El Presidente López Obrador ha insistido en que «no van a aumentar los precios de las gasolinas, del diésel, del gas, de la luz a pesar de la nueva crisis provocada por la invasión y la guerra en Ucrania».
Ciudad de México, 15 de marzo (EFE).- El Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se reúne este martes con los encargados de las seis refinerías del país para avanzar en la «autosuficiencia energética» y controlar así el alza de los precios de las gasolinas.
El mandatario explicó que los gerentes están reunidos para definir una estrategia debido al aumento del precio del crudo. Y agregó que están «rehabilitando las refinerías para avanzar más con el propósito de la autosuficiencia y de no aumentar los precios de los combustibles».
El Presidente insistió en que «no van a aumentar los precios de las gasolinas, del diésel, del gas, de la luz«.
«No van a aumentar a pesar de la nueva crisis provocada por la invasión y la guerra en Ucrania. Vamos a seguir manteniendo estos precios. Y por eso la reunión con los gerentes de las seis refinerías, con el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, y con Rocío Nahle, la Secretaria de Energía», agregó.
Indicó que ahora las refinerías están operando al 76 por ciento de su capacidad y se quiere mejorar incluso esta capacidad para producir más gasolinas.
También indicó que, mejorando y modernizando las refinerías y las plantas coquizadoras, se logrará mejorar la calidad del refinado y tener «menos combustóleo», que es más contaminante.
En la reunión de este martes, los gerentes entregarán sus conclusiones al mandatario, explicó.
Desde la invasión de Rusia en Ucrania los precios del petróleo han ascendido sustancialmente, situándose varios días por arriba de los 100 dólares por barril de Brent e incluso para el barril de mezcla mexicana, que actualmente se ubica en 99.48 dólares.
Esta situación ha disparado en varios países los precios de las gasolinas y la inflación, aunque el Presidente mexicano ha asegurado en varias ocasiones que la situación no afectará a México.
A principios de marzo, para controlar las posibles subidas, el Gobierno de México decretó un estímulo fiscal del 100 por ciento del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) que pagan los consumidores por la gasolina Magna y el diésel.