Los científicos señalan la necesidad de seguir investigando para medir con qué frecuencia se produce el rebote, quiénes son más susceptibles y si la reaparición de síntomas puede llevar a una enfermedad más grave.
Madrid, 22 de junio (Europa Press).- Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) han evaluado a uno de los pacientes con síntomas de COVID-19 después de tomar Paxlovid y han descubierto que esta recaída no estaba causada por el desarrollo de una resistencia al fármaco ni por un deterioro de la inmunidad contra el virus. Más bien, parece haber sido el resultado de una exposición insuficiente al fármaco.
Paxlovid es el principal medicamento oral para prevenir los casos graves de COVID-19 en personas de alto riesgo. Sin embargo, los síntomas vuelen a aparecer en algunos pacientes después de terminar el tratamiento, lo que llevó a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) a emitir un aviso sanitario.
Después de que un ensayo clínico demostrara que Paxlovid podía reducir el riesgo de hospitalización y muerte por COVID-19 en un 89 por ciento, el medicamento se puso a disposición bajo una autorización de uso de emergencia tanto en Estados Unidos como en Europa.
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On Paxlovid rebound
Virologic and Immunologic Characterization of COVID-19 Recrudescence after Paxlovid "Nirmatrelvir/Ritonavir" Treatment
Neither NM resistance nor absence of neutralizing immunity were likely causes of the recrudescence https://t.co/6ufpsagIPZ pic.twitter.com/X0AZawNcw3— Antibiotic Steward Bassam Ghanem?? (@ABsteward) June 20, 2022
El tratamiento consiste en dos fármacos (nirmatrelvir y ritonavir) que actúan conjuntamente para suprimir el SARS-CoV-2 bloqueando una enzima que permite que el virus se replique en el organismo. Es más fácil de tomar en casa en comparación con fármacos como el remdesivir, que requieren una inyección intravenosa. El tratamiento debe iniciarse en los cinco días siguientes a la aparición de los síntomas y tomarse dos veces al día durante cinco días consecutivos.
En este nuevo trabajo, publicado en la revista científica Clinical Infectious Diseases, los investigadores se propusieron comprender mejor las causas de esta vuelta de síntomas de la COVID-19 tras el tratamiento con Paxlovid.
En primer lugar, aislaron el virus BA.2 del SARS-CoV-2 de un paciente y comprobaron si había desarrollado alguna resistencia al fármaco. Comprobaron que, tras el tratamiento con Paxlovid, el virus seguía siendo sensible al fármaco y no mostraba mutaciones relevantes que redujeran la eficacia del medicamento.
«Nuestra principal preocupación era que el coronavirus pudiera desarrollar resistencia al Paxlovid, por lo que descubrir que no era el caso supuso un gran alivio», afirma el primer autor del trabajo, el doctor Aaron F. Carlin.
A continuación, el equipo tomó muestras del plasma del paciente para comprobar su inmunidad contra el SARS-CoV-2. Los anticuerpos del paciente seguían siendo eficaces para impedir que el virus entrara e infectara nuevas células, lo que sugiere que la falta de inmunidad mediada por anticuerpos tampoco era la causa de los síntomas recurrentes del paciente.
Los autores afirmaron que la reaparición de los síntomas de COVID-19 tras la finalización del tratamiento con Paxlovid probablemente se deba a una exposición insuficiente al fármaco: no llegaba suficiente cantidad de este a las células infectadas para detener toda la replicación viral. Sugirieron que esto podría deberse a que el fármaco se metaboliza más rápidamente en algunos individuos o a que el fármaco debe administrarse durante una duración de tratamiento más larga.
Estos científicos apuntan que es necesario seguir investigando para medir con qué frecuencia se produce el rebote, qué poblaciones de pacientes son más susceptibles y si la reaparición de los síntomas puede conducir a una enfermedad más grave.
«El objetivo de Paxlovid es prevenir la enfermedad grave y la muerte, y hasta ahora nadie que haya enfermado de nuevo ha necesitado ser hospitalizado, por lo que sigue cumpliendo su función. Simplemente tenemos que entender por qué el rebote se produce en algunos pacientes y no en otros. Se necesita más investigación para ayudarnos a ajustar los planes de tratamiento según sea necesario», remacha Smith.