Tras la detención de «El Menor», las autoridades mexicanas y estadounidenses consideran que podría ser el inicio de una operación para desmantelar el llamado Cártel de los Salgueiro Nevarez, el cual operó en conjunto con el Cártel de Sinaloa para controlar la zona serrana de Chihuahua.
Por Miguel Ángel Vega
Culiacán, 22 de febrero (Río Doce).– La detención de Brian Salgueiro Zepeda, el viernes pasado, sería una de las estrategias más recientes de Estados Unidos para llegar al resto de los hermanos Salgueiro, que junto con Rafael Caro Quintero, Nemesio Oseguera Cervantes, alias «El Mencho»; Ismael Zambada, conocido como «El Mayo»; «Los Chapitos«, y Aureliano Guzmán Loera, se han convertido en una obsesión para la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés).
De acuerdo con el expediente 18-cr-00597, radicado en una Corte Federal de Distrito en Arizona, los Salgueiro forman parte de una célula criminal que ganó notoriedad a partir de 2005, cuando fueron delegados por Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», para controlar toda la zona de serrana de Chihuahua.
Los hermanos Salgueiro entonces identificados como José, Noel, Ruperto y Heriberto, eran principalmente sembradores de mariguana y amapola, pero su negocio fue creciendo hasta que el segundo de ellos, Noel «El Flaco», buscó la forma de crecer su negocio y no conformarse únicamente con ser un campesino, sino también traficar droga y venderla en Estados Unidos.
Eso les habría creado enemigos que buscaban ingresar a su territorio, y con la aprobación del «Chapo», estos empezaron a repeler a los invasores.
El documento del Departamento de Justicia, cargado de tachaduras en nombres y fechas, precisa que de traficar inicialmente sólo goma de opio y mariguana, pasaron a la producción y tráfico de heroína. Pero como sus compradores en Estados Unidos también les solicitaron cocaína y metanfetaminas, empezaron a mover ese tipo de droga, aunque sin precisar si sólo uno de los hermanos o todos se involucraron en la expansión del “negocio”.
La acusación señala que esa nueva actividad les creó mayores conflictos, y sin precisar si eran con grupos rivales o con funcionarios militares o de Gobierno, se coordinaron con el líder de otra facción del Cártel de Sinaloa, para seguir produciendo y traficando drogas a Estados Unidos.
Los hermanos Salgueiro habrían continuado durante años con un perfil bajo y casi sin llamar la atención, hasta que «El Flaco» Salgueiro se hizo cargo de la zona norte de Chihuahua, y armándose de un ejército a quienes bautizó como Gente Nueva, se metió de lleno a Juárez a pelear el territorio en nombre de su organización, pero también con la anuencia del «Chapo» Guzmán, que entonces se había convertido en el objetivo número uno del Gobierno de Estados Unidos.
Entre 2008 y 2010, «El Flaco» Salgueiro habría peleado a muerte contra los pistoleros del Cártel de Juárez, en una guerra que en tan sólo tres años cobró la vida de más de 7 mil personas. Hasta que el 4 de octubre de 2011, elementos del Ejército lo arrestaron en Culiacán.
Según expedientes de Sedena de ese año, «El Flaco» contaba con la orden de aprehensión número A/222/10, emitida un año antes, luego que informantes de la DEA que estaban infiltrados dentro del Cártel de Sinaloa, lo señalaran como uno de los lugartenientes del «Chapo» para operar en la zona del norte de Chihuahua, y el causante de toda la violencia que se vivía en Ciudad Juárez.
El informante, de quien se desconoce su identidad y quien posteriormente se habría integrado al programa de testigos protegidos, no se habría detenido ahí, sino que también acusó al resto de los hermanos Salgueiro, precisando nombres completos, apodos, números de teléfonos, incluso lugares que frecuentaban.
Un año después, fue detenido José Salgueiro en Parral, Chihuahua, pues fue quien habría quedado a cargo de la organización tras la detención del «Flaco».
A partir de ese momento, la cacería de los Salgueiro comenzó. Según información extraoficial, lo que a continuación siguió fue juntar todos los elementos posibles para que fiscales estadounidenses inculparan a los otros dos hermanos: Ruperto y Heriberto, y así solicitar a un Juez federal que emitiera una orden de arresto en contra de ellos.
Esa orden de arresto tardaría años en llegar, pues los elementos para inculpar a los hermanos Salgueiro no eran suficientes. José, «El Che», fue entonces puesto en libertad, pero a los meses, otro de los hermanos, Heriberto Salgueiro, cayó en manos de la Justicia, el 16 de noviembre de 2015, luego que elementos del Ejército lo detuvieron en Culiacán, con armas largas y cortas, 18 mil 900 dólares americanos en efectivo, y 500 gramos de heroína, según reportes de Sedena reproducidos por medios nacionales.
