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Ricardo Ravelo

13/05/2022 - 12:05 am

Recompensas: El gran show de la DEA

La DEA emprendió una nueva búsqueda de varios capos mexicanos que se mantienen impunes.

En La Imagen Donde Aparece Rafael Caro Quintero Por Ejemplo La Dea Ofrece Una Recompensa De Hasta 20 Millones De Dólares Para Quien Aporte Información Que Permita Su Captura Foto ioangrillo Twitter

Desde Estados Unidos son, supuestamente, ampliamente buscados. Pero los capos mexicanos emblemáticos jamás son hallados. Son algo así como invisibles: nadie los ve, pero desde las áreas de inteligencia se sabe y muy bien dónde están y qué hacen.

Ahora la DEA arremete con recompensas millonarias, sobre todo en momentos en que sus operaciones están siendo acotadas en México. La DEA busca con dinero soplones, delatores, y ha renunciado –así parece –a las investigaciones criminales.

La DEA emprendió una nueva búsqueda de varios capos mexicanos que se mantienen impunes y siguen dominando el tráfico de drogas a gran escala en todo el territorio nacional.

No sólo se trata de poner en marcha nuevas estrategias de búsqueda sino que reforzó los montos de las recompensas que ofrece por los capos emblemáticos, entre ellos, Rafael Caro Quintero, Ismael “El Mayo” Zambada y los hijos de Joaquín Guzmán Loera, conocidos en el mundo del hampa como “Los Chapitos”.

Los hijos de Guzmán Loera –sentenciado en Estados Unidos a una cadena perpetua tras su extradición en 2019 –son Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar; la DEA también tiene registrados a Ovidio y Joaquín Guzmán López. Además, también persigue a Ismael Zambada Sicairas (se le conoce como Mayito Flaco), Alfonso Limón Sánchez y Alfonso Arzate García, todos ellos miembros del cártel de Sinaloa.

Los carteles son las fotografías de estos personajes –“los más buscados por la DEA” –comenzaron a desplegarse en toda la frontera con el estado de Baja California, en lo que se conoce como el paso Interestatal 5 hacia Tijuana y la garita de San Ysidro, uno de los cruces con mayor tránsito entre ambos países.

En la imagen donde aparece Rafael Caro Quintero, por ejemplo, la DEA ofrece una recompensa de hasta 20 millones de dólares para quien aporte información que permita su captura.

Caro Quintero, como se sabe, fue liberado por un error en 2013, pero desde entonces se ha mantenido prófugo de la justicia, pues las autoridades aducen que ignoran su paradero. Además de delitos contra la salud y otros y muerte de Enrique Camarena, agente de la DEA que en 1984 fue torturado en Michoacán por Caro Quintero, Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”.

Además, la DEA ofrece 15 millones de dólares por Ismael “El Mayo” Zambada, a quien se le considera el verdadero líder del cártel de Sinaloa. Es uno de los capos más longevos del hampa nacional, pero a lo largo de varias décadas se ha mantenido impune. Suele manejarse con bajo perfil, de ahí que se haya mantenido aislado y sin ser ubicado.

Por la cabeza de los hijos de Joaquín Guzmán Loera la DEA ofrece 5 millones de dólares por cada uno de ellos . De acuerdo con la agencia antidrogas norteamericana, los llamados “Chapitos” encabezan una ala del cártel de Sinaloa y siguen operando el tráfico de drogas a gran escala desde Sinaloa hacia Estados Unidos.

Mantienen amplios contactos en Centro y Sudamérica, donde cuentan con varios proveedores que se encargan de hacer llegar la droga –cocaína y precursores químicos –a México, con los cuales elaboran drogas sintéticas, las de mayor demanda en el público consumidor de Estados Unidos.

Capos en la impunidad 

Después de haber sido detenidos por tráfico de drogas, lavado de dinero y asesinatos múltiples, varios capos del narcotráfico presos en Estados Unidos y México –Rey Zambada García, Vicente Zambada Niebla, hermano e hijo de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del cártel de Sinaloa están de regreso a sus andadas, pues las autoridades norteamericanas decidieron liberarlos

En el caso de Héctor Luis Palma Salazar, cofundador del cártel de Sinaloa, quien fue detenido en 1995, un juez del estado de Jalisco ordenó la pronta liberación del capo, pues ya no tiene cuentas pendientes con la justicia. Tampoco en Estados Unidos cuenta con expedientes abiertos. El único cargo que tenía pendiente era por el homicidio de un policía de Nayarit, pero el delito no le fue acreditado como tampoco el de tráfico de drogas, del que lo acusó la extinta Procuraduría General de la República. Ante la falta de pruebas, se ordenó su liberación. Un juez de alzada lo había liberado, pero la Fiscalía General de la República le imputó nuevos cargos, por lo que se mantiene preso en el penal de La Palma.

