1. NACIMIENTO SIN GRANDES ESPERANZAS:

Era el invierno de 1978, en un poblado muy pobre al noreste de Filipinas, una pareja de campesinos vio nacer a su primer hijo varón, sería el segundo hermano de cuatro. Aquel matrimonio decidió nombrar al recién nacido como Emmanuel Dapidran Pacquiao. El futuro de aquel niño era incierto, como el de cualquiera en esa comunidad sin recursos; la pobreza extrema y la falta de oportunidades en el poblado de Bukidnon le pronosticaban un destino poco prometedor. Pero, literalmente, a base de golpes ese futuro sería resplandeciente.

 

2. EL PERRO QUE CAMBIÓ SU VIDA:

Pasaron los años, Emmanuel pisó la primaria a la par en que laboró en el campo. Conoció el trabajo duro desde pequeño pero, como cualquier niño, disfrutaba jugar, especialmente con los animales; tanto era su amor por ellos que en una ocasión, cuando tenía nueve años de edad, su perro se perdió y él fue en su búsqueda, no llegó a su casa hasta que regresó con su amigo canino. Ese episodio marcó el rumbo de su destino, debido a que su padre estaba tan molesto y tan preocupado que cuando el niño llegó, en un acto de furia mató al perro, lo cocinó y se lo comió. Pacquiao estaba destrozado y dejó todo atrás: la escuela, la siembra de hortalizas y a su familia; partió a General Santos, la ciudad más cercana. Allí trabajó en las calles vendiendo dulces y haciendo pequeños mandados.

 

3. LAS CALLES, SU PRIMER GIMNASIO:

Las calles fueron su segundo hogar y su primer gimnasio, pues las riñas se convirtieron en un asunto recurrente para él. A los 12 años se trasladó a Manila y fue entonces cuando pisó por primera vez un gimnasio profesional: su objetivo era poder vengase de su padre. Sin embargo, los entrenadores encaminaron su enojo y descubrieron el gran talento que Emmanuel Dapidran Pacquiao poseía. En 1995, con 16 años de edad, entonces apodado “El Diablo Tagalo”, hizo su debut como boxeador profesional y fue ahí cuando su realidad comenzó a cambiar; por una parte, el gobierno filipino le pagaba la vivienda y la alimentación y, por otra, su carrera como púgil crecía con gran expectativa.

Uno tras otro los oponentes de Pacquiao fueron cayendo, dando paso a los títulos y al éxito. Con 47 kilos (peso minimosca), sus primeras peleas tuvieron lugar en locales pequeños; pese a eso logró atraer la atención de Vintage Sports, una empresa de boxeo.

 

4. EL ARRANQUE A GRANDES BOLSAS:

Su peso aumentó de 106 a 113 libras antes de ganar su décimo segundo combate contra Rustico Torrecampo, por nocaut en el tercer round. Pacquiao no se había ejercitado antes de la pelea. También lo forzaron a utilizar guantes más pesados que Torrecampo, lo que ponía a Pacquiao en desventaja.

Poco después de la pelea con Torrecampo, Pacquiao llegó a 112 libras y ganó el título de Peso Mosca del Consejo Mundial de Boxeo contra Chatchai Sasakul en el octavo round. Lo perdió después, en su segunda defensa, contra Medgoen Singsurat, vía nocaut en el tercer round, en un combate llevado a cabo en Nakhon Si Thammarat, Tailandia. Técnicamente, Pacquiao perdió el título debido a que sobrepasó el límite de peso de 112 libras (51 kilogramos).

Después de perder con Singsurat, ganó peso e ingresó a la división de Peso Supergallo de 122 libras (55 kilogramos). En esta división obtuvo el Campeonato Internacional de la CMB, el 18 de diciembre de 1999, entonces en poder de su compatriota Reynante Jamili y defendió ese título en cinco ocasiones. Fue hasta el 23 de junio de 2001 cuando ganó el Campeonato Mundial en esa categoría contra el campeón de Peso Supergallo de la IBF Lehlohonolo Ledwaba. Pacquiao llegó a la pelea como último reemplazo y ganó la lucha por nocaut técnico, en un combate realizado en el MGM Grand Las Vegas.

La siguiente pelea fue por la unificación CMB-FIB de esa categoría contra el entonces campeón mundial del CMB, Agapito Sánchez, pero su intento se vio frustrado cuando el combate debió detenerse y declararse empate técnico, luego de que Pacquiao recibiera dos cabezazos. Después de esta pelea Pacquiao expuso su cetro IBF y lo retuvo en tres ocasiones más, antes de subir nuevamente de peso.

