Leyenda totonaca del origen de la vainilla, la orquídea que nació del amor

13/02/2022 - 12:03 am

Existen leyendas que explican el origen de fenómenos naturales, en esta ocasión, la leyenda totonaca habla del origen de la vainilla, un elemento que forma parte de la gastronomía mexicana y que cautiva con su aroma.

Ciudad de México, 13 de febrero (SinEmbargo).- La vainilla es un elemento veracruzano que cautiva y perfuma al mundo, se ha convertido incluso en un elemento importante para la gastronomía tanto nacional como internacional. Algunas curiosidades de la vainilla son que forma parte de las orquídeas de flores grandes, además, su fruto es una vaina que puede medir entre 15 y 30 centímetros. Las vainas se cortan cuando están verdes y pasan por un proceso de secado en el que su color cambia a negro.

¿Cuál es el origen de la vainilla? Existe una leyenda totonaca en la que se explica cómo esta flor nació del amor entre dos jóvenes. De acuerdo con la página de la Universidad Veracruzana, la historia cuenta que una de las esposas del Rey Teniztli Tercero tuvo una niña de belleza extraordinaria a la que pusieron por nombre Tzacopontziza, es decir, Lucero del alba, ella fue consagrada a la diosa Tonacayohua, dedicada a la siembra y alimentos, ya que su padre no dejaría que los hombres disfrutarán de su hermosa hija.

Cerca de la ciudad de Papantla se ubicaba el templo de Tonacayohua, doce jóvenes que eran consagradas a ella, se encargaban de rendirle tributo. Un día, Tzacopontziza salió del templo en busca de animales para realizar una ofrenda a la diosa, fue entonces cuando se encontró con Zkatan – oxga, un joven que se enamoró de Tzacopontziza desde el primer momento en que la vio, así que se la llevó camino a la montaña, aún sabiendo que esa acción era castigada con la muerte.

La Vainilla Es Usada En Muchos Países Foto Shutterstock

Cuando habían avanzado un poco de camino, un monstruo les cerró el paso y arrojó fuego para que retrocedieran, al regresar en el camino se encontraron con los sacerdotes enfadados y sin dejar que se explicaran, degollaron a los jóvenes y colocaron sus restos en el adoratorio del templo, ahí les quitaron los corazones y los arrojaron a una barranca.

Se cuenta que en el lugar en el que cayeron los corazones, las plantas comenzaron a secarse como si hubiera sido arrojado un maleficio en ese esa zona, sin embargo, tiempo después creció un arbusto de tupido follaje que de manera mágica alcanzó un tamaño considerable y se convirtió en un árbol en tan sólo unos días. A un lado del arbusto brotó una orquídea trepadora que se enrolló en el tronco del arbusto, parecía que lo estaba abrazando con delicadeza y a su vez, la orquídea parecía estar protegida por la sombra del árbol.

La orquídea dio muchas flores y junto al árbol llamaron la atención de los habitantes del pueblo y de los sacerdotes, estos señalaron que la sangre de los jóvenes se había transformado en estas dos plantas, pero se llevaron una sorpresa más grande cuando notaron que las flores se transformaron en delgadas vainas que después de madurarse contaban con un aroma muy agradable. Así, la orquídea fue declarada planta sagrada y pasó a formar parte de los adoratorios totonacos como una ofrenda de la hermosa joven, así nació Xanath, que en totonaco es flor recóndita.

Redacción/SinEmbargo
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