Palma Salazar salió del penal de La Palma, en Estado de México, el lunes 3 de mayo, de 2021, pero afuera del penal ya lo esperaban cientos de elementos del Ejército y de la Guardia Nacional, quienes lo detuvieron y lo llevaron a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (Seido), donde se empezaron a revisar sus antecedentes.

La FGR procedió a llevar a cabo una exhaustiva búsqueda de antecedentes penales con el fin de retener a “El Güero” Palma en prisión. De igual forma se solicitó al gobierno de Estados Unidos información para determinar si el capo aún tiene cuentas pendientes con la justicia de aquel país. En tanto se obtienen las respuestas pertinentes, Palma Salazar fue sometido a una medida de arraigo domiciliario. Se encuentra bajo custodia de la FGR.

Las versiones sobre la probable liberación de Palma Salazar comenzaron a correr luego de que las autoridades de Estados Unidos lo repatriaron a México, en el año 2016, luego de compurgar una pena en ese país por delincuencia organizada.

El narcotraficante salió del penal del Altiplano la madrugada del martes 4 de mayo, pero fue reaprendido, como ya se dijo; ese día, la FGR no había dado información sobre el motivo de la detención, aunque algunas versiones que circularon sostenían que la FGR estaba tratando de corroborar la causa penal 6/2018-lX, la misma por la que el secretario de Juzgado Segundo de Distrito de Procesos Penales Federales de Jalisco, a cargo de Víctor Francisco Chávez Romero, ordenó la pronta liberación del capo sinaloense.

Sin embargo, la resolución judicial no implicó que no fuera detenido nuevamente si existía otra orden de aprehensión en su contra por alguna causa penal distinta o si hubiera una nueva solicitud de extradición hacia Estados Unidos.

Compadre de Joaquín Guzmán Loera, socio suyo en el cártel de Sinaloa, la FGR no ha podido acreditar que Palma Salazar es una pieza importante en el tráfico de drogas. Según la FGR, este personaje no sólo es narcotraficante del cártel de Sinaloa cuando estaba en libertad sino que continuó con sus operaciones desde el interior del penal federal de Puente Grande, Jalisco, después de que fue detenido, el 24 de junio de 1995.

El capo ahora está bajo arraigo y a la espera de que las autoridades encuentren nuevas causas en su contra. De no hallarle ningún delito pendiente, Palma Salazar tendrá que ser liberado, pues ya no tiene cuentas pendientes con la justicia mexicana ni estadunidense.

 

Los Zambada, libres en USA

 

Según reportes consultados tanto en México como en Estados Unidos, Vicente Zambada –“El Vicentillo” –y su tío Rey Zambada Niebla, habrían quedado en libertad en Estados Unidos luego de diez años de haber estado en prisión por tráfico de drogas.

Se sabe que tanto Vicente Zambada como Jesús Zambada García, “El Rey”, no están bajo la custodia del Buró de Prisiones de Estados Unidos (BOP), pues se afirma que ya fueron liberados.

Según las fuentes consultadas, tanto el hijo de “El Mayo” Zambada como el hermano del capo, Rey Zambada, quedaron fuera del control juridiccional del BOP, aunque no se sabe la fecha en que habrían sido liberados ni dónde se encuentran actualmente.

Su probable liberación, de ser confirmada oficialmente, se la ganaron luego de que se acogieron al programa de testigos protegidos en Estados Unidos y declararon todo lo que sabían sobre el historial criminal de Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue enjuiciado en ese país y condenado a una cadena perpetua.

Ambos cabecillas –“El Vicentillo” y Jesús Zambada –fueron testigos importantes en el llamado “Juicio del Siglo” que enfrentó “El Chapo” Guzmán, quien fue socio de los primeros en el cártel de Sinaloa. Pero ambos testigos hundieron al exjefe del cártel de Sinaloa, quien escapó de la prisión de Puente Grande en 2001 y se volvió a fugar del penal de La Palma en 2014 a través de un túnel, según sostiene la versión oficial.

