Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).- En 2009, Diego Armando Maradona era técnico de la Selección Argentina de futbol. Uno de los mejores jugadores en la historia estaba al mando de un equipo que siempre es protagonista, en gran parte gracias a lo que había realizado como jugador. Las eliminatorias fueron un proceso complicado. La albiceleste no encontraba el funcionamiento adecuado que se esperaba por parte de todo el mundo futbolístico. En busca de soluciones, Diego volteó hacia México convocando a uno de los mejores extranjeros de nuestra liga. Christian Giménez, ídolo de Cruz Azul, se enteró de la noticia con considerable incredulidad.
En Cruz Azul es referente máximo. Es el único que se ha ganado los aplausos de una afición dolida e inmersa en fracaso tras fracaso. El 10 azul tiene un talento poco visto por estos lares futbolísticos, capaz de entender los tiempos de un partido, pero sobretodo es un jugador que sabe aparecer en tiempos adecuados donde su técnica marca diferencia. A sus 31 años, es una figura en suelo mexicano después de nueve años de su llegada vía Veracruz donde coincidió con Cuaúhtemoc Blanco conformando una dupla que aún se recuerda en el puerto.
América y Pachuca fueron escalas antes de arribar a una institución ávida por gloria deportiva. Esa que los de antaño supieron vivir en los 70's y que se la pasan contándola a sus hijos para explicarle el por qué de sus sentimientos a pesar de las derrotas consumadas que han calado hondo en el sentimentalismo deportivo de sus seguidores. Ser de Cruz Azul es reconocerle a el "Chaco" Giménez su esfuerzo como perdonándole que aún no les haya dado un título de liga tras cuatro años en el club. Hombre de discurso franco, nunca se escondió de los cuestionamientos volviéndose casi un portavoz en tiempos de lamentaciones.
El amor de su afición era evidente. Por eso cuando la Argentina lo convocó para los partidos eliminatorios frente a Colombia y Ecuador, los cruz azulinos se alegraron también deseándole lo mejor. Chaco estuvo en el predio de Ezeiza entrenándose vestido con la indumentaria de su país natal. "Nadie te ha regalado nada, sigue jugando igual", le dije Maradona cuando llegó. Giménez no jugó un solo minuto de aquellos compromisos rumbo a la Copa del Mundo. A su regreso declaró estar feliz por la experiencia y que no dejaría de luchar por un futuro llamado. Chaco no volvió a ser requerido.
Tras perder la final de una forma trágica frente a América, volvió a dar la cara. El talentoso medio campista cumplió en este julio con los requerimientos necesarios para obtener la nacionalidad mexicana. En una curiosa coincidencia, el Tri de Chepo de la Torre vive una crisis profunda en su estilo de juego sin un jugador que sea capaz de generar una pizca de buen futbol. La noticia del trámite burocrático de Giménez generaron un mar de rumores sobre un posible llamado a futuras convocatorias de la selección mexicana con miras a la parte decisiva de la eliminatoria.
En las últimas horas, la noticia sobre la confirmación de la convocatoria de Chaco, recorrieron las redes sociales. La noticia que está a la espera de la confirmación oficial se ha convertido en un secreto a voces. Cuando Maradona le confirmó el llamado para Argentina, Chaco dijo haber llorado por 40 minutos. El debate sobre los naturalizados vuelve a surgir evocando "el amor a la camiseta" que pudiera sentir el líder de Curz Azul. Al preguntarle sobre la posibilidad de vestir la camiseta mexicana, Giménez aclaró que sería un honor y un gran desafío. Así, sin llanto de por medio.