La muerte, las diferencias sociales y raciales y la violencia en México son ya «el sello de la casa», el imaginario al que Franco, director de las multipremiadas Las hijas de abril (2017) o Después de Lucía (2012), recurre una y otra vez.
Madrid, 26 de mayo (EFE).- El mexicano Michel Franco regresa mañana a las salas de cine de España tras la impactante New Order con Sundown, otra historia de pobres y ricos, golpeada por el violento escenario de la vida en el país norteamericano, que el director plantea con la frialdad de un cirujano. «En mi cine no se disfruta la violencia», asegura en una entrevista con EFE.
«La diferencia entre cómo planteo la violencia y cómo se ve en Narcos o cualquier propuesta que lo aborde de manera superficial es que en mi cine no se disfruta la violencia, se observa y se analiza y es un inicio para conversar y entender, pero con esa dureza real que la violencia representa, no como un gozo cinematográfico», reflexiona.
Al director, ese uso de la violencia explícita en muchas propuestas audiovisuales le parece algo «muy perverso» que «ayuda a normalizarla. Creo que es un problema que tenemos que atender los directores de cine», considera.
A este respecto, el actor Tim Roth apunta que Franco nunca usa la violencia «de modo gratuito, sino por razones muy profundas, para obtener una respuesta emocional del espectador, despertar algo en el público». Y añade que, para él, «la violencia es el idioma de la corrupción», dos términos a los que en México «están acostumbrados».
DE LA MANO DE TIM ROTH
El director se encuentra en Madrid para apoyar la promoción de la película y su actor principal, Tim Roth, atiende a EFE por zoom. Ambos se conocieron en Cannes en 2012 y desde entonces son grandes amigos y han rodado juntos dos películas, esta Sundown y Chronic (2015), donde Roth interpreta a un cuidador de enfermos terminales. Pero siempre quieren más.
«Cuanto más nos conocemos -dice Franco-, jugamos a algo un tanto peligroso donde nos empujamos al límite: ¿Qué pasaría si hacemos una película más compleja donde el personaje tiene menos diálogos y donde el personaje intrigue al espectador y no entendemos del todo lo que sucede hasta que terminamos de ver la película?».
Eso es exactamente lo que sucede en Sundown. La cinta empieza con unas lujosas vacaciones de la adinerada familia Bennett en un resort de Acapulco que se ven interrumpidas por una llamada que anuncia la muerte de un familiar.
Alice (Charlotte Gainsbourg), que está allí con sus hijos adolescentes, decide interrumpir el viaje de inmediato mientras que el inexpresivo hombre de la familia, Neil (Roth), finge haber perdido el pasaporte y se queda en México, indiferente a una noticia tan trágica.
EL «SELLO DE LA CASA»
La muerte, las diferencias sociales y raciales y la violencia en México son ya «el sello de la casa», el imaginario al que Franco, director de las multipremiadas Las hijas de abril (2017) o Después de Lucía (2012), recurre una y otra vez.
«Vivo en México y me interesa, me preocupa y me ocupa entender por qué mi país es como es, y no sólo México, las mismas preguntas se pueden plantear en cualquier lugar -opina- aunque en México tal vez de manera más límite por la desigualdad social, que está más marcada. Pero luego vienen las preguntas filosóficas y existenciales que aborda Sundown y se combinan en el contexto acapulqueño, que es muy particular».
De algún modo, confiesa Franco, «esta película combina todas mis obsesiones, pero no es que me puse a escribir algo concreto en ese sentido; lo escribí con mucha libertad y nunca hay un autoanálisis, eso le toca al público».
Franco explica que es «imposible» describir el personaje de Tim sin matar el misterio de la película, «solo puedo decir que Sundown es una película transparente, pero eso no la vuelve sencilla».
Roth abunda en esta idea: su personaje «decide hacer lo que le pide el cuerpo sin tener en cuenta las consecuencias de sus actos para los que le rodean. Sinceramente, yo creo que (en su lugar) mostraría algo más de compasión con los demás. Pero hay que tener en cuenta que, hasta ese momento, nada de lo que ha hecho ha tenido consecuencias».
«Ha nacido en una familia rica y se comporta como ha hecho siempre, es un malcriado», resume el actor británico, aportando una descripción desconcertante del protagonista, ya una caja de misterios de por sí.
Con un guiño, el actor apunta que «la forma en la que reacciona Neil a la violencia es la mejor pista» para entenderle.
Al actor le apasiona trabajar con Franco porque «su forma de rodar es llevar al espectador en un viaje con él, y considerarle una persona inteligente».
Comparte que «nunca» se enfrenta a su trabajo pensando en el final, «el final no existe, es el día a día», dice. Y asegura que le encanta llegar a los rodajes con el mexicano esperando a ver «qué pasará hoy, que bomba estallará».