Ciudad de México, 3 de mayo (SinEmbargo).– El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama dijo que un "nuevo México" está emergiendo, en el que los ciudadanos se están plantando contra la violencia y la impunidad.
En un discurso ante cientos de jóvenes en el Museo Nacional de Antropología, Obama pidió dejar de lado "viejos estereotipos" en la relación bilateral.
"Veo a un México que está tomando el lugar que le corresponde en el mundo", dijo.
En un discurso que empezó en español con un saludo a México "lindo y querido", el mandatario aseguró que la modernidad "no está fuera de nosotros, sino dentro de nosotros", parafraseando al premio Nobel mexicano Octavio Paz al dirigirse a los jóvenes como "los creadores y constructores" del progreso y la prosperidad del país.
En su cuarta visita a este país como Presidente estadounidense, Obama dijo que "es hora de reconocer nuevas realidades, incluyendo el impresionante progreso en el México de hoy", y es momento de dejar de lado a los que solo ven el México "de la violencia", así como a los que piensan que Estados Unidos trata de "imponerse" en la relación bilateral.
"Veo a un México que está profundizando su democracia. Los ciudadanos están en pie y diciendo que la violencia y la impunidad no son aceptables. Una prensa valiente trabajando para que los líderes rindan cuentas", destacó Obama.
También anotó que millones han salido de la pobreza en México, que "se ha unido a las filas de las economías más grandes del mundo" al convertirse en la primera nación latinoamericana en entrar en el G20.
"Somos dos naciones soberanas que debemos trabajar juntas en el interés y respeto mutuo", agregó.
Obama reiteró el "firme apoyo" de su país a las "ambiciosas reformas" emprendidas "para hacer a la economía mexicana más competitiva y a sus instituciones más responsables".
Dijo también que no cree que la legalización de las drogas "sea la respuesta" contra la violencia y "tanto sufrimiento" en México, al reiterar además su compromiso con "reformas de sentido común" en Estados Unidos para que las armas no caigan en manos de personas peligrosas y salvar así vidas en ambos países.
"Mientras tanto, vamos a seguir aumentando la presión sobre los traficantes de armas que traen armas ilegales a México", prometió.
Por otro lado, el mandatario reconoció que en su país se ha fortalecido con las "contribuciones extraordinarias" de los inmigrantes de México y de los estadounidenses de origen mexicano, que "enriquecen" a ciudades como la suya, Chicago.
"Sin el gran apoyo de los hispanos, incluyendo muchos mexicano-americanos, yo no estaría ante ustedes hoy como presidente de Estados Unidos", declaró entre aplausos.
El sistema de inmigración que existe hoy en Estados Unidos "no refleja nuestros valores", afirmó al defender la necesidad de aprobar una reforma migratoria y su decisión de suspender el año pasado las deportaciones de cientos de miles de jóvenes que llegaron indocumentados a su país cuando eran niños.
"Por encima de todo", la reforma migratoria que estudia actualmente el Senado estadounidense "da a millones de indocumentados una vía para ganarse la ciudadanía y soy optimista sobre que, después de años de intentos, finalmente la vamos a sacar adelante", aseguró Obama.
La seguridad fronteriza debe seguir fortaleciéndose, a su juicio, pero la solución "a largo plazo" para el problema de la inmigración ilegal es "un México próspero y que crece, que crea más puestos de trabajo y oportunidades".
"Juntos podemos lograr más", exclamó Obama en español.