Las estimaciones del Banco Mundial mostraron que en los años de escolaridad ajustados por aprendizaje hubo un retroceso de casi dos años, pese a que la mayoría de los cierres de centros educativos duraron poco menos de un año. Estas pérdidas de aprendizaje a largo plazo significarían una disminución de ingresos y de productividad equivalentes a aproximadamente 12 por ciento de los ingresos de toda la vida para un estudiante actual.
Ciudad de México, 11 de julio (SinEmbargo).– Los estudiantes de preprimaria y primaria son quienes afrontan las mayores pérdidas de aprendizaje luego de que la pandemia de COVID-19 ocasionara que las escuelas de México, y algunas otras partes del mundo, permanecieran cerradas por varios meses, según un nuevo informe del Banco Mundial (BM).
De acuerdo con el reporte titulado Dos años después: Salvando a una generación, las pérdidas de aprendizaje proyectadas y reales son muy altas tanto para México como para los países de América Latina en general, sin embargo, se encontró que esta problemática es más grave para los primeros grados, los estudiantes de menor edad y la población en condición socioeconómica más baja.
Especialmente en los niveles de rendimiento en lectura, escritura y matemáticas los estudiantes del nivel primario caerían a niveles similares a los de hace más de 10 años, según estimó la organización mundial. Si bien la pandemia de coronavirus representó una contracción de la eduación, es importante resaltar que el contexto nacional y regional ya presentaba mejoras muy lentas en materia educativa.
El BM estimó que alrededor de 4 de cada 5 estudiantes de sexto grado no serían capaces de entender e interpretar adecuadamente un texto de longitud moderada, en parte debido a que alrededor del 95 por ciento de la matrícula total en educación obligatoria en América Latina y el Caribe se vio afectada por los cierres escolares, y en 7 países de América Latina y el Caribe, entre ellos México (que es el segundo país más grande de la región y que cuenta con aproximadamente 35 millones de estudiantes en edad escolar obligatoria), tuvieron sus escuelas cerradas durante más de tres cuartas partes del tiempo escolar neto en los últimos dos años.
Shantal está en 3er grado y no sabe leer. Como millones de estudiantes en #AmLat, perdió casi 2 años en términos de aprendizajes. Descarga el reporte de @BancoMundialLAC, @UNICEFlac y @UNESCOSantiago y conoce la crisis educativa que atraviesa la región #MiEducacaciónNuestroFuturo
— Banco Mundial | América Latina y el Caribe (@BancoMundialLAC) July 6, 2022
Y es que a pesar de las significativas inversiones realizadas para garantizar la continuidad del servicio educativo, el diseño de la educación a distancia enfrentó varias limitaciones, las cuales afectaron especialmente a los países y grupos más vulnerables. Según el informe del Banco Muncial, el “paquete de respuesta” para el aprendizaje a distancia enfrentó varios desafíos que limitaron su alcance, participación y calidad. En específico, se tuvieron cinco tipos de limitaciones: la brecha de conectividad en la región; el acceso limitado a los dispositivos necesarios asegurar la educación a distancia –especialmente para los grupos más vulnerables–; las complejidades en la implementación de las diferentes estrategias de aprendizaje a distancia; la falta de preparación del personal docente para una educación totalmente a distancia; y diferentes limitaciones institucionales.
«En efecto, datos recientes para 12 países en América Latina y el Caribe muestran que cerca de 1 de cada 4 hogares tienen acceso a Internet, con notables diferencias entre países. Por ejemplo, si bien el 40 por ciento de todos los hogares en países como Panamá, Colombia y México informan que tienen acceso a Internet, ese indicador está por debajo del 15 por ciento en países como Guatemala y Haití. Por otro lado, la calidad de la conectividad también es una limitación importante para la escolaridad y el aprendizaje y los grupos más vulnerables, como los estudiantes afrodescendientes, que tienen un acceso significativamente más bajo a Internet y a una computadora en el hogar, en comparación con sus pares no afrodescendientes», especificó la investigación y agregó que «los nuevos datos regionales confirman que la educación a distancia, especialmente con las múltiples limitaciones mencionadas, no ha logrado ni garantizar la participación en actividades educativas desde la casa ni garantizar la calidad del aprendizaje».
