Guadalajara, 31 Oct. (Notimex).- El Día de Muertos es una celebración ancestral en México y en Jalisco se intenta reforzar esta tradición colmada de misticismo y olor a cempasúchil, con la que en forma irónica y nostálgica se recuerda a familiares y amigos fallecidos.
Los jaliscienses acuden a los panteones a depositar ofrendas florales a sus seres queridos, pero además instalan un Altar de Muertos en oficinas, instituciones educativas, empresas y en muchos hogares rinden también este tributo a los muertos de la familia.
El Altar de Muertos es una tradición transmitida de generación en generación y consiste en la construcción de una mesa con diversos niveles o plataformas en la que se depositan ofrendas florales y alimentos en honor a los difuntos familiares o de algún personaje ilustre.
A esta tradición prehispánica se le unen en la actualidad otra serie de actividades que buscan reforzar esta celebración que caracteriza al mexicano que gusta de rendir tributo a sus difuntos.
Para este día tan importante en la cultura del mexicano es costumbre también consumir ciertos alimentos, como el pan de muerto y las calaveritas de dulce, además se comparte con los difuntos, en sus altares, mandarinas, naranjas, caña y muchas flores.
Se unen a estas tradiciones obras de teatro, recorridos nocturnos en panteones y sitios culturales, lectura de leyendas e historias relacionadas con los que se han adelantado al más allá, desfiles con personajes creados muchas veces por la imaginación, en fin un gran número de actividades.
El objetivo es que no se olvide esa tradición que es parte de la esencia misma del mexicano y que además de venerar a sus difuntos es una forma de burlarse y convivir con la muerte.
Para Margarita Arredondo, de 79 años, el Día de Muertos ha sido siempre muy especial para su familia, porque conservan la tradición de poner un altar a sus difuntos con alimentos y fotografías, para “recordar todo lo bueno, nada de malo, anécdotas positivas”.
Comentó que es una costumbre de toda su familia, de sus papás y que espera la sigan teniendo sus nietos. “Ahora es más práctico porque ya venden el papel picado y todas las cosas que se necesitan para un altar, y las costumbres van cambiando, ahora se ponen otros alimentos, pero la tradición sigue y eso es lo que cuenta”, acotó.
Por su parte, la Secretaría de Cultura de Jalisco ofreció por esta fecha una Ofrenda de Muertos dedicada al escritor Arturo Azuela, mediante un altar siguiendo las tradiciones, utilizando flores de cempasúchil, velas, papel picado, la fotografía del escritor y aquellos objetos que eran de su agrado, así como su comida.
El Museo de Arqueología de Occidente celebra esta tradición con recorridos nocturnos, en donde las personas observan sus instalaciones a oscuras, sólo iluminado por la luz de las velas y acompañados por un guía que mostró las cuatro plantas del inmueble.
El recorrido es por algunos de los cuartos y, sobre todo, bajo la lectura de las leyendas que nacieron en esta edificación de casi 300 años, que fuera convento, seminario y cuartel militar.
La SCJ inauguró “Alegorías de las Calaveras”, muestra a cargo del Centro Educativo “La Barranca”, en el Cultural Patio de los Ángeles, así como el tradicional Altar de Muertos y la exposición “Una vida en Oración” de Israel Pérez.
También, del 1 al 3 de noviembre, la SCJ realizará el primer Concurso de Tumbas y Altares de Muertos Prehispánicos “El día de los ancestros”, en la zona arqueológica Guachimontones, en Teuchitlán, Jalisco.
El 2 de noviembre, efectuará el primer Concurso de Altares de Muertos, a través del programa Vías Verdes Jalisco, por lo que invita a visitar la Antigua Estación de Ferrocarril de Ameca en donde a través del voto de los visitantes se premiará a los ganadores del Concurso.