Ciudad de México, 2 de septiembre (SinEmbargo).– ¿Dónde están los personajes implicados en el desvío de mil 500 millones de pesos de Pemex a la campaña presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en 2000?
Trece años después del peor escándalo de corrupción nacional en medio de la “transición” de gobierno, los protagonistas de esta historia oscura gozan en la actualidad de una fortaleza inaudita y tienen posiciones privilegiadas en el PRI.
Son piezas clave de la reinstauración del viejo instituto político en Los Pinos.
Francisco Labastida Ochoa, ex candidato presidencial, es el principal consejero de Enrique Peña Nieto en temas energéticos y acaba de aparecer en escena para defender la modernización de Petróleos Mexicanos (Pemex); Carlos Romero Deschamps, quien desde entonces se mantiene como líder del Sindicato petrolero, primero movilizó al gremio en los mítines de campaña de Peña Nieto y ahora es un senador dispuesto a votar a favor de la reforma que abre el sector a la iniciativa privada; y Ricardo Aldana, inamovible tesorero del sindicato, aguarda que la minuta salga del Senado para arroparla en la Cámara de Diputados.
El involucramiento de personajes en el saqueo y con posiciones importantes en el actual sexenio no termina ahí.
Si bien, Rogelio Montemayor, entonces director de Pemex, está inhabilitado por 20 años para ejercer cargos públicos goza de libertad. Y en las confesiones judiciales salieron más nombres. “Se negoció el préstamo con Labastida y también participaron Beatriz Paredes –actual Embajadora de México en Brasil desde donde estudia aquel modelo petrolero– y Emilio Gamboa –actual coordinador de los senadores del PRI–, según declaró Andrés Heredia, uno de los testigos interrogados por la Procuraduría General de la República (PGR) durante las investigaciones.
El caso del que el entonces Presidente Vicente Fox Quesada se valió para decir que en su gobierno caerían los primeros “peces gordos”, extrañamente se fue desvaneciendo ante las autoridades de justicia.
El 24 de octubre de 2003 cuando el juez José Luis Moya dictó la formal prisión a Romero Deschamps por peculado electoral, al estimar que la imputación de la PGR reunía los indicios suficientes para entablar un juicio en su contra. En junio del 2006 un tribunal federal echó abajo la decisión de iniciarle un proceso y libró al líder sindical por falta de elementos. Sin embargo, no fue declarado inocente y dejó a la PGR la posibilidad de aportar nuevas evidencias en su contra para reiniciar el procedimiento, pero ésta ya no lo hizo y en 2011 se sobreselló el asunto.
Curiosamente por el caso Pemexgate, el IFE multó en marzo de 2003 al PRI con 1,000 millones de pesos, imponiendo así la sanción más alta que el Instituto a fijado a un partido político al determinar que recursos del sindicato de Pemex fueron utilizados para financiar a Francisco Labastida.
LABASTIDA TOMA SU SEGUNDO AIRE
Todavía como Senador de la República, Francisco Labastida fue llamado por el candidato presidencial Enrique Peña Nieto para que le asesora en asuntos energéticos. Aceptó. El ex candidato presidencial derrotado en 2000 se quedó como el asesor principal del Presidente electo que recuperaba la Presidencia de la República después de 13 años.
Después de ser el primer priista en perder la Presidencia de la República se había propuesto irse para siempre de la política. Incluso montó el despacho Consultores en Desarrollo y Finanza (Codefi), donde comenzó a tener éxito porque asesoró a gobiernos y empresas. Pero en 2006, Jesús Aguilar Padilla, Gobernador de Sinaloa, pidió hablar con él para proponerle volver a la política como candidato a Senador.
Aguilar había mandado hacer encuestas y el día que Labastida lo visitó éstas estaban puestas sobre el escritorio del mandatario. A pesar de todo lo que había pasado, las derrotas y los escándalos en Pemex,
Labastida era un privilegiado de la popularidad: se disputaba el primer lugar entre los personajes más reconocidos de Sinaloa y con buena calificación. Sólo le ganaba el ídolo del cine de oro nacional: Pedro Infante, oriundo de Guamúchil, muerto medio siglo antes.
–Déjeme pensarlo Gobernador– le pidió tiempo.
–Piénsalo. Ganas sin problemas.
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Labastida estudió economía en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a pesar de que sus padres querían que se entregara a una ingeniería con estudios en el extranjero para que cuando saliera recibiera una empresa que le regalaría la familia y le dedicara su vida.
Tanía 17 años cuando su madre había tomado la iniciativa y lo había inscrito en un colegio privado en San Diego, California, pero al muchacho no le gustó la idea y se opuso al proyecto de su madre. Prefirió venir a la Ciudad de México para hacer sus estudios.
