Johnny T. Stine aseguró haber desarrollado una vacuna contra la COVID-19 la cual vendió en varios estados de EU entre 400 y 1,000 dólares; fue sentenciado a 5 años de libertad condicional y un pago de indemnización por casi 250 mil dólares.
Ciudad de México, 10 de marzo (RT).- Un estadounidense acusado de hacerse pasar por experto en biotecnología y vender una supuesta vacuna anticovid fue sentenciado este martes por un tribunal federal de Washington a cinco años de libertad condicional, así como a pagar una indemnización de 246 mil 986 dólares, informó la Fiscalía del Distrito Oeste del estado.
Según señaló Nick Brown, fiscal a cargo del caso, en diversas publicaciones hechas en redes sociales entre marzo y abril de 2020, Johnny T. Stine, de 57 años, afirmó ser el fundador de North Coast Biologics y haber desarrollado un fármaco contra la COVID-19, el cual suministraba en varios estados del país por un precio de entre 400 y mil dólares.
A pesar de haber sido advertido por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) y conminado a dejar de ofrecer su producto, y a comprometerse con la Fiscalía de Washington a no promocionarlo ni venderlo como una vacuna, Stine comenzó a comercializarlo como un «inmunógeno», por lo que fue detenido en Idaho en agosto del 2020 por agentes encubiertos, quienes simularon ser pacientes interesados en recibir el tratamiento.
De acuerdo con el documento judicial, entre 2018 y 2020 el sentenciado también vendió supuestas vacunas que, según prometía, eran capaces de curar a enfermos de cáncer, estafa con la que ganó más 200 mil dólares. «Realmente se aprovechó de aquellos que estaban desesperados por cualquier rayo de esperanza, llevando a las personas a inyectarse con sustancias no aprobadas, desarrolladas en un garaje alquilado y sin garantía de seguridad o pureza», recalcó Brown.
Aunque la Fiscalía solicitó una pena de prisión, por el peligro que supone proporcionar «un tratamiento médico no aprobado y muy probablemente ineficaz», el juez Brian Tsuchida decidió no acceder a esa petición. «Este es un caso difícil y preocupante […] Sería completamente razonable enviarlo a la cárcel, pero voy a darle una sentencia de libertad condicional más larga, para que podamos vigilarlo», justificó su decisión el magistrado.