Los Ángeles (EE.UU.), 13 sep (EFE).- Twitter finalmente agitó sus alas hasta el parqué neoyorquino donde aterrizó esta semana para preparar su salida a bolsa, una experiencia que se le atragantó a Facebook el año pasado y que la red social de mensajes cortos afronta con las ideas más claras.
Un tuiteo, menos de 140 caracteres, sirvieron a la empresa de San Francisco, California, para anunciar su anidamiento en Wall Street. Un método simple, marca de la casa, que sugiere una plan estudiado y sencillo para transitar el tormentoso proceso de exponerse al escrutinio público.
Twitter prepara su cotización de la mano de Goldman Sachs, y presentó sus credenciales a la Comisión del Mercado de Valores (SEC) en un momento óptimo, cuando sus ingresos crecen con porcentajes de «tres dígitos», según datos de la compañía de investigación sobre empresas no cotizantes PrivCo, y encara su mejor trimestre del año en términos de negocio.
Facebook, sin embargo, «esperó demasiado», explicó a Efe la analista de PrivCo Adriana S. de Lozada, y se le pasó el arroz. Mark Zuckerberg, su cofundador y consejero delgado, resistió todo lo que pudo para dar el paso temeroso de lo que pudiera ocurrir y se equivocó, como él mismo reconoció después.
«Soy la última persona a la que querrías consultar sobre cómo hacer una Oferta Pública Inicial (OPI, conocida en otros países como Oferta Pública de Venta, OPV) para que sea tranquila», comentó Zuckerberg el miércoles en la conferencia TechCrunch Disrupt de San Francisco.
Facebook debutó en bolsa con una valoración de 100.000 millones de dólares, la mayor de la historia para una empresa tecnológica, y se estrelló durante un primer año en el que sus acciones se depreciaron un 30 %. Bache que parece superado a día de hoy y que sirvió de ejemplo para el resto del sector.
Frente al estilo más informal de Facebook, empezando por Zuckerberg que tiene fama de impuntual y que incluso acudió al bautizo de su criatura en Wall Street con su característica sudadera («hoodie» o buzo) y sus zapatillas deportivas, Twitter tiene una impronta más seria.
«Ha construido una historia mucho más madura. Los acuerdos de colaboración que ha hecho (con agencias de noticias y otras compañías) es algo que da confianza a los inversores porque da estabilidad de ingresos para el futuro, mientras que la estrategia de que cuántos ‘me gusta’ se consiguen es como un agujero negro», dijo De Lozada.
Para cubrirse las espaldas, la red social de tuiteos se acogió al amparo de la ley JOBS firmada por el presidente estadounidense, Barack Obama, en abril de 2012 para facilitar la salida a bolsa de las empresas que facturen menos de 1.000 millones de dólares anuales.
Esta regulación permite a Twitter realizar el papeleo de forma confidencial y tratar con la SEC sin ser juzgada por la prensa, analistas o inversores, y solo mostrar sus cuentas cuando vaya a lanzar la OPI (OPV).
Se estima que Twitter ingresará en torno a 500 millones de dólares en 2013, frente a 245 en 2012, y su valoración cuando se presente en bolsa a principios de 2014 podría estar entre los 10.000 y los 20.000 millones de dólares, aproximadamente una décima parte del precio de salida de Facebook, pero más del doble que el de LinkedIn.
La directora de investigación de la consultora Gartner, Jennifer Polk, apuntó hoy que para ganarse la confianza de los futuros accionistas Twitter tendrá que mejorar su integración con otras plataformas, expandir su alcance comercial y perfeccionar los métodos de promoción para que el mensaje llegue al público objetivo. EFE