Según contó hace no mucho se propuso ayudar a la gente un día que vio afuera de las fincas de la familia en Sinaloa a las familia comiendo en una piedra y debajo de la sombras de los arbustos. “Y pensé que en las empresas de la familia no lo lograría”, aseguró. Labastida, es nieto de Francisco Labastida, ex Gobernador de Jalisco, Diputado y Senador constituyente, que estaba comiendo en el restaurante la Bombilla con el general Álvaro Obregón cuando éste fue ejecutado.
Tenía todo, pero quiso dedicarse a la administración pública. Fue Gobernador de Sinaloa y tres veces Secretario de Estado, entre éstas la de Energía y Minas durante la administración de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988). Pero como candidato presidencial derrotado se quedó con las ganas de ocupar Los Pinos y transformar el sector energético. Por eso la propuesta de su amigo, el Gobernador de Sinaloa, lo inquieto. Labastida lo consultó con su esposa Teresa Uriarte y ella lo respaldó.
–Lo que me anima a ser candidato a Senador es el tema energético –dijo el priista al aceptar la nominación.
Pensaba que la industria era como un avión en pleno vuelo que de un momento tiene problemas de despresurización y que de tomar las medidas indicadas podría darse una tragedia. Entonces en el Congreso, Felipe Calderón Hinojosa, lo encontró como uno de los principales aliados parta empujar la transformación de Pemex en 2008.
En el PRI, ante el diagnóstico del gobierno Labastida Ochoa, como presidente de la Comisión de Energía, aportó las experiencias de muchos otros países petroleros y dio la cara para defender la necesidad de buscar alguna fórmula para aprobar que Pemex pudiera celebrar contratos con las grandes empresas petroleras que poseen la tecnología usada, para explotar el petróleo, en todo el mundo.
Sin embargo, en el grupo que dirigía la posiciones políticas del PRI, bajo el liderazgo de Manlio Fabio Beltrones, hubo indefiniciones, algunos dijeron que fueron intencionadas para mantener vivo el chantaje que, según numerosos analistas, ejercía sobre el gobierno del Presidente Calderón y el Partido Acción Nacional. Como sea que haya sido, el proyecto de apertura a la industria privada para ir por el petróleo a aguas profundas fue frenado por el movimiento que Andrés Manuel López Obrador hizo en las calles.
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Toda esa experiencia acumulada, Peña Nieto la aprovechó para echar a andar el principal proyecto de su sexenio: la reforma energética. A eso obedece que el domingo antepasado Francisco Labastida Ochoa haya aparecido en el mismo pódium del auditorio Plutarco Elías Calles en el que en el 2000 tuvo que aceptar, entre sollozos la derrota presidencial ante el panista Vicente Fox Quesada.
Aquí se escribió que en esta ocasión sin ningún titubeo en la dicción pero con el pelo más encanecido y los surcos profundos en el rostro, fue el hombre enviado por el Presidente Peña Nieto para llevar a todo el CEN del PRI y líderes de todos los sectores del partido la propuesta de Reforma Energética que pretende modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución.
En la primera fila del auditorio estaba Carlos Romero Deschamps. Con quien Labastida escribió un capítulo de la historia de México, luego de que se descubriera que el líder que controla al gremio de petroleros desde hace 18 años la Procuraduría General de la República (PGR) documentó una triangulación ilícita de más de mil 500 millones de pesos de Pemex para abonarlos al Sindicato de Romero Deschamps y luego usarlos para la campaña presidencial de Labastida.
Pero como para los priistas eso ya lo enterraron, Labastida defendió la modernización de Pemex. “El partido le expresa su solidaridad al Presidente por la iniciativa de reforma, es totalmente congruente con las modificaciones a los estatutos de partido”, dijo Labastida Ochoa a 20 gobernadores del PRI, líderes de todos los organismos que aglutinan a organizaciones populares, obreros, campesinos, jóvenes y mujeres en el país, así como a los coordinadores del partido en el Senado y Cámara de Diputados.
DESCHAMPS SE CONSOLIDA CON PEÑA NIETO
La tarde del 19 de octubre pasado ciento ocho dirigentes de sección y delegados que aseguran representar a más de 150 mil trabajadores de Petróleos Mexicanos se encierran en una sala de juntas en la Ciudad de México y eligen a Carlos Romero Deschamps dirigente del Sindicato de Trabajadores Petroleros para un tercer sexenio consecutivo.
Una mañana le llevó ampliar su liderazgo a Romero Deschamps, un ex intendente del Sindicato, cuya astucia y carácter le permitieron escalar en corto tiempo todos los cargos internos hasta convertirse en el líder máximo y acumular en pocos años una riqueza inexplicable que le permite vivir a cuerpo de rey.
La reelección de este hombre de 69 años se da cuando los senadores del PRI se oponen a incluir el tema de la transparencia y democracia sindical en la minuta de reforma laboral que sus compañeros en la Cámara de Diputados suprimieron de la propuesta original del Presidente Felipe Calderón.
