Pedro Mellado Rodríguez
06/08/2022 - 12:05 am
López Obrador y El Soberano
¿De dónde proviene la legitimidad de las iniciativas de reformas constitucionales promovidas por López Obrador? Del respaldo y aliento transformador que le delega una clara mayoría del pueblo.
Han transcurrido tres años y ocho meses de su gobierno y todavía hay muchas expresiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador que incomodan, irritan y sacan de su naturalidad a un segmento importante de la oligarquía que durante más de tres décadas tuvo el control privilegiado de los poderes político y económico en el país, para hacer negocios en su beneficio y saquear los bienes de la nación.
Todavía les resulta incomprensible y hasta irritante el alto nivel de aprobación del mandatario a quien Consulta Mitofsky le atribuía una aprobación del 61 por ciento en julio del 2019 y una aceptación del 57 por ciento en julio del 2022.
Pero no difiere en mucho el periódico El Financiero, que en el primer trimestre del 2020 le daba a AMLO una aceptación del 65 por ciento, en tanto que en julio del 2022 tenía 56 por ciento de respaldo.
Pese a que en las encuestas ha experimentado una merma la aprobación a López Obrador, sigue estando por encima del 53.19 por ciento, que le representó más de 30 millones de votos en los comicios del 2018, cuando llegó a la Presidencia de la República.
“Yo estoy aquí por decisión del pueblo de México, a mí no me ayudaron los medios de comunicación, no me ayudaron los potentados; al contrario, yo padecí de los potentados, no de todos, pero sí de los más representativos. Bueno, en el 2006 que nos robaron la Presidencia, todas las cámaras, Coparmex, Consejo Coordinador Empresarial, todos los directivos [estaban] abiertamente en contra”, dijo el pasado martes 2 de agosto del 2022 en su conferencia mañanera en Palacio Nacional.
Recapituló López Obrador: “Entonces, ¿quién me ha apoyado? El pueblo.
¿Y a quién tengo yo que servir? Por convicción y lealtad, al pueblo”.
En su tratado sobre Derecho Constitucional Mexicano, publicado por Editorial Porrúa en 1972, el jurista Ignacio Burgoa Orihuela analiza el principio de soberanía expresado en el Artículo 39 de la Constitución de nuestro país: “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”.
Destaca el jurista la claridad en el contenido del artículo, que en su primera parte alude a la radicación popular de la soberanía, principalmente cuando emplea los conceptos de esencial y originariamente.
Esto significa que el pueblo tiene como atributo esencial el de ser soberano.
Y explica Burgoa Orihuela: “Por otra parte, la palabra ‘originariamente’ significa que es el pueblo quien en principio es la fuente de la soberanía, su único sujeto o dueño, pero que, en atención a circunstancias de índole práctica, no puede desempeñarla por sí mismo, en cuya virtud delega su ejercicio en órganos por él creados expresamente en el derecho fundamental o Constitución, los cuales despliegan el poder soberano popular en forma derivada”.
De tal manera que por mandato del pueblo el Presidente López Obrador ejerce ese poder soberano que depositó en él la mayoría de los mexicanos.
Considera el jurista Burgoa Orihuela que en esos términos debe interpretarse el artículo 41 constitucional, que señala: “El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores”.
Por lo tanto, considera el reconocido jurista que la finalidad social del Estado mexicano, en su carácter de institución pública suprema, es actuar en favor del pueblo. (Burgoa Ignacio, Edit. Porrúa, México, 1972, p. 264).
Hace Ignacio Burgoa la siguiente ponderación: “Mediante el ejercicio de su poder soberano, el pueblo puede romper, violenta o revolucionariamente, como de hecho ha sucedido con frecuencia innegable, un régimen jurídico, político o socioeconómico que se adecúe a sus aspiraciones o que sea obstáculo para su progreso en los más importantes aspectos de la vida”.
Y en seguida explica el connotado constitucionalista: “Por ende, en su fase cruenta, la soberanía tiene un fin destructivo, pero como también suele perseguir el objetivo de construir un sistema jurídico en cuyas normas fundamentales se plasmen los designios populares, se apunten las soluciones a los grandes problemas que afectan a los sectores humanos mayoritarios y se indiquen las medidas para satisfacer las necesidades y carencias colectivas” (Op. Cit., p. 250).
¿De dónde proviene la legitimidad de las iniciativas de reformas constitucionales promovidas por López Obrador? Del respaldo y aliento transformador que le delega una clara mayoría del pueblo.
Sobre este punto cabe citar otra reflexión del constitucionalista Burgoa Orihuela, en el sentido de que si la soberanía reside en el pueblo, como lo dijera en su momento Juan Jacobo Rousseau, en su célebre Contrato Social, publicado en 1762, “es por tanto una energía, (una) fuerza popular o voluntad general (…) que el pueblo despliega para realizar una determinada finalidad que él mismo se propone, consistente en darse una constitución positiva en la que se normativicen (…) el ser, el modo de ser y el querer ser populares” (Op. cit., p. 250).
En su conferencia mañanera del pasado martes 2 de agosto del 2022 volvió a deslindarse de sus opositores: “Nuestros adversarios, al identificarlos, al nombrarlos, pude usar el término ‘derecha’ o ‘fachos’ o ¿cuál otro?, ‘retrógradas’, ‘reaccionarios’, y dije: conservador, eso son, conservadores, los que están defendiendo el statu quo, el estado de cosas, que nada cambie, o que son aspiracionistas, egoístas, corruptos, hipócritas, que esa es su verdadera doctrina, la hipocresía”.
López Obrador sigue impulsando lo que él denomina la Cuarta Transformación. Y cuando va rumbo a la conclusión del cuarto año de su sexenio, sigue conservando el apoyo de una mayoría fiel, tenaz, dispuesta a respaldar al candidato presidencial de Morena que se comprometa a seguir y profundizar el proyecto del tabasqueño.
Las transformaciones que impulsa AMLO, atadas a reformas constitucionales, tienen el respaldo del segmento mayoritario de El Soberano.
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