Kazajistán, una nación de 21 años, paralizada gracias al FC Shakhter Karagandy

21/08/2013 - 12:00 am
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Ciudad de México, 21 de agosto (SinEmbargo).- Un pueblo entero está unido gracias a una pelota. En terreno más cerca de Asia que de Europa, un equipo ha logrado aglutinar las pasiones de una nación joven y peculiar que sueña con hacer historia en el primer mundo futbolístico. Ayer, cargados de pundonor, vencieron a un histórico británico para sorpresa de muchos. El entorno no era el lógico, lejos de su sede oficial, el FC Shakhter Karagandy fungió como local mientras el mundo observaba atento.

El Astana Arena es el estadio oficial de la República de Kazajistán. Con sus 30 mil localidades, es el más grande del país donde se llevan acabo un sinfín de actividades deportivas y de entretenimiento. El ciudadano promedio goza del futbol a pesar de no figurar entre las grandes potencias europeas. El deporte más popular del mundo arropa la pasión de una entidad que tiene apenas 21 años de vida.

El 16 de diciembre de 1991, Kazajistán logró independizarse de la Unión Soviética. Fue la última república en hacerlo tras el fracaso del comunismo en el futuro suelo ruso. La joven nación comenzó con reformas significativas en lo político y económico. El país logró de a poco posicionarse en el mercado que comenzó a imperar en el orbe. Con su extenso territorio, su posición geográfica sirvió para construir un punto cultural entre dos continentes.

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La selección de futbol nació de inmediato. La necesidad de generar identidad fue delegada a la pelota. Previo a la Copa del Mundo de 1950, la FIFA decidió excluir a Alemania por lo sucedido durante la segunda guerra mundial. Los alemanes aceptaron el castigo. En lugar de entristecerse, se pusieron a trabajar. Visionarios como pocos, comprendieron el poder que tenía el poder gritar un gol. Cuatro años más tarde, en Suiza, fueron campeones en Suiza edificando el famoso “milagro de Berna”.

El destino de Kazajistán no tuvo los mismos efectos que Alemania consiguió. En un mundo donde las grandes potencias ya estaban establecidas, el futbol ha tardado en dar sus frutos. Este 2013, 21 años después de su libertad social, un club ha levantado la mano. El Celtic de Glasgow tuvo que viajar más de 6,000 kilómetros para disputar el partido de ida por un lugar a la fase de grupos de una nueva edición de la Champions League. Astana, capital de la nación desde 1998, recibió al equipo de Karagandy para hacer una fiesta nacional.

La victoria de los locales por 2-0 le dio la vuelta al mundo en un día donde Milán, Real Sociedad y el Zenit, entre otros, disputaron sus propios cotejos. El logro del club del país euroasiático ha proclamado una nueva historia digna de contar. Con goles de Finonchenko y Khizhnichenko, la ilusión de ser el primer equipo de Kazajistán en Champions está a 90 minutos. Celtic, único equipo escocés ganador de una Liga de Campeones, tendrá que abocarse a su historia para que impere lo lógico. A una semana del compromiso, todo un país pintado de naranaja sueña con un golpe definitivo que los haga entrar a la élite.

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