Las versiones sobre la posible liberación de “El Vicentillo” y Jesús Zambada comenzaron a circular en marzo de este año cuando trascendió que ambos ya estaban libres; se dijo también que “El Vicentillo” habría quedado bajo resguardo domiciliario, pese a que su liberación oficialmente estaba programada para el año 2024.

Otro capos también han recuperado su libertad: es el caso de Mauricio Poveda, “El Conejo”.

Jesús Zambada García fue detenido en la Ciudad de México la madrugada del 18 de marzo de 2009 en una casa de la calle Lluvia, en la colonia Jardines del Pedregal, en la alcaldía Álvaro Obregón.

Agentes vestidos con uniforme militar lo aprehendieron en ese sitio y lo pusieron a disposición de las autoridades federales; Por su parte, Vicente Zambada Niebla, “El Vicentillo”, se entregó a la justicia y permaneció incomunicado y maniatado. La mañana del 19 de marzo de 2009 fue presentado ante las cámaras de televisión como un peligroso capo. Este fue uno de los golpes más fuertes que recibió el cártel de Sinaloa.

Luego de permanecer once meses arrestado y sin ningún expediente abierto en su contra, “El Vicentillo” fue extraditado y recluido en una cárcel de Chicago. Más tarde fue enviado a una prisión de máxima seguridad en Michigan.

Se asegura que los primeros dos años los pasó en una celda donde no tenía contacto con otros reclusos. Estas condiciones casi de aislamiento causaron serios problemas psicológicos al hijo de “El Mayo” Zambada.

Jesús Zambada, su tío, fue arrestado el 20 de octubre de 2008 en la ciudad de México. En ese tiempo Sinaloa se había enfrentado a los hermanos Beltrán Leyva, quienes después de ser socios del cártel pasaron a convertirse en sus enemigos acérrimos.

Jesús Zambada controlaba las operaciones de tráfico de drogas en el Aeropuerto Internacional Benito Juárez de la Ciudad de México; mantenía controlados a funcionarios de la extinta Procuraduría General de la República mediante sobornos, así como a altos miembros de Interpol e incluso cooptó a funcionarios de la embajada de Estados Unidos. Uno de sus enlaces era Genaro García Luna, actualmente preso en Estados Unidos por brindar protección, como secretario de Seguridad Pública federal durante el gobierno de Felipe Calderón, al cártel de Sinaloa.

De acuerdo con la investigación conocida como “Operación Limpieza”, realizada por la PGR, el cártel de Sinaloa les pagaba medio millón de dólares a funcionarios ministeriales adscritos a la Siedo para que les proporcionaran información sobre investigaciones en contra de miembros del cártel de Sinaloa, operativos y extradiciones.

Así, luego de testificar en contra de “El Chapo”, a quien hundieron en una prisión y le impusieron una cadena perpetua, tanto “El Vicentillo” como su tío Jesús Zambada, “El Rey”, están libres aunque no se sabe si permanecen en Estados Unidos o ya fueron repatriados a México.

El Güero Palma: una historia negra

Lugarteniente de Miguel Ángel Félix Gallardo, jefe del cártel de Guadalajara en los años setenta y ochenta; operador del narcotráfico y hábil en las negociaciones, Héctor Luis Palma Salazar es dueño de una historia que lo mismo pasa por el terror de los accidentes aéreos que por haber sufrido una de las pesadillas más horrendas: la muerte de su esposa y sus hijos como consecuencia de una venganza que derivó en matanzas y desapariciones.

Amigo cercano de Joaquín Guzmán Loera, a quien conoció dentro del círculo de Félix Gallardo, Palma Salazar nació en un pueblo llamado La Noria de Abajo, en el municipio de Mocorito, Sinaloa; sólo pudo estudiar la primaria debido a la pobreza de su familia. El crimen llegó pronto a su vida y en su etapa de adolescente comenzó robando automóviles.

Debido a su habilidad, Félix Gallardo –el mayor traficante de drogas, llamado “El Jefe de Jefes” y/o “El Padrino”, lo contrató como sicario en los años setenta. Más tarde le encargó el contrabando de cocaína en Sonora y en otros estados del norte del país.