No quieren ni pretenden aceptarlo porque el Sindicato Petrolero, como la mayoría de los grandes sindicatos en el país, hay evidencias de que garantizaron el triunfo presidencial de Enrique Peña Nieto en las elecciones del 1 de julio de 2012.
En abril, durante la campaña presidencial, en el zócalo de la capital de Oaxaca, un cantante sudoroso y colorado que imitaba a Juan Gabriel pedía el voto a favor del PRI a miles de oaxaqueños traídos desde las ocho regiones del estado entre los que también había integrantes del Sindicato Petrolero, de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
Sus líderes regionales –entre estos los que este fin de semana reeligieron a Romero Deschamps– habían guiado a sus afiliados al centro de la explanada con playeras blancas y rojas puestas, así como con cachuchas estampadas con las siglas del aspirante presidencial EPN.
Cuatro horas de camino tardaron en arribar los petroleros de las sección 38 de Salina Cruz a la capital oaxaqueña y tuvieron que caminar poco más de un kilómetro para entrar al centro porque había decenas de camiones estacionados en las inmediaciones. Esa vez el trabajador Ángel Campos dijo que su líder Mario Carlock le pidió un día antes no trabajar y verse a las nueve de la mañana para trasladarse al mitin programado por la tarde.
La misma historia se vio en Tabasco y otras entidades del norte y sur del país, todo gracias al Sindicato de Petroleros, CTM, CROC, SNTE –a cuyos líderes el PRI los hizo senadores– y otros organismos. Ahora que se discute la ley desde el Senado, precisamente donde Romero Deschamps; Isaías González Cuevas, líder de la CROC; Armando Neyra, de la CTM, y Mónica Arriola, hija de Elba Ester Gordillo, se oponen a la reforma.
¿QUIÉN ES ROMERO DESCHAMPS?
Romero Deschamps es un hombre regordete, calvo y de características muy peculiares. Irónicamente sus ojos grandes y saltones en muy rara ocasión suelen sostener la mirada a personas extrañas que se acercan a tratar de conversar con él. Hace no mucho al encontrarlo en el Senado alguien lo abordó para pedirle una entrevista sobre su rechazo a la transparencia sindical y en vez de mirar a los ojos de su interlocutor hizo como si buscara algo en el suelo. Al encontrar la salida contestó que no tenía tiempo y se marchó.
Puede que haya razones para que no dé la cara. Desde hace 11 años quedó al descubierto que maneja en total oscuridad el gremio y su relación con la paraestatal.
Romero Deschamps llegó a la sección 35 del Sindicato Petrolero en Azcapotzalco para auxiliar en labores de oficina, como chofer y mensajero, pero pronto se metió en la grilla y azuzaba a los muchachos a participar en movilizaciones hasta levantar ámpula.
Todavía sus adversarios de la época lo catalogan como un hombre ambicioso e inteligente que hacía lo que quería, pues ni siquiera atendía las indicaciones de su jefe. «A este pinche muchacho apenas le acabo de dar sus primeras comisiones y ya me mandó a la chingada». Juan Díaz Guerrero, integrante de la Coalición de Trabajadores Petroleros, ha recordado que así decía allá por 1970 Héctor González Martínez, líder de la refinería 18 de Marzo de Azcapotzalco.
Como obrero nunca se dejó mangonear –mucho menos lo ha hecho como líder y menos ante el partido que le debe votos–. Quienes trabajaron a su lado han dicho que su codicia lo hizo incluso amante de quien fuera la tesorera del sindicato, Alejandra Michel Triana, una mujer alta y de finas facciones que le hacían verse elegante y sensual.
Demostró su capacidad de líder nato en 1977 cuando fundó el Grupo Renovador de Unidad Sindical. En ese momento contaba ya con la simpatía de miles de sus compañeros que lo apoyaron en la derrota del intento de reelección de Martínez González.
Así, aquel joven que ingresó seis años antes «para hacer mandados», se quedó con el cargo más importante de la sección 35. «Ahora sí Juan (Díaz) llegó el momento de cortar cabezas», le dijo a su compañero en referencia al grupo de sindicalizados que compitieron en su contra.
Díaz Romero, quien de aliado pasó a ser disidente del viejo dirigente sindical, ha contado que Deschamps se ganó el cariño de Joaquín Hernández Galicia La Quina, quien le enseñó los secretos de la política sindical. En él descubrió una desarrollada capacidad que le hizo tomar la decisión de integrarlo al Comité Ejecutivo General del Sindicato de Trabajadores Petroleros.
Pero su avaricia pudo más que el agradecimiento y reconocimiento hacía su mentor político. «Sin prejuicios lo traicionó, cuando el 10 de enero de 1989 el gobierno salinista ordenó el encarcelamiento del máximo representante del sindicato”.
