Las historias que se cuentan en Veracruz son variadas, hay algunas que explican el origen de fenómenos naturales o de algún ingrediente como la vainilla y otras que cuentan cómo una mujer se alejó en una barca que pintó en una pared. En la leyenda El Sambomono se cuenta la historia de Juan, un joven del pueblo Tres Zapotes.
Ciudad de México, 13 de marzo (SinEmbargo).- Veracruz cuenta con leyendas muy famosas y otras que no son tan conocidas, en especial por los habitantes de otras entidades, en esta ocasión compartimos la leyenda de El Sambomono.
Se cuenta que en el pueblo de Tres Zapotes vivían un señor y su hijo, un joven bueno aunque algo raro. El muchacho de nombre Juan prefería bañarse a solas y no con los otros niños que se bañaban en el río. Un día los otros niños lo espiaron mientras se bañaba y descubrieron que el cuerpo de Juan estaba lleno de pelos y que además, tenía una cola. La reacción de todos los muchachos fue burlarse de Juan además jalarlo y tratar de tocar su cola.
Juan escapó y corrió en busca de su padre a quien le contó lo sucedido. Juan no quería volver al río ni a la escuela pues tenía mucho coraje y rabia en contra de los niños que se habían burlado de él y lo habían molestado, Juan decía que él tenía cuerpo y la fuerza de un oso y que podría acabar matándolos.
El papá del joven estaba preocupado por la crueldad de los otros muchachos hacia su hijo, sin embargo, no encontraba la manera de convencer a su hijo de no hacer caso. Juan quería abandonar el pueblo, su idea era irse al monte y que nadie lo buscara o respondería con fuerza. Aunque el padre no podía aceptar esa idea, no logró detener a Juan y este partió al monte.
Cada vez que el señor quería visitar a su hijo, tocaba una caracola de mar para anunciar su llegada, así, Juan sabía que se trataba de su padre.
Poco tiempo después empezaron a correr historias de desaparecidos en el monte, se decía que los que se internaban entre los árboles no volvían a casa y por las noches se escuchaban gritos desgarradores. La idea que circulaba entre los habitantes es que había una bestia, un humano con cuerpo peludo y con cola que empezaron a llamar Sambomono.
El papá nunca se atrevió a hablar de su hijo al escuchar todas las historias, solamente recomendaba no acercarse al monte y si necesitaban pasar por ahí, tocaran una caracola para que el «animal» no los atacara.