En esos años –los de verdadero esplendor para Félix Gallardo –Palma Salazar tuvo la oportunidad de hacerse amigo de “El Chapo” Guzmán, entonces era lugarteniente de Félix Gallardo. En esa época, “El Güero” Palma fue atenazado por la ambición y se le hizo fácil apropiarse de un cargamento de cocaína. Esto derivó una venganza cruel.

Hacia finales de los años ochenta, después de la captura de Félix Gallardo en abril de 1989, tanto “El Chapo” como “El Güero Palma se empezaron a encumbrar a pasos agigantados en el negocio del narcotráfico. Ambos hicieron crecer al llamado cártel de Sinaloa. Pero el golpe ya lo esperaba. Félix Gallardo, conocido en el mundo mafioso como “El Padrino”, enojado por el robo del cargamento, planeó la venganza y presuntamente ordenó que mataran a la esposa y a los hijos de Palma. Se había creado una batalla cruente entre los criminales que duró mucho tiempo y hubo demasiado derramamiento de sangre.

Para llevar a cabo el plan, se asegura que Félix Gallardo contrató los servicios del venezolano Rafael Clavel Moreno. El llamado “jefe de jefes” no le perdonó que se haya robado el cargamento. Y es que en el mundo del hampa estas acciones se pagan con la vida, se violan códigos éticos dentro de la mafia que no se perdonan, pues son considerados como una traición.

Luego de ese episodio, la vida de Palma Salazar tomó una dimensión diferente. Félix Gallardo no descansó hasta vengarse. El plan macabro estaba enfocado a causarle a Palma el mayor daño emocional posible. Y lo logró.

Dicho plan inició cuando Clavel Moreno entró en acción. La misión de este sujeto era infiltrarse en el círculo más cercano de “El Güero” Palma. Clavel cumplió con todas las fases de la misión asignada.

Se ganó su confianza hasta el punto de hacerse su socio en el negocio de las drogas, utilizó sus dotes para la seducción con el objeto de casarse con una hermana de Palma y la parte final era convertirse en amante de su esposa –Guadalupe Leija de Palma –, convencerla de extraer millones de las cuentas bancarias y fugarse con él para San Francisco, California, donde una vez hospedados en el hotel procedió a decapitarla.

Unas dos semanas después, llevó a Héctor Jesús y Nátaly –hijos de Palma Salazar y de Guadalupe Leija –hasta San Cristóbal, Venezuela, lugar donde procedió a lanzarlos desde el puente de La Concordia. Antes de aventar al vacío a los chicos preparó una cámara de video y filmó la escena. Luego, preparó la sorpresa, la estocada final: en una caja perfectamente bien decorada como regalo colocó la cabeza de Guadalupe Laija y, en otro paquete, puso el casete con el video. Ambos se les envió a Palma Salazar a su casa. Cuando abrió la caja halló la cabeza de su esposa perfectamente bien conservada en una hielera.

En el panteón Jardines de Humaya de Culiacán, Sinaloa, “El Güero” sepultó a sus familiares. Y ahí construyó un mausoleo valuado en su tiempo en unos 420 mil dólares. En el techo sobresale una pintura de su esposa e hijos.

Palma no se quedó con los brazos cruzados y procedió a vengar la muerte de su familia. Fue ejecutado Clavel Moreno y otros cómplices, persiguió a los gatilleros de Félix Gallardo y a familiares suyos, cuyos cuerpos presentaban múltiples golpes en el cráneo y estallamiento de vísceras. También le declaró la guerra a los hermanos Arellano Félix, a quienes persiguió por todas partes. En ese tiempo, los Arellano eran amos y señores del narcotráfico en Baja California. Controlaban todo el negocio con la complicidad de las autoridades de esa entidad.

Héctor Luis Palma Salazar era un hombre ostentoso cuando tenía poder y dinero. Un ejemplo de ello eran las armas que utilizaba. Todas estaban cubiertas de oro y brillantes y, además, les añadía la figura de una palmera, elaborada con esmeraldas.

En una ocasión tuvo que trasladarse de Ciudad Obregón, Sonora hacia Guadalajara. Abordó una avioneta, pero la aeronave se desplomó. Cuando convalecía militares lo descubrieron porque portaba una lujosa pistola Colt Súper 83. Aquello ocurrió en junio de 1985.