Al día siguiente, Romero Deschamps desapareció. Regresó días después, pero lo hizo como aliado de Sebastián Guzmán Cabrera, a quien se le ve en el gremio como el principal hombre que preparó el golpe contra La Quina por encargo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari –quien también daría vida sindical a la maestra Elba Esther Gordillo–. A partir de ese momento ocupó un cargo en la dirigencia nacional del gremio.
Además las oportunidades siempre estuvieron de su lado, pues el placer de poder de Guzmán Cabrera fue efímero, pero suficiente para desaparecer cuotas sindicales, instalaciones y negocios de acuerdo con diversas denuncias. Guzmán Cabrera enfermó y tuvo que dejar el cargo. ¿Quién lo relevó? Carlos Romeros Deschamps era el indicado.
Hace 11 años, durante el caso Pemexgate, pesaban más denuncias en su contra que años de vida tras su recorrido por las secciones y el comité nacional del sindicato. A la edad de 58 había acumulado más de 100 averiguaciones previas por asesinatos, delitos sindicales, nexos con el narcotráfico, peculado y desvío de recursos que pararon en los archivos de la PGR y Tribunales Colegiados de Circuito.
El discípulo de Joaquín Hernández Galicia enfrentaba además las denuncias públicas como «líder represor» por parte de la disidencia del gremio, que desde hace más de una 20 años lucha inútilmente por sustituirla del sindicato.
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Con un salario de 25 mil pesos y el sostén de una familia a lo que un trabajador de la Ciudad de México puede aspirar es a comprar un modesto departamento con ayuda del Infonavit y un crédito bancario a 15 años, pero Romero Deschamps es dueño de lujosas mansiones en ciudad de México y Cancún, tiene yates, autos deportivos y usa relojes de 18 kilates, de la marca Audemars Piguet, que en Estados Unidos se venden entre 420 mil y 2 millones 100 mil pesos.
En un país que entre los años 2008 y 2010 los pobres aumentaron de 48.8 a 50 millones, la vida de rey de Romero Deschamps también alcanza para que sus hijos viajen a Europa en vuelos privados con todo y sus perros.
Paulina Romero, documentó el periódico Reforma, bebe vinos Vega Sicilia de más de 10 mil pesos la botella.
En su cuenta de Facebook hizo un diario de viaje como “Pauli Rod” y presumió también sus bolsas. Hay una Bolso Birkin de la casa francesa Hermés, en piel becerro con herrajes dorados, cuyo precio según la página oficial de la marca es de 12 mil dólares. “Son las del Superama”, ironizó. En otra imagen muestra una fotografía de un bolso Louis Vuitton Lockit PM Suhali de edición limitada en el 2007 que tuvo un precio de lanzamiento de 51 mil 500 pesos.
Dispuso de fotos donde aparece guapa y sonriente en varios sitios de países europeos. Sus gustos y lujos los comparte con sus mascotas: tres bulldogs ingleses Keiko, Boli y Morgancita que como ella descansan en los salones VIP de Louis Vuitton y en los más prestigiados hoteles de Europa.
La situación de enriquecimiento inexplicable y placeres de Romero Descamps y sus hijos no le ha inquietado a Enrique Peña Nieto y al nuevo PRI que vende la idea de que busca hacer un gobierno con nuevo rostro social y de combate eficaz a la corrupción e impunidad.
–¿Qué piensa de esta vida onerosa de Romero Deschamps y su familia? –le preguntaron al entonces candidato presidencial, Enrique Peña Nieto.
–A Carlos Romero Deschamps lo respetan los integrantes del Sindicato de Trabajadores Petroleros –contestó y no tuvo más palabras.
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En el primer trimestre de este año el Partido de la Revolución Democrática (PRD) entregó a la Unidad de Fiscalización del Instituto Federal Electoral (IFE) nuevos elementos con los que pretende acreditar el vínculo entre el tricolor y el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) por un monto de 500 millones de pesos, a la campaña de Peña Nieto similar al Pemexgate en el año 2000.
‘‘Es de destacar que el préstamo fue recibido por el STPRM el 8 de diciembre de 2011, por lo que al obtener dicha cantidad de dinero (el organismo gremial) formalizó su apoyo a la candidatura presidencial de (Enrique) Peña Nieto, postulado por la coalición Compromiso por México (PRI-PVEM), lo cual se hizo público el 13 de enero de 2012, conducta similar o igual a la realizada en la campaña presidencial de Francisco Labastida, candidato postulado por el Revolucionario Institucional en 2000’’, refiere el documento perredista.
Para estos hombres ningún castigo, ni siquiera se asoma la posibilidad de que en el Sindicato haya transparencia en el manejo de los recursos aún cuando Presidencia quiere modernizar Pemex.