De acuerdo con el medio estadounidense, «altos funcionarios estadounidenses temen que relación de Ken Salazar con el Presidente de México esté resultando contraproducente y pueda ser un retroceso para los intereses de Washington en la región».
Ciudad de México, 5 de julio (SinEmbargo).– Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib, reporteras de The New York Times, cuentan que Lorenzo Córdova fue con el Embajador estadounidense con un mensaje: acusar al Presidente Andrés Manuel López Obrador de “montar un ataque a gran escala contra la autoridad electoral sembrando dudas sobre uno de los pilares de la democracia del país”.
“Pero, en vez de expresar alarma, el más alto diplomático de Estados Unidos en México adoptó una de las líneas de ataque más frecuentes del Presidente, al considerar la posibilidad de que al líder mexicano le habían robado las elecciones presidenciales de 2006”, dicen, en un texto publicado hoy.
“El Embajador, Ken Salazar, dijo en una entrevista que no estaba convencido de que esas elecciones habían sido limpias, desafiando la postura de Estados Unidos en un momento en que la democracia está bajo amenaza en ese país y en el resto del hemisferio. Salazar, quien invitó al alto funcionario electoral mexicano Lorenzo Córdova a su residencia, le dijo a The New York Times que quería saber: ‘¿Hubo fraude?’”, agrega el medio.
El texto añade que “la disposición de este Embajador para cuestionar la legitimidad de las elecciones es sólo el más reciente ejemplo de un patrón que varios funcionarios estadounidenses califican de preocupante, un patrón en el que el principal diplomático de Estados Unidos en México a veces parece contradecir las políticas de su propio Gobierno por alinearse con el Presidente López Obrador”.
“Cuando asumió el cargo en septiembre de 2021, a Salazar se le instruyó que construyera una relación sólida con López Obrador con la esperanza de impulsar la agenda de la Casa Blanca. Al ser el líder del principal territorio de contención entre Estados Unidos y la cantidad récord de migrantes que intentan cruzar la frontera, López Obrador dispone de una gran ventaja sobre Biden y su Presidencia. Según los funcionarios del Gobierno, mantener la cooperación con México implicaba evitar conflictos con un líder mexicano volátil que tiene el poder de afectar el futuro político de Biden al negarse a contener la migración”, dicen Natalie Kitroeff y Maria Abi-Habib.
“Salazar, de hecho, ha logrado acercarse al Presidente mexicano. Pero al interior del Gobierno hay una preocupación creciente de que, en el proceso de acercamiento, el Embajador haya arriesgado los intereses estadounidenses y no haya usado la relación para avanzar las políticas cuando Biden más lo necesita, según entrevistas con más de una decena de funcionarios y exfuncionarios y analistas”.
Según el Times, “el Embajador ha retomado las afirmaciones ya desacreditadas del robo de las elecciones que el Presidente mexicano emplea para azuzar la desconfianza en la democracia del país; ha cuestionado la integridad de una organización anticorrupción financiada por Estados Unidos que desafió al Presidente [Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, de Claudio X. González]; y ha causado una tormenta política al dar la impresión de que apoya una transformación energética a la que se opuso el Gobierno de Estados Unidos y ha guardado silencio mientras López Obrador ataca sin cesar a los periodistas”.
El diario estadounidense sostiene que “en los países de importancia estratégica gobernados por líderes volátiles, los embajadores estadounidenses a menudo tienen que transitar una delicada línea al cultivar un vínculo con el mandatario de turno e impulsar las prioridades de su propio Gobierno. Salazar insiste en que su ‘relación directa’ con López Obrador beneficia a Estados Unidos”.
Sin embargo, “al interior del Gobierno estadounidense, algunos cuestionan si el enfoque blando de la actual gestión de verdad funciona o más bien envalentona a López Obrador mientras desafía la influencia estadounidense y socava las salvaguardas de la democracia”. The New York Times cita a “altos funcionarios de Estados Unidos que no tenían autorización de hacer declaraciones en público”.
Sobre dicho reportaje, Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, una organización financiada por el Gobierno estadounidense, destacó que el trabajo periodístico de The New York Times «ha sido fundamental para entender los procesos históricos y políticos que ha vivido Estados Unidos y su relación con México». Por ello, sostuvo que la publicación «evidencia con claridad los retos a los que hoy se enfrenta la relación bilateral entre ambos países». Asimismo, negó ser una organización con fines político-electorales y destacó que «el diálogo con representaciones diplomáticas es parte de sus actividades cotidianas».