Por los altos costos de mantenimiento y falta de transparencia en recursos locales, las plantas tratadoras de aguas residuales municipales tratan menos volumen de la capacidad instalada, de acuerdo con cifras de la Conagua.
Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).– Las plantas tratadoras de aguas residuales domésticas e industriales son una tecnología aliada ante las sequías cada vez más severas y el estrés hídrico. Pero de las 2 mil 872 plantas municipales instaladas en México, no operan eficientemente las 277 (9.6 por ciento) de Chiapas, Ciudad de México, Guanajuato y Morelos, de acuerdo con el inventario de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Las razones son por el alto costo de su mantenimiento y funcionamiento, incluido el consumo de electricidad; políticas nacionales que no favorecen la reutilización de aguas tratadas para la agricultura, la industria y los servicios municipales en lugar de utilizar agua subterránea (potable) como ocurre en la actualidad; y la falta de transparencia en el manejo de los recursos financieros a nivel municipal, explican los investigadores José de Anda y Harvey Shear en su artículo «Gestión sostenible de aguas residuales en México» (MDPI, 2021).
Es decir, aunque las más de dos mil plantas tienen una capacidad instalada para tratar 198.60 metros cúbicos por segundo de agua residual municipal, en 2021 se trataron 145.34 metros cúbicos por segundo (73 por ciento de su capacidad), desglosa la Subdirección General de Agua de la Conagua con actualización a junio 2022.
En Chiapas, con 120 plantas para tratar 2.14 m3/s, el año pasado sólo se trató un caudal de 1.244 m3/s. Al corte de 2018, la Subdirección General Técnica también detalla que algunas de las plantas tratadoras industriales pertenecen a Nestlé, Pemex, CFE, el rastro municipal de Tuxtla Gutiérrez y diversas agroindustrias locales. En la capital del país, con 50 plantas para tratar 5.58 m3/s, se trataron 2.483 m3/s. Entres las no municipales están las de Honda, Procter & Gamble y la farmacéutica Glaxosmith Kline.
En Guanajuato, con 65 plantas municipales para poder sanear 7.57 m3/s, se limitó a tratar 4.150 m3/s. Como parte de la zona industrial de El Bajío, Honda, Mazda, Avon, Bachoco, Lala, Danone, Bimbo, Rotoplas, Sigma Alimentos y Tequilera Corralejo cuentan con plantas para sus aguas residuales industriales. Y en Morelos, con 62 plantas para tratar 2.86 m3/s de aguas municipales, se trataron 1.439 m3/s. Al corte de 2018, Conagua registró en las plantas para residuos industriales la de Marinela, Pemex, entre otras.
En medio de estos niveles de eficiencia en el tratamiento de aguas residuales municipales, los investigadores De Anda y Shear enfatizaron que la mayor parte de México sufre un alto estrés hídrico y muchas regiones del país son altamente vulnerables a las sequías debido al cambio climático, una situación que empeorará porque la contaminación de agua dulce acelerará la pérdida de disponibilidad en muchas regiones, por lo que recomiendan a las autoridades municipales impulsar el rehuso de agua tratada en operaciones industriales y, sobre todo, en actividades agrícolas por ser el sector que más volumen hídrico demanda por la ineficaz técnica de riego.
En contraste, en Puebla, con 149 plantas para tratar 4.46 m3/s, se sanearon 4.299 m3/s de aguas municipales, eficiencia que coloca a la entidad como la única en el semáforo verde de la Conagua. Destacan, a nivel industrial, las plantas de Volkswagen, Granjas Carroll, Grupo Gamesa, Cervecería Cuauhtémoc, Audi y más.
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Entre 2014 y 2015, el Gobierno mexiquense de Eruviel Ávila gastó más de 177 millones de pesos para plantas tratadoras de aguas residuales en los municipios rurales Temamatla, Atlazalpan y Huitzilzingo, en la región de Chalco. Pero hasta la fecha, a falta de lluvia suficiente, los campesinos pierden sus cosechas o riegan con aguas negras porque quedaron en obra negra.
Los ejidatarios, acompañados de Controla Tu Gobierno y Fundar que documentaron los contratos millonarios, denunciaron en 2019 ante la Auditoría Superior de la Federación (ASF) posibles actos de corrupción en la construcción de la obra pública en Huitzilzingo que pretendía sanear el agua del río Amecameca contaminado y proveer agua para riego a más de 200 ejidatarios de hortalizas y milpa.
En su informe final, la ASF consideró ociosa la inversión de 108 millones de pesos para la planta de Huitzilzingo por no operar y estableció 7 millones de pesos pendientes por aclarar, pero no inició denuncia de hechos ni sanción.
En general, el órgano fiscalizador detectó la comisión de una serie de deficiencias e irregularidades en la planeación, construcción y ejecución de la PTAR como incrementos injustificado al presupuesto, incumplimiento en el tiempo de ejecución de la obra, gastos ineficientes de los recursos públicos, así como incumplimientos por parte de Comisión Nacional del Agua y de la Comisión de Agua del Estado de México, a los marcos normativos de contrataciones públicas.
La Secretaría de la Función Pública (SFP) envió el caso al Órgano Interno de Control de la Conagua y a la Contraloría del Estado de México. El expediente fue archivado, ya que Conagua argumentó que no existían suficientes elementos para determinar la responsabilidad de servidores públicos.
ControlaTuGobierno ha documentado sólo la región de Chalco. “Creemos que el problema de saneamiento del agua es a nivel nacional. Quien tendría que hacer una política hídrica nacional y vigilarla es la Comisión Nacional de Agua. Tendrían que trabajar en conjunto y con los municipios para que pudiera funcionar”, expuso Elvia Arzate Estrada, coordinadora de Proyectos en ControlaTuGobierno.
Sin embargo, ni siquiera en un caso local hubo resolución. «Ante la identificación de posibles actos de corrupción y el inadecuado ejercicio de la función pública, no hay sanciones, dejando en la impunidad los hechos y en total desprotección a la comunidad de Huitzilzingo», lamentó la organización.