La misa se realizó cerca de la mina «El Pinabete», donde siguen las labores para rescatar a los 10 trabajadores que todavía se encuentran atrapados en la zona.
Por Mauricio García
Sabinas, Coahuila, 7 de agosto (Vanguardia).- “Más de 72 horas han pasado desde que la región carbonífera, Coahuila y México entero de nueva cuenta se cimbrara ante la inundación de pozos carboneros en este municipio, donde se mantienen atrapados diez hermanos nuestros”, dijo el presbítero Rogelio Hidalgo Alva, padre que ofició una misa a unos cuantos metros del desarrollo minero “El Pinabete”, en el municipio de Sabinas.
“Pero no hay que perder la fe”, insistió Hidalgo Alva.
Estas fueron parte de las palabras que brindó el sacerdote a familiares de los mineros que se encuentran atrapados tras la inundación del centro donde laboraban.
Acompañaron al presbítero, Rogelio Hidalgo, el padre Juan Pablo Cruz y el padre Teodoro Durán; en su homilía invitaron a mantener la oración en pie, pero sobre todo la oración por la salud de los mineros.
“El que ora con fe, Dios lo escucha, el que ora y pide con el corazón, Dios concede”, dijo el párroco Juan Pablo Cruz en el servicio eclesiástico que brindaron en una granja que un vecino al pozo proporcionó para la realización de la misa.
Los sacerdotes reconocieron que la minería es una de las actividades económicas primordiales en la carbonífera, que es el sustento de muchas familias, pero siempre existen riesgos, aunque también los milagros existen.
A la misa asistió un pequeño grupo de familiares de los mineros, pues la mayoría permanecen cerca del acceso de la mina para tener noticias de sus familiares.
El pasado miércoles, la mina “El Pinabete” se inundó, dejando atrapados a 10 mineros, cinco más lograron salir y sobrevivieron.
Desde entonces hay esfuerzos de los tres niveles de Gobierno para sacar la mayor cantidad de agua para que puedan ingresar buzos para las maniobras de rescate.