Serena Williams, la arrogante tenista, corta una racha de 34 victorias consecutivas al despedirse de Wimbledon

02/07/2013 - 12:30 am

 

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Ciudad de México, 2 de julio (SinEmbargo).- Fiel a la excentricidad de sus formas, Serena Williams declaró en muchas veces que el circuito femenino le parecía aburrido. De una especie distinta, el físico portentoso de la menor de las Williams es una arma que ninguna otra jugadora tiene en el profesionalismo. Basado en eso, el juego de Serena se afianzó con el talento entrenado. Su golpeo de pelota era preciso y veloz. Con la confianza plena, Williams domina el tenis femenino sin muy poca resistencia.

Tras conseguir su segundo Roland Garros en su historia este 2013, la temporada de césped británico llegaba para acompañar a Serena quien ha demostrado su mejor versión en esta superficie. La ganadora de cinco títulos en el All England Club, llegó con la vestimenta blanca moderando sus tradicionales trajes multicolores. Ayer, con sus uñas llamativamente decoradas, tomó su raqueta en los octavos de final de una nueva edición del Grand Slam más antiguo del mundo. En frente, una alemana con un servicio potente la esperaba.

Sabine Lisicki es la número 23 del ranking mundial de la WTA. Es su saque su arma principal. Ese que la llevó a disputar las semifinales de Wimbledon en 2011. En esta edición, su camino se cruzó con el de Serena en plena forma. Con una racha de 34 victorias seguidas, la lucha encarnecida por un lugar en cuartos de final comenzó con una sorpresa mayúscula debido al errático juego de la estadounidense que reflejaba la frustración en sus gestos perdiendo el primer set.

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El descanso entre sets, le dio la calma necesaria para recobrar la memoria de su juego. El segundo set mostro esa versión de Serena que ha seducido a todos los analistas expertos mientras apabullaba a la que se le ponía enfrente. Dominó de principio a fin con Sabine incapaz de responder el ciclón que se le venía encima. Concentrada, sin una pizca de euforia desmedida, el segundo set del partido fue para Williams perdiendo solo un punto. Tras el susto inicial, parecía que la racha se seguiría prolongando.

De rasgos finos, la alemana engalana cualquier cancha que pisa con su presencia para después demostrar que no es solo una cara bonita. Cuando toma la raqueta para sacar, uno de los servicios más potentes del circuito de mujeres salen desde la fuerza de su brazo. Este lunes la fortaleza mental fue un atributo vital para acaparar las paradas de los diarios que cubren la acción de Wimbledon. Perdiendo 3-0 en el set definitorio, frente a la mejor del mundo, Lisicki jugó concentrada provocando errores en Serena mientras su saque seguía haciendo daño. El gesto relajado de la estadounidense comenzó a endurecerse mientras veía como se le iba la oportunidad de seguir caminando hacia el título.

Al adiós prematuro de Roger Federer, se le une el de Serena. Los dos grandes favoritos no pudieron con la presión del suelo veloz y resbaladizo del All England Club. La jugadora que se aburre por momentos enfrentando a mujeres, solicitó la oportunidad e competir frente a los varones. La ATP se lo prohibió. Hoy Serena pierde una racha importante de victorias consecutivas además de la posibilidad de su sexto título británico. Frente a una alemana que lloró de alegría tras el punto ganador. Wimbledon tiene nuevos favoritos, la arrogante Williams se ha ido temprano dándose cuenta que el circuito femenino, no es tan aburrido como lo pensaba.

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