Ciudad de México, 8 de agosto (SinEmbargo).- Michel Platini fue un jugador elegante que le puso pundonor a su talento. El francés brilló con la Juventus de Italia donde le dio un toque de frescura al Catenaccio establecido como forma de ver el futbol. Visionario, puso sus habilidades al servicio de una pelota. Tras su retiro, se involucró en la parte dirigencial de su deporte amado hasta alcanzar la presidencia de la UEFA en 2006. El primer mundo futbolístico tenía a un hombre que demostraba pensar lo mismo con la cabeza como lo había hecho con sus pies.
Con gran astucia ha logrado volver a regularizar la cantidad de jugadores no comunitarios en las ligas europeas. Fiel al romanticismo de toda la vida, se opuso siempre al uso de la tecnología en exceso argumentando que las equivocaciones arbitrales forman parte del juego. Con la tarea pendiente del mercado de jugadores menores de edad al viejo continente, fue en 2011 cuando una iniciativa suya propició la creación del premio al mejor jugador de la confederación. El galardón tiene como objetivo, además de reconocer a un futbolista, hacer partícipe a la comunidad periodística.
La temporada 2011-2012 tuvo su primera edición con Lionel Messi como ganador. "La Pulga" ganaría también un nuevo balón de oro confirmándose como el mejor jugador del mundo. El premio de la UEFA era una antesala para saber quién sería el futbolista dominante del año. Muchas críticas recibió este galardón que muchos creían que sobraba. En 2012, Iniesta fue el mejor jugador de Europa, los especialistas y apostadores, apuntaron a que por fin el manchego tendría su justa recompensa al serle entregado meses después el premio máximo que entrega la FIFA. Para sorpresa de todos, Lionel Messi ganó su cuarto balón dorado, rompiendo con el pronóstico.
Esta edición, el premio tiene tres finalistas. Dos han encumbrado el deporte más popular del mundo desde sus habilidades conquistando hasta el más inaudito rincón donde algún niño con la camiseta de Messi juega futbol frente a otro que usa la de Cristiano Ronaldo. Los dos astros dominan los sentidos de millones de aficionados que se entregan a idolatrarlos dependiendo sus formas de ser. El argentino que muchos ya comparan con Maradona, tiene el hábito de mostrarse sencillo en público generando carisma. El portugués se siente a gusto con los flashes y la persecución mediática, algo que otros tantos sueñan con tener.
El tercero es el francés Franck Ribery. Un velocista nato que tiene el don de manejar bien la pelota con los dos pies. Pieza clave del Bayern Munich campeón de la Champions League, el 7 del conjunto bávaro no posee el carisma de los dos monstruos que acaparan las miradas, pero tiene el palmarés perfecto durante este año futbolístico. El equipo alemán ganó todo lo que jugó, completando la triple corona. Su juego pasó por encima del Barcelona, considerado como el catedrático de los últimos tiempos. Desde la parcela izquierda, cerrando hacia el centro del campo para encontrarse con su perfil, Ribery se ganó el derecho para estar en esta terna.
Messi ganó la liga, rompió un record histórico de goles y siguió inspirando niños. Cristiano fue el máximo goleador de la Champions League, mientras se consolidó aún más como un referente histórico del Real Madrid, a pesar de no haber conseguido ningún título en medio de la tormenta que armó José Mourinho desde el banquillo. El premio será otorgado el próximo 29 de agosto mediante una votación hecha por periodistas nativos de los países miembros de la UEFA. Distintos argumentos, diferentes formas de ver al futbol, determinarán al mejor del viejo continente. Ribery, justo competidor que ganó todo, tiene a su favor la estadística frente a la revolución del juego que sus contrincantes han armado en los últimos años.
