Se trata de la primera investigación a escala mundial de la contaminación por medicamentos en el medio ambiente.
Madrid, 15 de febrero (Europa Press).- Un nuevo estudio sobre la presencia de productos farmacéuticos en los ríos del mundo ha detectado concentraciones potencialmente tóxicas en más de una cuarta parte de los lugares estudiados.
El nuevo estudio, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences analizó 258 ríos de todo el mundo, incluidos el Támesis en Londres y el Amazonas en Brasil, para medir la presencia de 61 productos farmacéuticos, como la carbamazepina, la metformina y la cafeína. Para ello, estudiaron los ríos de más de la mitad de los países del mundo, y en 36 de ellos nunca se habían analizado los productos farmacéuticos.
El estudio forma parte del Proyecto de Vigilancia Mundial de Productos Farmacéuticos, dirigido por la Universidad de York (Reino Unido), que se ha ampliado considerablemente en los dos últimos años, y el nuevo estudio se ha convertido en la primera investigación a escala mundial de la contaminación por medicamentos en el medio ambiente.
Con su último estudio, los investigadores descubrieron que la contaminación farmacéutica está contaminando el agua en todos los continentes y que existe una fuerte correlación entre el estatus socioeconómico de un país y una mayor contaminación de productos farmacéuticos en sus ríos (siendo los países de renta media-baja los más contaminados).
Ríos cargados de farmacos: la contaminación por fármacos es más alta en África, Asia y Suramerica, especialmente en países de bajos ingresos, y están asociados a áreas sin tratamiento de aguas residuales. @svilardyq @RedEcohh @BlogElRio @FNAmbientalhttps://t.co/M4qtucPaeQ
— Silvia López Casas (@SilviaLpezCasa1) February 15, 2022
Además, los altos niveles de contaminación farmacéutica se asociaron más positivamente con las regiones de edad media elevada, así como con las altas tasas de desempleo y pobreza locales y los países y regiones más contaminados del mundo son los que menos se han investigado (a saber, el África subsahariana, Sudamérica y partes del sur de Asia).
Entre las actividades más asociadas a los niveles más altos de contaminación farmacéutica se encuentran el vertido de basuras en las riberas de los ríos, las infraestructuras inadecuadas de aguas residuales y la fabricación de productos farmacéuticos, así como el vertido del contenido de las fosas sépticas residuales en los ríos.
El estudio reveló que una cuarta parte de los lugares contenían contaminantes (como el sulfametoxazol, el propranolol, la ciprofloxacina y la loratadina) en concentraciones potencialmente perjudiciales.
Los investigadores esperan que, al aumentar la vigilancia de los productos farmacéuticos en el medio ambiente, puedan desarrollar estrategias para limitar los efectos potencialmente causados por la presencia de contaminantes.
El estudio incluyó ríos notables como el Amazonas, el Misisipi, el Támesis y el Mekong. Las muestras de agua se obtuvieron en lugares que van desde un pueblo yanomami de Venezuela, donde no se utilizan medicamentos modernos, hasta algunas de las ciudades más pobladas del planeta, como Delhi, Londres, Nueva York, Lagos, Las Vegas y Guangzhou.
También se incluyeron zonas de inestabilidad política como Bagdad, la Cisjordania palestina y Yaundé en Camerún. Los climas donde se obtuvieron las muestras variaron desde la tundra alpina de gran altitud en Colorado y las regiones polares de la Antártida, hasta los desiertos tunecinos.
Si bien los estudios anteriores han controlado los ingredientes farmacéuticos activos en los ríos, éstos han ignorado muchos de los países del mundo, han medido típicamente sólo unos pocos contaminantes selectos y han empleado diferentes métodos analíticos. En conjunto, esto ha dificultado la cuantificación de la magnitud del problema desde una perspectiva global.
El análisis de las muestras de agua se realizó en el Centro de Excelencia en Espectrometría de Masas de la Universidad de York.
El doctor John Wilkinson, del Departamento de Medio Ambiente y Geografía, que codirige el proyecto señala que «con 127 colaboradores de 86 instituciones de todo el mundo, el Proyecto de Vigilancia Mundial de Productos Farmacéuticos es un excelente ejemplo de cómo la comunidad científica mundial puede unirse para abordar problemas medioambientales a gran escala».
«Hace más de dos décadas que sabemos que los productos farmacéuticos llegan al medio acuático, donde pueden afectar a la biología de los organismos vivos –añade–. Pero uno de los mayores problemas a los que nos hemos enfrentado a la hora de abordar esta cuestión es que no hemos sido muy representativos a la hora de controlar estos contaminantes, ya que casi todos los datos se han centrado en unas pocas zonas seleccionadas de Norteamérica, Europa Occidental y China».
«Gracias a nuestro proyecto, nuestro conocimiento de la distribución mundial de los productos farmacéuticos en el medio acuático ha aumentado considerablemente –prosigue–. Este único estudio presenta datos de más países del mundo de los que toda la comunidad científica conocía hasta ahora: 36 nuevos países, para ser exactos, donde sólo se habían estudiado antes 75».
Los investigadores sugieren que su enfoque podría ampliarse en el futuro para incluir otros medios ambientales como los sedimentos, los suelos y la biota, y podría permitir el desarrollo de conjuntos de datos a escala mundial sobre la contaminación.