Ciudad de México, 10 de agosto (SinEmbargo).- En 1995, Dave Whelan compró al Wigan Athletic, un equipo de tercera división inglesa con la promesa de hacerlo llegar lo más pronto posible a la Liga Premier. El ex jugador y dueño de JJB Sports, afrontó el reto con mucha paciencia. Tuvieron que pasar diez años para un proyecto pudiera volverse realidad. En 2005, la ciudad de Wigan vivió la magia de la que es considerada la mejor liga del mundo. El salto de calidad de equipo chico a uno de competiciones europeas, tardó 3 años en llegar.
Roberto Martínez fue de los primeros futbolistas españoles que llegó a Inglaterra cuando los ibéricos no salían mucho de su confort. Recién llegado a Wigan de Whelan, se convirtió en un referente para ir logrando los ascensos necesarios en la búsqueda de la máxima gloria británica. Lejos del glamour y el nivel de la principal categoría, se adaptó a la pequeña ciudad que empezaba a ilusionarse con el juego del foráneo. De a poco, se empezaba a hablar en otro idioma distinto dentro del rectángulo verde. En 2005, fue elegido como el mejor jugador en la historia del pequeño club en una votación hecha por los socios del club.
Tras su retiro en 2003, luego de un paso previo como entrenador del Swansea, llegó en 2009 al club que le abrió las puertas inglesas. En tres temporadas, el estilo de juego del club azul llamó la atención de toda la isla. Con mucho ritmo, abogando por tener el balón y tocar a ras del suelo, lograron cierta reputación. La pasada temporada, su equipo sufrió una bipolaridad histórica. Con grandes argumentos, tomaron la FA Cup con mucha seriedad. La pequeña escuadra fue avanzando rondas sin hacer tanto ruido hasta que se toparon en la final con el poderoso Manchester City. Un gol en los últimos minutos, les dio la copa más prestigiosa y antigua del futbol británico.
Mientras tanto, el paso en la liga tenía nerviosos a los fieles aficionados. Sin lograr los resultados esperados, acorde con lo que planteaban en cancha, se sumergieron en una racha negativa que se convirtió en una loza muy pesada para cargar. La debacle estaba destinada mientras se gozaba en la competición coopera. La ilusión de la copa ganada, provocó un vuelco emocional para intentar salvarse en la última fecha. El compromiso, tan complicado como la situación en sí, ponía al Arsenal como contrincantes. La derrota por goleada condenó al Wigan a la segunda división profesional, con boleto asegurado para la próxima Europa League por haber conseguido la copa. Algo que solo había pasado en dos ocasiones en toda la historia del futbol inglés.
Este domingo, el Wigan vivirá un partido raro por las circunstancias. La Community Shield, trofeo que se disputa entre el último ganador de la Premier League y el campeón de la FA cup, vestirá de gala a Wembley para que Manchester United enfrente al recién descendido. Los Diablos Rojos, uno de los equipos más poderosos del mundo, tiene todo a su favor para conseguir su primer título a los que aspira este año. Con la marcha de Alex Ferguson por retiro, aunado a la ausencia de Roberto Martinez, fichado por el Everton, cierta melancolía habrá en el ambiente sin los dos personajes que lograron llevar a sus equipos a esta instancia.
Un plantel con importantes modificaciones, las que deja siempre perder la categoría, jugará por el premio que hasta hace unos meses lograron conseguir bajo el estilo de un hombre que estaba identificado plenamente con la grada. La magia del futbol inglés, esa que no tiene otra liga, vuelve a presentarse en el primer partido oficial de esta temporada 2013-2014. Un pequeño que supo vivir una celebración de equipo grande, frente a un gigante del planeta. Con la lógica pidiendo espacio, los pronósticos se muestran favorables al equipo de Manchester dejando un pequeño lugar a la expectativa que la pelota en suelo británico.
