Santiago de Chile, 10 sep (dpa) – El otrora temido jefe de la policía secreta de la dictadura militar chilena (1973-1990), el general en retiro Manuel Contreras, aseveró hoy desde la cárcel que un millar de detenidos desaparecidos están enterrados en fosas comunes del Cementerio General capitalino.
«Están todos, hay mil, en el Cementerio General, en los patios 9, 12, 24, 25, 26, 27, 28 y 29, en fosas comunes, que fueron entregados al Servicio Médico Legal», sostuvo el ex uniformado, condenado por más de cien crímenes de lesa humanidad.
Desde el mundo de los derechos humanos, la abogada y ex embajadora Carmen Hertz dijo que las declaraciones del militar «son delirantes y obscenas».
«El es un criminal que miente, que siempre miente», insistió la mujer, cuya vida en defensa de los derechos humanos inspiró incluso una serie televisiva en su país.
niega torturas
Por su parte Contreras, quien efectivamente jamás entregó información fidedigna a la Justicia, descartó en su entrevista a CNN que la policía secreta, la todopoderosa DINA, hubiera arrojado cuerpos de opositores al mar.
«La DINA no tenía botes ni helicópteros», sentenció el hombre condenado por ejecuciones y desapariciones masivas.
Contreras, condenado también por atentados terroristas en Washington, Buenos Aires y Roma, afirmó además que él no conoció jamás las violaciones a los derechos humanos y culpó de los excesos al Ejército.
«Yo no di órdenes de hacer desaparecer a nadie», añadió el militar en retiro. «Nunca me han probado nada. Vean los procesos. No me han probado nada», insistió el militar, que no explicó quién enterró supuestamente a los desaparecidos en el Cementerio General.
Asimismo, insistió en la total inocencia de sus hombres. «No hay asesinados ni torturados de la DINA. Cuando se combatía era matar o morir», explicó.
«No morían en los cuarteles de la DINA, en interrogatorios. Jamás. Es falso que haya muerto gente en los cuarteles de la DINA. Eso fue inventado por el señor (juez) Juan Guzmán», ahondó.
No obstante, admitió 50.000 hombres a su mando, muchos de ellos civiles que colaborabancon el régimen. «Delataban voluntariamente a sus vecinos», evocó.
Finalmente, Contreras, quien desayunaba a diario con el fallecido dictador Augusto Pinochet en su época de poder absoluto, aseveró que no morirá en la cárcel.
Contreras, quien organizó la policía secreta de Pinochet a partir de 1974, debió abandonar su cargo luego de que ordenara realizar un atentado explosivo en Washington contra el ex canciller chileno Orlando Letelier, operación rechazada por Estados Unidos.
La DINA, y luego su sucesora, la CNI, estuvieron a cargo de la represión política en Chile, pero también debían autorizar cualquier contratación en el Estado y coordinar el Plan de Guerra Interno, como muestran miles de archivos secretos del régimen revelados por dpa desde 2012.
