Miles de trabajadores de limpieza, controladores de tráfico y de mantenimiento efectuaron diversas huelgas de un día en junio y julio. Hay programadas más huelgas para la semana entrante en los trenes a nivel nacional y en la red de transporte en autobús y metro de Londres.
Por Jill Lawless
LONDRES (AP) — Miles de operadores de trenes en Gran Bretaña no se presentaron a trabajar el sábado en una huelga relacionada con la paga, seguridad en el empleo y condiciones laborales, dejando sin servicio gran parte del país.
La paralización ferroviaria es la más reciente en una serie de huelgas que han comenzado a proliferar entre los trabajadores británicos que exigen un considerable aumento salarial para compensar las alzas de los alimentos y los combustibles.
La huelga de 24 horas de los miembros de la Sociedad Asociada de Ingenieros de Locomotoras y Bomberos paralizó los trenes en las rutas más importantes, entre ellas los trayectos principales entre Londres y Escocia y los de usuarios alrededor de la capital.
Quienes trabajan los fines de semana, los aficionados de futbol que querían asistir a partidos y las familias que deseaban ir a la playa ante la ola de calor figuran entre las personas que tuvieron que cambiar sus planes.
Este ha sido un verano con alteración del transporte en Gran Bretaña.
Miles de trabajadores de limpieza, controladores de tráfico y de mantenimiento efectuaron diversas huelgas de un día en junio y julio. Hay programadas más huelgas para la semana entrante en los trenes a nivel nacional y en la red de transporte en autobús y metro de Londres.
Las disputas se centran en la paga, condiciones laborales y seguridad del empleo en momentos en que las empresas ferroviarias británicas enfrentan dificultades para adaptarse al cambio de hábitos para viajar y desplazarse —quizá para siempre— debido a la pandemia de coronavirus.
Los trenes cubrieron casi mil millones de viajes en Gran Bretaña en el último año hasta marzo, en comparación con los mil 700 millones en los 12 meses previos a la pandemia, y las compañías buscan reducir costos y personal después de dos años en que se mantuvieron a flote gracias a la financiación de emergencia brindada por el gobierno.
Los sindicatos acusan al Gobierno conservador de Gran Bretaña de impedir a las compañías ferroviarias mejorar sus propuestas. Las firmas ferroviarias son de propiedad privada pero están estrictamente reguladas en el país.
