Ciudad de México, 31 de mayo (SinEmbargo).– Ernesto Espinoza Lobo, dueño del “Heaven After”, habría sido el autor intelectual del “levantamiento” de 11 jóvenes tepiteños en la Zona Rosa el domingo pasado, de acuerdo a los resultados de las primeras investigaciones.
Los cabecillas del grupo de Tepito conocido como La Unión estaba en el antro –al frente de ellos Jerzy Ortiz Ponce–; distribuían drogas en el lugar y ello sería la causa de que fueran sacados y desaparecidos posteriormente. Por eso el pleito, se dice.
Con ello, quedaría descartada la versión de que fue un enfrentamiento interno entre los líderes de La Unión, como se había manejado inicialmente. También confirmaría que el caso está vinculado al crimen organizado, lo cual fue negado en un principio por las autoridades capitalinas.
Aún más: desde la tarde de este viernes, en el barrio de Tepito, circulan fotografías donde se observa a los jóvenes ahora desaparecidos dentro del antro. En un VIP (un privado) aparece un sujeto sin camisa. Se investiga como el directamente responsable de decirle al grupo armado quiénes sí deberían subir a las camionetas y quiénes no.
El dueño del antro, Espinoza Lobo, desapareció después de que los tepiteños fueron subidos a las camionetas. Hasta esta noche no aparecía.
Según las investigaciones, los líderes de La Unión son Víctor Hugo Hernández Gómez, “El Sanguinario”, y su hermano Armando, “El Ostión”; Judith Camarillo y la familia Raymundo Ramírez. José Moctezuma, alias “El Muerto”, hace honor a su apodo: falleció hace tiempo.
Ortiz Ponce es hijo de Jorge Ortiz Reyes, “El Tanque”, quien está en una prisión en Chihuahua purgando una de 23 años. Era el líder más importante y temido del barrio bravo.
¿Y LAS CÁMARAS?
Lo cierto es que a casi una semana de que se cumpla la desaparición de 11 jóvenes en el bar “Heaven After” de la Zona Rosa en la Ciudad de México, no existe una clara línea de investigación –que hagan pública las autoridades– sobre lo que pasó ese día en el número 27 de la calle Lancaster.
Los familiares de los siete hombres y las cuatro mujeres –entre ellos un menor de edad– originarios de Tepito exigen se haga justicia a sus familias. Reclaman: ¿Por qué no se revisan las cámaras de vigilancia alrededor del antro?
Leticia Ponce, madre de Yerzy Ortiz Ponce, solicitó a las autoridades que se muestren los videos de las cámaras de videogilancia, colocadas en las inmediaciones de la Zona Rosa.
“No sé a quien están encubriendo, hay 19 cámaras”, dijo al salir de la reunión que sostuvieron esta tarde con el subprocurador de Derechos Humanos de la Procuraduría General de la República (PGR), Ricardo García Cervantes.
El titular de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, Rodolfo Ríos, se comprometió con los familiares de las 11 personas desaparecidas a mostrarles los videos que registraron las cámaras del C-4.
“No han visto los videos, les comentamos el contenido de ellos y con el compromiso de que van a verlos”, dijo después de la reunión que sostuvo esta tarde con ellos.
El Procurador reconoció además, en el programa nocturno de Ciro Di Costanzo, que una línea fuerte de investigación vincula al dueño del bar.
No es la primera vez que los familiares han hecho la petición de revisar las cámaras. Ayer, después de reunirse con autoridades de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, insistieron en la revisión de las cámaras. Aseguran que un grupo de hombres armados y encapuchados ataron a los jóvenes, lo subieron a dos camionetas y se los llevaron.
El Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera ha negado esa versión. Para el mandatario capitalino simplemente no se cuenta con información para hablar ni de un secuestro ni de un «levantón».
Las familias dicen que esa versión sería confirmada si se pusiera a disposición del público los videos grabados por las 19 cámaras identificadas por ellos.
“No hay nadie que haya hecho una afirmación de que alguien hubiera entrado por medio de la violencia o que se hayan visto armas o que se hayan visto vehículos. Todavía no tenemos ninguna declaración en ese sentido”, dijo Mancera en declaraciones a los medios.
En una revisión de 12 horas de material grabado por las cámaras del C-4 en las zonas cercanas al bar, las autoridades capitalinas dicen que no encontraron ninguna evidencia de las camionetas o el supuesto comando que se habría levantado a los jóvenes.
Los encargados de este Centro de Mando aseguraron a la prensa capitalina que revisarán todo el material de video de las más de 11 mil cámaras que se encuentran distribuidas en la Ciudad de México para tratar de ubicar algo parecido a un convoy sospechoso.
Pero no es la primera vez que el Centro de Comando, Control, Comunicaciones, Cómputo, Inteligencia, Integración, Información e Investigación (C-4), que cuenta con 8 mil 88 cámaras de videovigilancia ubicadas en todos los puntos estratégicos de la ciudad y 3 mil 400 en las instalaciones del Metro, es puesto en duda.
