Tepco, la compañía propietaria y operaria de las centrales nucleares de Fukushima Daiichi y Daini, está evaluando anomalías en las instalaciones a raíz del temblor. La empresa no ha detectado cambios en la presión de las vasijas de contención de los reactores ni variaciones en los niveles de radiación dentro y en los alrededores de las instalaciones.
Por María Roldán
Tokio, 17 mar (EFE).- Al menos cuatro personas murieron y más de 200 resultaron heridas por el fuerte terremoto que sacudió Fukushima anoche, dejando desperfectos en infraestructuras e interrupciones en el transporte y la actividad comercial que continúan bajo evaluación.
El temblor, que sacudió el este y centro del archipiélago durante medio minuto, comenzó a las 23:36 horas del jueves (14:36 GMT) a 57 kilómetros de profundidad frente a las costas de Fukushima y Miyagi, con una magnitud preliminar de 7.3 posteriormente revisada hasta 7.4. Siguió a otro breve temblor de 6.1 que azotó la misma zona.
Al menos cuatro personas han fallecido, informó el Primer Ministro Fumio Kishida, mientras el balance de heridos más reciente recogido por la cadena pública NHK se eleva a 212.
El terremoto desató una alerta de tsunami en el noreste que se saldó sin mayores contratiempos, con una altura máxima de 30 centímetros en el puerto de Ishinomaki, pero que trajo a la memoria, en los primeros momentos de incertidumbre, los recuerdos del desastre de 2011, cuyo aniversario fue el pasado día 11.
CIERRES COMERCIALES
Con la luz del día, los medios locales emitieron imágenes de fachadas de edificios dañados, tejas caídas y productos en tiendas desperdigados por el suelo, lo que ha llevado a unos dos centenares de tiendas de comestibles en Miyagi y Fukushima a no operar debido a la pérdida de género y cortes energéticos.
Unos 2.2 millones de hogares llegaron a quedar puntualmente sin electricidad, según el proveedor de la región, Tokyo Electric Power (Tepco), que informó de la reanudación progresiva del servicio, aunque unas tres mil viviendas del noreste siguen sin abastecimiento.
El Gobierno central ha desplegado tropas en la ciudad de Soma y localidades aledañas para ayudar con el reparto de agua. El terremoto registró allí una intensidad de seis, superior en la escala sísmica japonesa de siete niveles, centrada en medir la agitación en la superficie y los daños.
A ese nivel muchas personas encuentran imposible mantenerse de pie sin sujetarse a algo o moverse si no es a gatas.
Imágenes de casas de particulares agitándose con violencia en el momento del seísmo, libros y otros enseres cayendo de estanterías y mobiliario inundaron las redes sociales del país durante la noche.
La intensidad registrada en la capital fue de cuatro en esa escala.
El sismo ha provocado la suspensión de la producción de varios fabricantes de semiconductores, entre ellos Renesas, Toshiba y Sony, y también del líder global del motor Toyota, mientras evalúan el estado y solventan problemas en sus instalaciones en la zona.
SUSPENSIONES DEL TRANSPORTE
El operador ferroviario JR East ha suspendido hasta nuevo aviso algunas de sus rutas a la región noreste tras el descarrilamiento sin heridos de un tren de alta velocidad y otros daños.
«Hay daños en muchos sitios, como en los tejados de algunas estaciones, en vigas, columnas…, así como obstáculos en las vías», dijo a Efe un portavoz de la compañía, que no sabe cuándo podrán restablecer los servicios.
Unas 132 mil personas del área metropolitana de Tokio se han visto afectadas por ello y las aerolíneas se han aventurado a fletar aviones para cubrir los trayectos afectados.
Algunas carreteras que conectan con la región permanecen cortadas por grietas en la calzada o derrumbamientos que han bloqueado autopistas y carreteras comarcales.
ANOMALÍAS EN LA ACCIDENTADA CENTRAL NUCLEAR
Por su parte, Tepco, la compañía propietaria y operaria de las centrales nucleares de Fukushima Daiichi y Daini, está evaluando anomalías en las instalaciones a raíz del temblor.
En Daiichi, en proceso de desmantelamiento desde la crisis nuclear de 2011, se ha detectado una grieta en uno de los sistemas de refrigeración, sin que se hayan producido fugas.
Algunos tanques que almacenan toneladas de metros cúbicos de agua contaminada [y posteriormente tratada] tras emplearse para enfriar los reactores dañados en el accidente de hace más de una década se han desplazado, y hay desperfectos en algunas vigas y otras estructuras de la central.
La empresa dijo no haber detectado cambios en la presión de las vasijas de contención de los reactores ni variaciones en los niveles de radiación dentro y en los alrededores de las instalaciones, aunque continúa analizando la situación.
«Recordé lo sucedido hace once años y me preocupé por si algo iba mal en la central», coincidieron hoy en declaraciones a la cadena pública NHK varios residentes de Tomioka, una de las localidades que tuvieron que evacuar en 2011 por su proximidad a la planta.
Los sismólogos han alertado sobre la posibilidad de que un terremoto similar se produzca en el marco de una semana.
La región noreste de Japón ya registró en fechas similares de 2021 sendos terremotos de magnitud considerable. El 13 de febrero del año pasado, otro seísmo de 7.3 con epicentro frente a Fukushima sacudió el país y en torno a un mes después, el 20 de marzo, otro de magnitud 7.2 se produjo en Miyagi, con alerta de tsunami incluida.
En aquel entonces las autoridades sísmicas niponas calificaron los temblores como posibles réplicas del terremoto de 9.1 de 2011.