Hasta ese momento, y aún cuando Estados Unidos sabía de él, no lo requería, y fue internado en el penal de Aguaruto, de dónde salió libre pocos años después por falta de pruebas. No sería sino hasta un par de años más tarde que la Fiscalía estadounidense reunió todas las pruebas necesarias para acusarlo de tráfico de droga y logró que un Juez federal emitiera una orden de aprehensión, no sólo en contra de él, sino también contra sus otros dos hermanos: Ruperto y José.
Pero ser buscados no fue suficiente, sino que la DEA los señaló entonces como líderes del Cártel de los Salgueiro Nevarez, ligándolos a la organización de Aureliano Guzmán Loera, y ofreciendo por cada uno de ellos cinco millones de dólares: 15 millones en total.
Según la DEA, esto ocurre cuando un testigo protegido o un informante, revela información y muestra pruebas, y estas a su vez son verificadas con informes de otros testigos protegidos o informantes, y si coincide, se presenta a un Juez para que esta emita una orden de aprehensión.
“Las pruebas deben ser contundentes, porque nosotros como agentes no podemos suponer ni tampoco acusar a alguien sólo porque nuestros informantes nos dicen algo, sino que se corrobora mediante la grabación de llamadas telefónicas, fotos, videos, otras fuentes en Estados Unidos que pueden ser sus mismos compradores, o incluso agentes encubiertos; y una vez que se tienen todos los elementos, se les gira la orden de aprehensión”, explicó Mike Vigil, exagente de la DEA, y quien durante años coordinó investigaciones encubiertas en Sinaloa.
Pero algo adicional debió saber la DEA y el Departamento de Justicia de Estados Unidos (USDOJ) para ofrecer cinco millones de dólares por cada uno de los hermanos, pues de ser identificados como lugartenientes de Joaquín Guzmán, «El Chapo», tan recientemente como en 2020, a ubicarlos como un cártel a finales de 2021 y ofrecer recompensa por cada uno de ellos.
“Algo debe de haber ahí que no se ventila, porque son investigaciones en progreso”, añadió Vigil.
La captura de Brian Salgueiro Zepeda debe ser el primer eslabón para llegar al resto de los hermanos, que se mueven en la región del triangulo dorado, y no bajan a Culiacán por temor a ser arrestados por elementos del Ejército.
Aunque no se menciona en el expediente del USDOJ, es posible que Salgueiro Zepeda sea uno de los nueve nombres que se encuentran tachados en el documento, y ni la DEA ni la Fiscalía estadounidense quisieron precisar si Brian era uno de los acusados.
“Es información clasificada que no se puede revelar en este momento”, dijeron escuetamente en una llamada hecha por Río Doce a voceros del USDOJ.
Lo que sí trascendió durante su detención fue que elementos de la DEA estuvieron coordinando la operación cuando elementos de Sedena y de la Armada de México detuvieron a Brian Salgueiro durante un bautizo, en la iglesia del Padre Cuco, en Las Quintas el pasado viernes.
En un video que circuló en redes sociales, se observa cómo elementos castrenses y un hombre con pasamontañas negro llegan al interior la iglesia y justo cuando el padre oficiaba la misa de bautizó y pregunta “¿Renuncian a ustedes a Satanás?”, toman a un hombre de traje negro por el hombro, este se vuelve confundido y se lo llevan sin que oponga resistencia, ante la sorpresa de los asistentes y acaso del mismo sacerdote, que interrumpe la misa.
Así la detención en Culiacán, Sinaloa de Brian Salgueiro Zepeda, alias “El Barra”, “El 90” o “El Menor”, integrante de "Los Salgueiro", brazo armado del Cártel del Pacífico en Chihuahua. pic.twitter.com/yyhuQYw0cV
— Raúl Flores Martínez (@SoyRaulFlores) February 19, 2022
Según trascendió, Salgueiro Zepeda es hijo de José Salgueiro Nevarez, «El Che», uno de los líderes del Cártel de los Salgueiro Nevarez, en Chihuahua.
Junto con Brian, los elementos castrenses también arrestaron a otras dos personas de quienes se desconoce su identidad, y todos fueron inmediatamente llevados al Aeropuerto de Bachigualato y después trasladados a la ciudad de Chihuahua, vía aérea.
El padre de Brian, José; y sus tíos Ruperto y Heriberto Salgueiro fueron acusados por el Gobierno de Estados Unidos de tráfico internacional de drogas junto con Aureliano Guzmán Loera, hermano de Joaquín Guzmán.
El otro de los hermanos, Noel Salgueiro, «El Flaco», actualmente se encuentra preso en una prisión de máxima seguridad en El Paso, Texas, en espera de ser juzgado.
Brian es originario de Culiacán y nacido el 27 de abril de 1991; también es conocido por alias de «El Menor».