México, 7 Feb. (Notimex).- El libro «Vórtices viles», de Ruy Feben, ganador del Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2012, fue presentado la víspera en la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, con los comentarios de Karen Chacek, Alberto Chimal y Arturo Vallejo.
El volumen, se dijo durante la velada, responde de manera insólita a una serie de preguntas inverosímiles del autor, a través de pasajes de personajes como los «guara-bototí», una tribu del desierto conformada por exiliados de la sociedad, o un vecino ruidoso poseedor del secreto de la vida eterna. Todo, claro, es ciencia ficción.
A decir del autor, «supe que esto era un proyecto de cuentos y no una cadena de sucesivas narraciones inconexas después de tres cosas. La primera: Dediqué dos años, previos a esta colección, a hacer un proyecto de micro ficciones que me dejó la necesidad de carreras más largas, más hondas.
«La segunda: Sobreviví los meses más difíciles de mi vida casi intacto; léase ese ´intacto´ con las grafías de lo milagroso. La tercera: Escribí bajo pedido cuatro de los cuentos de esta colección, por lo que ninguno de ellos se publicó en la antología que le correspondía, al menos no en su forma final», advirtió.
Ruy Feben, seudónimo de José Rodrigo Díaz Martínez, supo entonces, y sobre todo después de leerlos de corrido, que no se trataba de narraciones aisladas, sino que compartían varias cosas.
De inicio, subrayó el autor, una: Esos primeros cuatro cuentos eran la narración larga y honda (obsesiva) de la expiación de tiempos horribles que no ocurrirían nunca.
En cuanto decidió escribir esta colección de cuentos, asignó restricciones a todos ellos. Serían de ciencia ficción, terror o fantasía, tendrían una estructura espiral que provocara que cada cuento, y siendo el infierno de un personaje en particular, pudiera extrapolarse como explicación amplia de la realidad.
«Todos estarían narrados como un texto intencionado y necesario para la vida de cada personaje: En vez de terceras personas omniscientes, escribiría cartas, grabaciones, discursos, confesiones, acaso algún monólogo interno. Todos, finalmente, incluirían un espacio cerrado dentro de la narración», anotó.
En los agradecimientos de su obra ganadora, el autor nacido en la ciudad de México el 2 de julio de 1982 cita a Alberto Chimal, Bernardo Fernández (BEF) y Pepe Rojo, «porque con sus libros de la librería Eureka, me obligaron a escribir por vez primera».
A la fecha, sus cuentos se han publicados en «Guardagujas», «Parteaguas» y en la antología «Sensacional de grumetes!». Gusta de hacer reportajes, crónicas y entrevistas para diversas revistas de gran circulación.