“Medidas preventivas”: Lista de embajadas EU cerradas revela enigma

08/08/2013 - 7:47 am

Por Johannes Schmitt-Tegge (dpa)

 

   Washington, 8 ago (dpa) – En Yemen crece la alarma terrorista y Estados Unidos hasta cierra su legación diplomática en el pequeño estado de Islas Mauricio.

Si uno colocara en un mapamundi un alfiler en cada ciudad en la que Estados Unidos cerró temporalmente su embajada o consulado se podría presumir que los estadounidenses quieren congelar sus relaciones con la mitad del mundo árabe.

Las legaciones diplomáticas desde el noroeste de África pasando por sobre toda la península árabe hasta Bangladesh, en el sur de Asia, fueron cerradas sin vacilar.

Mientras que en la capital de Yemen, Saná, rige el máximo nivel de alerta, no queda claro si las presuntas amenazas de terroristas islámicos trascienden las fronteras de este país ni en qué medida.

El Departamento de Estado norteamericano ordenó la semana pasada cerrar 22 embajadas o consulados en 17 países. ¿Se trata de un temor justificado, es alarmismo o es una maniobra de distracción?

Hay gran cantidad de especulaciones sobre el significado exacto del peligro, indicaron observadores del “think tank” estadounidense StratFor. “En la mayoría de los casos, esas amenazas no se hacen realidad”, afirmaron.

También la advertencia de evitar viajes a ciertos países, que propagó miedo entre los ciudadanos y turistas estadounidenses que se encuentran en el extranjero, es menos dramática que lo supuesto: la recomendación rige desde 2001, el año en que ocurrieron los atentados contra el World Trade Center de Nueva York y el Pentágono, en Washington. En general, es renovada cada seis meses.

También el diario “The Washington Post” calificó de “teatro de seguridad” algunos de los cierres de embajadas y consulados, mientras que muchos de ellos plantean dudas.

Si bien existe una clara tendencia a cerrar con cerrojos las legaciones diplomáticas en países mayoritariamente musulmanes, como lo demuestra un estudio del instituto Pew de 2010, está claro que, en apariencia, el mayor peligro emana de la península árabe.

¿Pero qué amenaza de terroristas islámicos existe en países del este de África, como Ruanda o Burundi, donde según las estadísticas de Pew sólo un dos por ciento de la población es musulmana?

Al mismo tiempo, diplomáticos en países convulsos como Irak o Afganistán regresaron rápidamente de nuevo a su trabajo.

Y la legación en Pakistán, donde desde hace años germinan células de terroristas de Al Qaeda, ni siquiera fue cerrada.

¿Y por qué, embajadas y consultados en Argelia, Mauritania y Bangladesh volvieron a cumplir sus tareas habituales, mientras que otros en países menos amenazados como Madagascar o el pequeño estado insular de Mauricio, en el océano Índico, deben permanecer cerrados hasta el sábado?

También los periodistas en Washington que asisten a las conferencias de prensa diarias en el Departamento de Estado intentan formar con las piezas del rompecabezas de las embajadas un cuadro que tenga sentido, pero con escaso éxito.

Constantemente, los portavoces de la Casa Blanca y del Departamento de Estado reiteran que se tomaron “medidas preventivas” y que debido a peligros reales, Estados Unidos tiene “mucho cuidado”.

La historia muestra que Washington cierra sus representaciones en el extranjero más bien en exceso.

En 1999 cerraron las legaciones diplomáticas estadounidenses en seis países africanos. En diciembre de 1998 fueron 38 edificios los que fueron cerrados en África y los empleados fueron trasladados preventivamente a sitios seguros.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no quiere volver a cometer el error de detectar amenazas terroristas demasiado tarde, como ocurrió en el ataque contra el consulado de Estados Unidos en la ciudad libia de Bengasi, en el que murieron cuatro estadounidenses, entre ellos el embajador Chris Stevens.

Estados Unidos se recuperó sólo lentamente del trauma terrorista tras los atentados del 11-S y vuelve a revivirlo cuando ocurren atentados como el perpetrado en el maratón de Boston.

Para los empleados de embajadas y consulados vale que no deben perder la calma ante las alertas.

En una entrevista con la revista “Foreign Policy”, un diplomático estadounidense lo dejó claro: “Aperturas, cierres y evacuaciones son una parte esencial de la vida en el servicio en el extranjero”.

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