Un equipo de Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Dinamarca estudió los datos de 191 especies de mamíferos para determinar qué características podrían influir en la susceptibilidad del cáncer.
Francia, 5 de febrero (RFI).- Un equipo internacional de científicos quiso saber qué especies de mamíferos son más propensas a tener cáncer: ¿un elefante, un león, la mara patagónica? Los resultados, publicados en Nature, fueron sorprendentes y se observó una incidencia mayor en los mamíferos carnívoros, como el demonio de Tasmania. El estudio profundiza en la «paradoja de Peto», que constata que la incidencia de cáncer en distintas especies de animales no guarda una correlación con el número de células de un organismo.
Es una investigación sorprendente en torno al cáncer. Estudiar la prevalencia de esta enfermedad en relación con los animales.
Pareciera que esta enfermedad es exclusiva del hombre. Pero no es así. Los animales también desarrollan cáncer. En el caso de los mamíferos, mucho tiempo se creyó que entre más grandes o más longevos, más posibilidades tenían de desarrollar esta enfermedad, al tener más células que puedan mutar y convertirse en cancerosas.
Pero por algún motivo, en los hechos no sucede, es la llamada «Paradoja de Peto», en honor al epidemiólogo y estadístico inglés Richard Peto, primer científico en observar este fenómeno en 1977.
En este sentido, un equipo internacional de Francia, Inglaterra, Estados Unidos y Dinamarca estudió los datos de 191 especies de mamíferos para determinar qué características de las especies podrían influir en su susceptibilidad a esta enfermedad.
La investigación fue posible gracias a una gran base de datos de la organización Species360, con datos de mil 300 zoológicos del mundo entero, con registros de animales en cautiverio desde el 2010 hasta la fecha. La investigación analizó estos datos con relación al cáncer.
Los resultados, publicados en Nature fueron sorprendentes: los carnívoros, en particular aquellos que se alimentan de otros mamíferos, son los que presentan las tasas de cáncer más elevadas; es el caso del león o del demonio de Tasmania, éste último presenta una altísima tasa de cáncer.
Este estudio también permite identificar ciertas especies con muy baja prevalencia de cáncer, como el antílope cervicabra (también llamado antílope negro o indio), la mara patagónica, especie endémica de Argentina, una especie de liebre, aunque en realidad pertenece a la familia de los roedores.
Y, por último, los ungulados, una superorden de mamíferos placentarios cuya característica común es tener pezuña: elefantes, venados, bisontes o llamas son algunos ejemplos.
El estudio, además de arrojar luz sobre el cáncer y los animales, da nuevas herramientas para identificar mecanismos de resistencia al cáncer que podrían servir como fuente de inspiración para el desarrollo de nuevas terapias.