Ciudad de México, 5 de julio (SinEmbargo).- Steffi Graf, mítica tenista alemana que dio cátedra con raqueta en mano durante los 90´s, se acerca a Sabine Lisicki previo al partido que disputará frente a la polaca Agnieszka Radwanska, por un lugar en la final de Wimbledon. La joven alemana escucha a la que durante mucho tiempo fue su ídolo. Graf sabe la importancia que tiene coronarse en ese césped sagrado que ha hecho leyenda a muy pocos. Lisicki trata de concentrarse sin perder el asombro por quien tiene de frente.
El partido ameritaba una motivación como esa. Radwanska, la mejor rankeada de las cuatro semifinalistas, tenía dolores en sus piernas debido a sobrecargas musculares pero que sea la número 4 del mundo le daba fuerzas para buscar la gloria del All England Club. En medio de la melancolía por no ver a Serena Williams, amplia favorita, la rama femenina se ha renovado con nombres en busca de la constancia de la élite. Wimbledon es un buen paso para entrar a esos lares donde muy pocas logran mantenerse.
Sabine, que supo eliminar a Williams, sufrió lo que hay que padecer en estas instancias si se quiere trascender. La motivación de Graf sirvió de mucho en la joven que nunca perdió la concentración a pesar de la fortaleza mostrada por su rival que aguantó el dolor de sus piernas en busca de lo que vino a buscar. Era una oportunidad única para las dos. La polaca, finalista el año pasado, quería su revancha, la alemana deseaba estar en el marco finalista para dejar de ser promesa. Lisicki pudo con un partido largo y venció a la favorita (6-4, 2-6 y 9-7). Sabine lloró emocionada, con el aliento pidiendo descanso.
Su rival será una francesa que tras seis años vuelve a situarse en la antesala de la gloria que solo Wimbledon da a quien soporta el trayecto duro de la superficie resbaladiza y veloz. Marion Bartoli llegará a la cita mucho más descansada que la alemana. En poco más de una hora venció a la belga Kisten Flpkens (6-1,6-2) que no supo contrarrestar sus dolores de rodilla mientas su rival le tiraba pelotas imposibles de contestar si no se está en un estado físico impecable. La francesa entendió las ventajas que tenía y sin especular, hizo lo que ha venido haciendo las últimas semanas para ser la favorita en el partido final.
Lisicki y Bartoli disputarán una final de jugadoras que no están dentro del Top Ten del ranking mundial de la WTA. Con argumentos sólidos basados en fortaleza mental, las dos contendientes engalanarán la disputa de uno de los torneos más emblemáticos del mundo tenístico. Este 2013, la edición de Wimbledon ha sufrido tantas calamidades de retiros y sorpresivas victorias. Al final, habrá una campeona que no tiene en su palmarés ningún triunfo en un Grand Slam.
El All England bautizará a una nueva jugadora que acaparará los micrófonos y cámaras de ahora en adelante. Bartoli, 15 en el escalafón, tiene la experiencia de haber vivido los momentos previos. Esta vez será favorita frente a la 24 del mundo que rompió pronósticos con su temple que impresiona aún más que su golpeo de pelota. El césped gastado en la línea de fondo, dará su última función en la rama femenina. Una nueva campeona pondrá su nombre entre las grandes. La historia espera.