En el operativo policiaco implementado durante el 1D, en la toma de posesión del Presidente Enrique Peña Nieto, este sistema inaugurado por Marcelo Ebrard y con una inversión de 460 millones de dólares, no sirvió para esclarecer las detenciones arbitrarias que efectuaron agentes de la Secretaria de Seguridad Pública del Distrito Federal.
Tuvieron que ser las grabaciones de los propios jóvenes que se manifestaron ese día las que dieron cuenta de las detenciones que realizaban policías capitalinos, más tarde reconocidas como arbitrarias por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF).
“Gracias a esas decenas de videos y fotografías que circularon en las redes pudimos comprobar las detenciones arbitrarias y sacar a nuestros compañeros de la prisión”, comentó entonces Alfredo Lecona, uno de los voceros del Movimiento universitario. “Esas imágenes fueron nuestra garantía para obtener la libertad”.
La policía capitalina detuvo en un inicio a casi 100 personas. De ellas, a 69 se les inició un proceso judicial por “ataques a la paz pública” y fueron recluidos en prisión. A la semana, 56 fueron liberados por falta de pruebas y 14 permanecieron detenidos durante 25 días en total. Luego fueron puestos libres bajo fianza y aun permanecen bajo proceso.
Ahora, con este nuevo revés para la administración de Miguel Ángel Mancera los anuncios hechos por las diferentes autoridades dejan más dudas que respuestas.
Corporaciones tanto capitalinas como federalas han negado una y otra vez haber realizado un operativo policiaco en esa zona y en ese día.
Tanto Mancera como la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF) han dado versiones encontradas sobre los hechos. Por un lado, niegan que se trate de un caso relacionado con el crimen organizado, pero por el otro manejan que fue un ajuste de cuentas… como los que realiza el crimen organizado.
La PGJDF filtró a la prensa que dos de los desaparecidos son hijos de Jorge Ortiz Reyes, ‘El Tanque’, y Alejandro Sánchez Zamudio, ‘El Papis’, detenidos y sentenciados por su participación en una organización delictiva dedicada a la extorsión y el narcomenudeo, que operó en Tepito entre los años de 1998 y 2003.
Asimismo la Procuraduría capitalina precisó que por lo menos tres de las personas que estaban en el antro, cuentan con antecedentes penales.
Aún así, las autoridades de la ciudad insisten en que la desaparición (se niegan a llamarlo “secuestro”) no están relacionados al crimen organizado.
UN ESCÁNDALO INTERNACIONAL
La desaparición de 11 jóvenes en la Zona Rosa del Distrito Federal se ha convertido en un tema de la prensa internacional, que este día reseña detalles del caso, considerado por las autoridades como “atípico” y desvinculado por el Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, del crimen organizado.
Medios de Estados Unidos como Huffington Post, Los Ángeles Times, National Public Radio o The Washington Post; y europeos como El País, The Irish Times o Belfast Telegram, entre otros, difunden el caso en sus ediciones de este viernes. Todos resaltan que se trata de una desaparición en masa justo en el corazón de la capital mexicana, y detallan la falta de información precisa sobre los hechos. También reseñan que entre los 12 desaparecidos hay cuatro mujeres pero además un menor de edad que estaba en el antro a pesar de tenerlo prohibido.
“Aunque no están claros los motivos del ataque, los residentes de Tepito dijeron que ha habido una ola de secuestros de jóvenes en los últimos meses que podrían estar relacionados con las actividades del crimen organizado. Tepito es el centro de las actividades del mercado negro de la ciudad, donde las armas, las drogas, los bienes robados y de contrabando se venden ampliamente”, dice, por ejemplo, la nota delWashington Post.
“Los secuestros masivos son raros en la Ciudad de México, pero son comunes en algunas partes del país donde operan carteles de la droga y están luchando con bandas rivales por el territorio”, agrega.
El diario español El País, por su parte, habló por teléfono con uno de los jóvenes que supuestamente lograron escapar. Contra la versión insistente de que policías estarían involucrados en el “levantón”, el entrevistado dijo que fueron civiles y confirmó que se trató de un secuestro:
“Nosotros llegamos al antro a las nueve. Como a las 11.30 de la mañana yo estaba sentado en un sillón. Sonaba música electrónica. El dueño del antro apaga la música y nos dice que va a haber un operativo y que en 20 minutos tiene que tener a todo el mundo fuera. Mis amigos salieron y yo me quedé retrasado para despedirme de los meseros. Cuando llegué a la puerta de salida desde dentro vi a gente vestida de civil, armada, corriendo hacia mis amigos. Yo no salí a la calle. Los meseros empezaron a correr hacia arriba del antro por las escaleras y yo los seguí. Llegamos a la azotea y nos brincamos a un edificio abandonado que hay al lado. El antro tiene un edificio abandonado a cada lado. Nos escondimos en ese edificio una hora y media. Allí estuvimos tres amigos de Tepito, dos meseros y una chica. Luego bajamos otra vez a la puerta del antro y estaba cerrada con candado”.
Un familiar anónimo entrevistado también por El País dijo que sus esperanzas de recuperar a su hermano sano y salvo son relativas: “Depende de quiénes sean los que se los llevaron. Si son policías unidos a una mafia, no creo que aparezcan”.
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