Según una encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) hasta marzo de 2021, sólo un 28.6 por ciento de las viviendas consultadas compró un celular inteligente, un 26.4 por ciento contrató Internet fijo y otro 20.9 por ciento acomodó un espacio en el hogar para el estudio. La situación se asemeja a la de otros países con ingresos medios en la región, empeora en los más pobres y es más grave en los hogares rurales.
Aunque la evidencia disponible es muy limitada hasta el momento con respecto al impacto de la pandemia sobre la asistencia escolar, se ha evidenciaado que afectó de manera general a todos los niños, niñas y jóvenes, y con más fuerza a los grupos más vulnerables. Antes de la aparición de la COVID-19, la población no escolarizada estaba disminuyendo de modo constante a nivel regional para todos los niveles educativos, tanto en términos absolutos como en proporción de la población en edad escolar.
El BM tomó como referencia la información obtenida a través de las Encuestas Telefónicas de Alta Frecuencia (HFPS) en donde se mostró que, hasta mediados de 2021 –cuando la mayoría de las escuelas de la región aún estaban total o mayormente cerradas– la asistencia había bajado en promedio un 12 por ciento en comparación con las cifras prepandemia. México se colocó a la cabeza de los seis países del continente latinoamericano con menor recuperación de asistencia escolar con un rando del 65 al 70 por ciento, mientras que previo a la emergencia sanataria la asistencia escolar era de casi el 97 por ciento. Le siguen países como Jamaica, Honduras, Belice, Guatemala y Guyana.
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La institución internacional mostró que para la educación primaria media (tercer grado) de la región latinoamericana, aproximadamente la mitad de los estudiantes estaba por debajo del nivel mínimo de competencia requerido tanto en matemáticas como en lenguaje. Para el final de la educación primaria (sexto grado), la situación empeora marcadamente, ya que el 69 por ciento estaba por debajo del niviel mínimo de competencia en lectura y un «escandaloso» 83 por ciento se encontraba por debajo del de matemáticas.
Los resultados de los análisis hechos por el Banco Mundial mostraron que en términos ponderados, se espera que la proporción de alumnos de tercer y sexto grado que no pueden comprender e interpretar adecuadamente un texto de longitud moderada haya aumentado, en promedio, del 37 al 50 por ciento y del 62 al 82 por ciento, respectivamente. Asimismo, el aumento en la pobreza de aprendizaje es la más alta del mundo. Según las estimaciones más recientes del Banco Mundial, la proporción de “pobres de aprendizaje” ha crecido del 52 por ciento en 2019 al 79 por ciento en 2022 como resultado de la pandemia. De hecho, datos recientes obtenidos el estado de Guanajuato parecen reforzar las estimaciones simuladas. Si bien los puntajes y las escalas no son comparables, los descensos porcentuales en educación primaria (que van desde cerca del 8 por ciento al 19 por ciento) sí lo son.
«Se estima que la llegada de la pandemia haya llevado a una crisis dentro de una crisis. Se avizora un fuerte impacto negativo sobre los niveles de aprendizaje debido al alcance limitado, la poca participación y la baja calidad de la educación a distancia», se lee en el informe.
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Las estimaciones actualizadas usando diferentes supuestos sobre la extensión del cierre parcial y la efectividad de la educación a distancia muestran una pérdida de entre 1 y 1.8 Años de escolaridad ajustados por aprendizaje (LAYS, por sus siglas en inglés), y estas pérdidas de aprendizaje se traducen en una disminución significativa de ingresos y de productividad equivalentes a aproximadamente 12 por ciento de los ingresos de toda la vida para un estudiante actual, en un escenario promedio.
