México, 15 Ene. (Notimex).- En el Distrito Federal se ha incrementado el número de solteras y solteros en edad adulta que viven en el hogar de sus padres, lo que ha hecho que aumente el interés por explorar las tensiones que genera la situación en ese segmento de la población.
Olivia Tena Guerrero, del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, emprendió el estudio de varios casos; lo que le ha permitido evaluar y, a la vez, confrontar los valores que intervienen en la decisión de padres e hijos adultos para establecer la convivencia familiar de ese tipo.
Al entrevistar a mujeres solteras en edad adulta, sin hijos, que aún vivían con sus padres, advirtió tensiones particulares que analizó como conflictos de tipo moral.
En un comunicado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) aclaró que no obstante, «al hablar de éstos hay que entender la disyuntiva entre el deber ser y el deber hacer; entre la tradición y la modernidad que los cambios sociales demandan».
Una observación recurrente de la socióloga fue que solteras adultas de diferentes edades permanecen con su madre y, de este modo, se establece entre ellas una relación de solidaridad que puede devenir en codependencia.
«En algunos casos la progenitora, por miedo a que la hija se vaya, le impone prohibiciones, como no darle libertad de movimiento o tomar decisiones por ella, que bien podrían definirse como actos de violencia que, por cierto, experimentó la madre en su vida personal»,. expuso.
Otro aspecto que arrojó el estudio fue el papel económico que juegan las solteras y solteros en edad adulta si se quedan a vivir en el hogar paterno.
«Suponía que ellos asumían el papel de proveedores, porque ésa es una de las demandas sociales a la masculinidad; el hallazgo fue justo lo contrario: frecuentemente, si proveen, lo hacen a petición de la familia, mientras que las mujeres con ingresos se han convertido en las jefas económicas de su hogar», señaló.
Es decir, «ellas se ven obligadas por el deber ser, en tanto que los varones no lo ven así», explicó.
Otra vertiente del trabajo de Tena Guerrero consistió en desmitificar la idea de que las mujeres en edad adulta que permanecen en el hogar son anormales.
«El hecho de que se queden solteras no implica ninguna patología, aunque desde la visión tradicional se piensa que enfrentan situaciones anómalas porque no cumplen con una norma», comentó.
Advirtió que para entender el fenómeno de la soltería, que cada día crece más, es necesario darle el valor específico a las dificultades económicas que enfrentan, sobre todo, ellas.
«En la mayoría de los casos, no tienen solvencia económica para poner un departamento y vivir solas», agregó.