México, 28 Feb. (Notimex).- Al menos 30 por ciento de trabajadores que laboran en las casi 200 mil oficinas públicas y privadas de México padecen enfermedades asociadas a mala ventilación natural y de higiene, reveló un estudio de especialistas inmobiliarios.
La directora de Mercadotecnia de Grupo Xtra, Liliana Silva, señaló en entrevista que en el análisis se detalló que en los centros de trabajo denominados «edificios enfermos» sus ocupantes padecen irritaciones de ojos, nariz y garganta, sensación de sequedad en membranas, mucosas y piel, ronquera y respiración dificultosa.
De igual forma pueden sufrir eritemas, comezón, hipersensibilidades inespecíficas, náuseas, mareos y vértigos, dolor de cabeza, fatiga mental o elevada incidencia de infecciones respiratorias y resfriados.
En entrevista mencionó que nada hay que delate estos centros de trabajo «a simple vista», pues arquitectónicamente son «preciosos», supuestamente funcionales y muchos de ellos incluso ostentan premios por su diseño «pero están enfermos y contagian a quienes trabajan en ellos».
Agregó que muchas veces se trata de edificios de cristal que generan reflejos sobre los ojos o las pantallas de las computadoras, sistemas de climatización cerrados y temperaturas estandarizadas para toda la planta, con lo cual «unos se asan de calor mientras otros se hielan».
«En los escritorios pegados a los ventanales el aire acondicionado cae directamente en la espalda de algunos y los otros deben contentarse con la luz artificial que siempre permanece encendida», refirió el especialista.
Precisó que en la zona metropolitana de las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey, donde existen más empresas, se concentran más malestares propiciados por la mala ventilación, descompensación de temperaturas, cargas iónicas y electromagnéticas, partículas en suspensión, gases y vapores de origen químico y bioaerosoles.
Mencionó que desde 1982 se detectaron una serie de síntomas patológicos que se atribuyeron a los edificios, pero ahora se recrudecen los efectos entre los trabajadores de oficina.
Explicó que quienes permanecen en una oficina «enferma» ocho horas al día durante cinco días a la semana, suelen desarrollar alergias que de manera misteriosa desaparecen al abandonar esos sitios, aunque en general los síntomas se suelen confundir con gripes o resfriados, dolor de cabeza, sinusitis, congestión, mareos, náusea, cansancio, irritación de los ojos, la nariz y la garganta.
Para determinar que son padecimientos contagiados por una oficina «enferma» es necesario confirmar que varios empleados sean afectados simultáneamente o si hay una persistencia no razonable, explicó.
Silva comentó que las oficinas enfermas tienen algunos elementos químicos como formaldehído, polvo o fibras de compuestos orgánicos, dióxido de carbono, monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono o biológicos como bacterias, hongos, esporas, toxinas o ácaros.
«En muchos casos esas oficinas son por algunas características físicas como iluminación, ionización, ruido, vibraciones, temperatura, humedad relativa o ventilación, aunque tradicionalmente se asocia la enfermedad de las oficinas a factores sicosociales como estrés, ansiedad, agresividad contenida y contagio psíquico», abundó.