Además de las afecciones en los grados más bajos, las niñas y niños más pequeños, también las consecuencias por las pérdidas de aprendizaje serían mayores para aquellas infancias de condición socioeconómica más baja, lo cual sienta las bases para una crisis generacional y mayor inequidad. A nivel nacional, los niños y niñas de nivel socioeconómico bajo tuvieron pérdidas del 32 por ciento en los puntajes en matemáticas para estudiantes de ingresos bajos en comparación con el 25 por ciento para estudiantes de ingresos más altos.
«En México, la probabilidad de que un adolescente entre 15 y 17 años formara parte de la población no escolarizada era un 30 por ciento superior para un estudiante perteneciente al quintil más bajo de la distribución de los ingresos en lugar del superior», se explica en el estudio.
La crisis educativa en #AmLat no ha terminado, solo se ha vuelto menos visible. Descarga el nuevo reporte de @BancoMundialLAC y @UNICEFlac en cooperación con @UNESCOSantiago y conoce la problemática en profundidad.#MiEducacionNuestroFuturo
— Banco Mundial | América Latina y el Caribe (@BancoMundialLAC) June 28, 2022
Los datos de México muestran caídas más pronunciadas en primaria que en secundaria, y aunque con datos muy limitados, también se observa que la educación preprimaria también apuntan a pérdidas importantes.
Por si fuera poco, las estudiantes mujeres también fueron mayormente afectadas por la pérdida de aprendizaje, lo cual nuevamente deja entrever una distribución desigual de las responsabilidades en el hogar. «En combinación con el impacto sobre la escolaridad, estas pérdidas de aprendizaje sientan las bases para una gran crisis generacional, si no se implementan las políticas correctas con un doble foco en la re- cuperación tanto de la escolaridad como del aprendizaje empezando a una edad muy temprana», suscribió el BM.
¿CÓMO TRANSITAR A LA RECUPERACIÓN?
De acuerdo con el Banco Mundial, la agenda de retorno a la escolaridad debe abarcar una la reapertura segura y sostenible de todas las insti tuciones educativas; la reinscripción de todos los estudiantes; y la prevención del abandono escolar.Además, los esfuerzos por la recuperación y aceleración del aprendizaje debe comprender la priorización y consolidación de los planes de estudio al mismo tiempo de una evaluación de los niveles de aprendizaje; y la implementación a escala de estrategias y programas de recuperación del aprendizaje.
La insitución internacional colocó cuatro puntos a aplicarse de forma urgente y comprehensiva para garantizar los puntos anteriores:
– Un compromiso para colocar a la recuperación educativa en lo más alto de la agenda pública.
– Un compromiso para reintegrar a todos los niños, niñas y adolescentes que han abandonado la escuela y asegurar que permanezcan en ella.
-Un compromiso para recuperar los aprendizajes perdidos y asegurar el bienestar socioemocional de los niños, niñas y adolescentes.
-Un compromiso para valorar, apoyar y capacitar al personal docente.
La información mostró que cuando los sistemas escolares ya estaban comenzando un proceso gradual de reapertura de las escuelas, a finales de 2021, el impacto general sobre la escolaridad en algunos países pareció limitado, pero ya había un aumento muy pequeño en la población no escolarizada de entre 6 y 14 años. El Banco Mundial comentó que parte de que en México no hubiera más inasistencia y deserción escolar puede encontrar respuesta en un menor costo de escolaridad, las políticas de transferencias monetarias, entre otros factores.
En ese sentido, el banco comentó que la implementación de becas, especialmente para grupos vulnerables, ha demostrado eficacia en México y en otros países como Brasil y Colombia. «Estos programas de transferencias monetarias supo- nen un incentivo considerable para la inscripción y la asistencia, especialmente en el grupo de 15 a 17 años, ya que actúan como una fuente de ingresos relevante para afrontar los costos directos e indirectos de la educación».