La simulación fue realizada en 2019, por los investigadores y Alex Wellerstein, Tamara Patton, Moritz Kuett y Alexander Glaser, en la Universidad de Princeton, en el contexto del conflicto en Crimea.
Ciudad de México, 26 de febrero (SinEmbargo).– Un video que el departamento de Ciencia y Seguridad Global de la Universidad de Princeton elaboró en 2019, titulado «Plan A», ha vuelto a difundirse luego de la invasión de Rusia a Ucrania.
En el video se ha compartido nuevamente en redes debido a que realiza una simulación de lo que ocurriría en una eventual escalada de guerra nuclear entre Rusia y Estados Unidos.
El departamento señala que la simulación utiliza «posturas, objetivos y estimaciones de fatalidad realistas de la fuerza nuclear», y como resultado estima que habría más de 90 millones de muertos y heridos en las primeras horas del conflicto.
El proyecto «está motivado por la necesidad de resaltar las consecuencias potencialmente catastróficas de los actuales planes de guerra nuclear de Estados Unidos y Rusia». Además destacan «el riesgo de una guerra nuclear», ya que «Estados Unidos y Rusia abandonaron los tratados de control de armas nucleares de largo plazo y comenzaron a desarrollar nuevos tipos de armas nucleares y ampliaron las circunstancias en las que podrían usar armas nucleares».
La simulación empieza con un avance de ataque por parte Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), lo que hace responder a Rusia con un disparo de advertencia nuclear desde una base cerca de la ciudad de Kaliningrado.
La OTAN responde con un único ataque aéreo nuclear táctico.
El siguiente movimiento de Rusia sería mandar 300 ojivas nucleares -también conocidas como cabeza nucleares- a través de aviones y misiles de corto alcance para golpear las bases de la OTAN, y así lograr un avance de tropas. La OTAN respondería con 180 cabezas nucleares vía aérea. El saldo de bajar de ambos ataques sería de 2.6 millones.
Los ataques, que tendrían de acuerdo con la simulación una duración aproximada de tres horas, dejarían al continente europeo «destruido», lo que abriría el paso a que Estados Unidos lanzara un ataque de 600 ojivas nucleares desde su territorio con el objetivo de impactar a las fuerzas nucleares rusas. Rusia contendría el ataque con misiles lanzados desde bases militares protegidas, submarinos y vehículos remotos.
Finalmente, los lanzamientos de la OTAN y Rusia apuntarían a las 30 ciudades más pobladas de cada uno con cinco o 10 cabezas nucleares, dependiendo de su población, lo que daría un saldo de 85.3 millones de bajas, en aproximadamente 45 minutos.
La simulación estima 91.5 millones de bajas, incluidas 34.1 millones de personas fallecidas de los intercambios nucleares, sin contar los efectos a mediano y largo plazo a la exposición nuclear.
RUSIA AMENAZA CON ARMAS NUCLEARES
El día de ayer, el Presidente Vladimir Putin amenazó con el uso de armas nuclear, en medio de la invasión rusa en Ucrania, al decir que «la Rusia de hoy sigue siendo uno de los Estados nucleares más poderosos”.
«[Rusia] tiene cierta ventaja en varias armas de última generación. En este contexto, no debería haber ninguna duda para nadie de que cualquier agresor potencial enfrentará la derrota y consecuencias siniestras si ataca directamente a nuestro país”, aseveró el mandatario.
Ningún país ha usado armas nucleares desde 1945, cuando el Presidente estadounidense Harry Truman arrojó bombas sobre Japón, con una pérdida de alrededor de 200.000 vidas, en su mayoría civiles, en Hiroshima y Nagasaki. En todo el mundo, incluso hoy, muchos lo consideran un crimen contra la humanidad.
Luego de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tuvo el monopolio nuclear, pero la Unión Soviética anunció unos años después su propia bomba nuclear y los dos bandos de la Guerra Fría se embarcaron en una carrera armamentista para construir y desarrollar armas cada vez más potentes durante las siguientes décadas.
Con la desaparición de la Unión Soviética en 1991 y su transición a una anhelada democracia bajo el mandato de Boris Yeltsin, Estados Unidos y Rusia acordaron limitar sus arsenales. Otras naciones postsoviéticas, como Ucrania, Kazajistán y Bielorrusia, renunciaron voluntariamente a las armas nucleares de su territorio tras la disolución de la URSS.
En los últimos años, el tema de armas nucleares era en el contexto de frenar su proliferación en países como Corea del Norte e Irán.
Este 26 de febrero, Dmitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, advirtió que Moscú podría responder a las sanciones occidentales abandonando el acuerdo más reciente con Estados Unidos sobre armas nucleares, cortando los lazos diplomáticos con países de Occidente y congelando sus activos.
“Estamos siendo expulsados de todas partes, castigados y amenazados, pero no tenemos miedo”, agregó, burlándose de las sanciones impuestas por Estados Unidos y sus aliados como un intento de reivindicar sus pasadas “decisiones vergonzosas, como una retirada cobarde de Afganistán”.
Medvedev fue Presidente de Rusia en 2008-2012, cuando el ahora Presidente Vladimir Putin tuvo que cambiar al puesto de Primer Ministro debido a los límites de mandato. Putin recuperó la Presidencia posteriormente y Medvedev se desempeñó como su Primer Ministro durante ocho años, hasta 2020.
Medvedev subrayó que las sanciones occidentales ofrecen al Kremlin un detonante para revisar por completo sus lazos con Occidente, lo que indicó que Rusia podría optar por no participar en el nuevo tratado de control de armas nucleares START, que limita los arsenales nucleares de Estados Unidos y Rusia.
El tratado, que Medvedev firmó en 2010 con el entonces Presidente estadounidense Barack Obama, limita a cada país a tener no más de mil 550 ojivas nucleares desplegadas y 700 misiles y bombarderos desplegados, y prevé inspecciones generales in situ para verificar su cumplimiento.
El pacto, el último acuerdo restante de control de armas nucleares entre Estados Unidos y Rusia, expiraba en febrero de 2021, pero Moscú y Washington lo extendieron por otros cinco años.
-Con información de AP