Tras ser detenido, las autoridades mexicanas lo condenaron a siete años de cárcel. Fue confinado en el reclusorio de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco, por posesión de cocaína, delitos de narcotráfico y crimen organizado.

En Puente Grande coincidió con su amigo Joaquín Guzmán Loera, quien junto con Arturo Martínez, “El Texas” dominaban la prisión. Las investigaciones que se llevaron a cabo tras la fuga de Guzmán Loera, en enero de 2001, revelan que estos capos imponían las reglas dentro de la cárcel y, por ello, fueron señalados como cómplices de aquella espectacular evasión.

La historia de crueldad seguiría a Palma Salazar algunos años más. En 2007, fue extraditado a Estados Unidos y fue declarado culpable de traficar con cocaína en el año 2008. Por ello, fue enviado a una prisión de Phoenix, Arizona, donde tenía contacto con otros presos, pero una vez que lo condenaron a 16 años de cárcel y cinco de libertad vigilada fue enviado a la prisión federal de Colorado, en el centro de Estados Unidos.

Su nueva casa sería la cárcel de ADX Florence, la prisión de máxima seguridad y más segura de ese país. Es la misma en la que Guzmán Loera purga actualmente una cadena perpetua.

El lugar es famoso por la vista que ofrecen las montañas del condado de Freemont. Sin embargo, el centro penitenciario está diseñado para que los presos nunca pueden deleitarse con esa maravillosa vista. Eso es parte del castigo y la crueldad de la cárcel.

Dicha cárcel está considerada una de las peores dentro de la amplia red de prisiones en Estados Unidos. De la totalidad, la más severa es ADX, la que también es conocida como “La Alcatraz de las Rocosas”.

En ese lugar Palma nunca pudo ver a otros presis. Se asegura que pasaba 23 de las 24 horas del día en su celda y sólo una hora podía ver y tomar el sol. El cielo apenas y era visible a través de una pequeña ventana. Como no hablaba inglés y los guardias no hablaban español, pasaba largos periodos de tiempo sin poder hablar.

Palma Salazar cumplió 9 de los 16 años de su sentencia por tráfico de drogas. A lo largo de los años de reclusión mostró buena conducta y por ello fue liberado con anticipación el 15 de junio de 2016. Entonces tenía 56 años. Estaba enfermo. Padecía una hernia Inguinal, hemorroides, mala visión y tenía la dentadura deteriorada.

Héctor Luis Palma Salazar, según sus antecedentes criminales, fue el segundo líder más importante de un cártel que logró ser liberado de una prisión estadunidense. El primero fue Francisco Arellano Félix, en 2008, quien salió para morir: tras ser enviado a México el mayor de los Arellano se afincó en Tijuana, Baja California. En una ocasión se celebró una fiesta infantil en la ciudad de Ensenada. Francisco estaba sentado en la mesa de honor. Cuando los payasos presentaban su espectáculo, uno de ellos se paró frente a la mesa de los invitados especiales, metió la mano derecha entre su ropaje holgado, sacó una pistola y le disparó a Arellano, quien instantáneamente falleció.

Tras ser enviado a México, se pensaba que Palma Salazar sería liberado porque ya no tenía delitos por los cuales ser procesado. Estuvo a punto de quedar en libertad, pero las autoridades sacaron un expediente por el delito de homicidio. En los años noventa, según esa causa penal, había asesinado a un agente. Por ello, fue recluido en el penal de máxima seguridad de La Palma, donde permanece todavía.

Sin embargo, el exlíder del cártel de Guadalajara y de Sinaloa podría salir libre en cualquier momento si es que no le comprueban el crimen que –se asegura –cometió.

Miguel Ángel Félix Gallardo, por su parte, sigue recluido en el panel de Puente Grande. Está acusado de la tortura y muerte de Enrique Camarena Salazar, el agente de la DEA asesinado en 1985. El delito de narcotráfico ya lo compurgó, por ello, le devolvieron algunas propiedades que tiene en Veracruz, entre otros, el rancho “Camino Real”, ubicado en el municipio de Náutla.

Otro de los acusados por la muerte de Camarena fue Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”, pero logró obtener la prisión domiciliaria, lo que no ha logrado Félix Gallardo a pesar de las enfermedades que padece.

 

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.
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