 

5. LA CONSAGRACIÓN:

Manny “Pacman” Pacquiao es actualmente el campeón de Peso Welter de la Organización Mundial de Boxeo (WBO). También es antiguo campeón del mundo de Peso Superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (WBC o CMB), campeón del mundo en Peso supergallo de la Federación Internacional de Boxeo (IBF o FIB) y campeón del mundo en Peso Mosca del Consejo Mundial de Boxeo. También ganó títulos de The Ring en pesos Pluma y Superpluma. Actualmente está clasificado por la revista The Ring como “el boxeador número uno del mundo libra por libra”.

 

6. SUS TRES ÚNICAS DERROTAS:

El “Pacman” sólo ha sido derrotado en tres ocasiones. La primera fue en 1996 en Filipinas, contra el Rustico Torrecampo, quien en el tercer asalto derribó a Manny. El 17 de septiembre de 1999 peleó contra el tailandés Medgo en Singsurat, de igual forma el actual campeón del mundo perdió el título mundial de Peso Mosca del CMB al tocar la lona en el tercer asalto. Por último, el 19 de marzo de 2005, el mexicano Érik Morales le ganó el título internacional superpluma del CMB, con decisión unánime en el Grand Garden Arena de Las Vegas. Hasta el momento esas son las únicas tres derrotas de un total de 58 peleas, lo que demuestra el poderío y el entrenamiento duro que ha seguido para corregir las fallas.

 

7. SÍMBOLO DEL ÉXITO:

Actualmente, Manny Pacquiao es el rostro de un pueblo, del boxeo y de diversas marcas, gracias al éxito que se forjó a base de tenacidad para superar la desgracia. Nadie hubiera pensado que aquel niño nacido en una familia campesina y pobre, se convertiría en uno de los deportistas más reconocidos en el mundo, eso sin mencionar la fortuna que ha logrado amasar. Al principio, el “Pacman” Pacquiao se prestaba para anunciar productos de limpieza, medicinas, alimentos, ropa, telecomunicaciones e incluso anuncios de propaganda para apoyar a un político filipino. Posteriormente vinieron las grandes firmas, las grandes sumas. En 2007, por ejemplo, Manny firmó un contrato millonario para actuar en la cadena GMA Network.

 

8. LA POLÍTICA, SU PRÓXIMO GOLPE:

Pacquiao ha dicho que se incorporará a la política después de que termine su carrera en el boxeo, aunque ya en 2007 se postuló para representar al primer distrito de Cotabato del Sur en el Congreso de Filipinas; esta vez fue derrotado por Darlene Antonino-Custodio. Su oponente acumuló 139 mil 061 votos, mientras que Pacquiao tuvo 75 mil 908 votos.

Ese mismo año, el mejor boxeador del mundo anunció otra postulación para el Congreso, pero rápidamente cambió de idea, lo que asombró a sus fanáticos y al pueblo filipino. Pacquiao insistió en participar en una pelea de boxeo profesional, pero se vería inmerso en un conflicto legal con respecto a su campaña política, especialmente porque la función de box fue televisada por todo el país. Muchos especialistas han comentado este caso y la gran mayoría llegan a una conclusión: que Manny se dedique al boxeo. No obstante, en septiembre pasado, cuando Pacquiao visitó la Ciudad de México, aseguró que en 2016 se postulará para vicepresidente de Filipinas.

 

9. FREDDIE ROACH, SU GURÚ:

Manny Pacquiao es dueño de su propio éxito y su talento para el deporte pugilístico no se puede poner en duda. Sin embargo, no todo el crédito es del filipino, pues tras su enorme figura existe mucha gente que lo apoya y lo guía. Freddie Roach, su entrenador, ha logrado convertir al “Pacman” no sólo en un gran boxeador, sino en uno de los mejores de todos los tiempos. Roach fue un boxeador de gran trayectoria y ahora incluso padece Mal de Parkinson; no obstante, ha logrado que Manny pelee con dos manos, y no con una como antes, y que pueda moverse mover las piernas para adelante y para atrás, además de mejorar su control de pies en el ring.

Es claro que la relación de Pacquiao con su entrenador no sólo es deportiva, ambos han encontrado un lazo difícil de romper. Por eso Freddie Roaches es una pieza fundamental en los logros y en la vida del mejor pugilista del mundo.

 

10. SU MAYOR VICTORIA:

Manny ha comentado que la mejor victoria que ha conseguido en su vida son sus cuatro hijos. Pese a que mantiene a su familia alejada del foco de las cámaras, el púgil filipino siempre está al pendiente. Su esposa, Jinkee Pacquiao, lo acompaña en ocasiones en las peleas, reuniones, fiestas o viajes largos. El “Pacman” no duda en mostrar su lado paterno y afirma que por ellos haría lo que sea. El mejor “libra por libra” reconoce que “boxear no lo es todo, la vida no se acaba en esto”.