte más que nunca mientras compite por placer. Un palmarés repleto, no se compara con la felicidad de un etíope cuando llegaba a la escuela o, como ahora, cruza la meta.
