Ciudad de México, 16 de feb (SinEmbargo).- La lucha en contra de la represión, la exclusión y la falta de recursos económicos, son las batallas que diariamente los líderes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) libran en la región del Bajío mexicano para lograr sus metas en la campaña de afiliación que emprendieron en enero, dicen los representantes en la zona.
Estados como Jalisco, Guanajuato y Querétaro gobernados históricamente por gobernadores y alcaldes panistas y priistas, son terreno difícil para el movimiento de izquierda que intenta abrirse paso como la otra opción, pues sus líderes sufren hostigamiento por autoridades municipales y en algunos casos exclusión en municipios de extrema pobreza.
En Querétaro por ejemplo, dice Sinuhé Piedragil Ortiz, presidente del Comité Estatal de Morena, se afiliaron gracias a módulos errantes en las plazas y jardines públicos alrededor de 2,000 personas para cumplir con la meta anual de 20,000 militantes para ese estado.
Pero conseguir a estos afiliados tiene su precio, asegura Piedragil Ortiz; además de que los brigadistas del movimiento trabajan los fines de semana con recursos que salen de sus bolsillos, deben enfrentar a las fuerzas políticas que se dividen el poder entre familias conocidas del Partido Acción Nacional (PAN) y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la entidad.
En la zona de la Sierra Gorda, en los municipios de Peñamiller, Jalpan y Landa de Matamoros los líderes locales que afilian simpatizantes al movimiento, sufren de exclusión de programas sociales por parte del gobierno, señala Piedragil.
Mientras que en León, Guanajuato, los representantes de Morena que colocan módulos en las plazas públicas padecen de intentos de desalojo constante por parte del municipio, indica Ernesto Prieto Ortega, coordinador de Morena en ese estado.
“Se acercan policías vestidos de civiles diciendo que nos quitemos, que no tenemos permiso. Que si queremos estar ahí, tenemos que pagar dinero como si estuviéramos vendiendo algo en la calle”, narra Prieto Ortega.
En Guanajuato, la meta de afiliación para el año es de 42,000 y en lo que va de la jornada apenas son 1,300, un poco menos de lo que se esperaba debido a la falta de recursos, pues carecen, por ejemplo, de una casa que funcione como sede estatal.
Una situación similar se vive en Jalisco donde van 3,000 afiliados de una meta de 70,000 para 2013, cantidad que está por debajo de las expectativas planteadas en un inicio, señala Humberto Ortiz, presidente del Comité Estatal de Morena en el estado.
El motivo principal se debe a la falta de recursos para movilizar a los dos grupos de brigadistas que viajan por los 125 municipios y para pagar la renta mensual de la sede del movimiento en la entidad.
“Ahorita está llegando a Autlán una brigada y otra a San Juan de los Lagos, se acaban los recursos y se regresan para hacer reuniones, hablarles a los amigos y juntar otra vez dinero para seguir”, relata Ortiz.
Entre los municipios más avanzados en el proceso de afiliación están: Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan, Puerto Vallarta, Arandas, Lagos de Moreno y La Barca.
La mayor parte de los simpatizantes en la región del Bajío son jóvenes y población de clase media, coinciden los representantes.