El 27 de octubre de 2008, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, emitió la Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible de los Juegos de Pelota de Origen Prehispánico. Sin embargo, tan sólo un año después las autoridades capitalinas anunciaron la construcción del Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México (CAEPCCM), conocido actualmente como el C5, nada más y nada menos que en el mismo espacio que ocupaba el pasajuegos de Balbuena.
Ciudad de México, 5 de febrero (SinEmbargo).- Los juegos prehispánicos mantienen desde hace años una batalla para evitar su desaparición. El juego de pelota mixteca, una de las distintas modalidades que existe del tradicional juego de pelota en México, encontró en la capital del país el lugar perfecto para poder preservar esta tradición, la cual se ha visto amenazada por las mismas autoridades que en 2009 decidieron demoler el pasajuegos de Balbuena, el único espacio destinado para la práctica de los juegos prehispánicos en la ciudad.
En 2008, el Gobierno del Distrito Federal emitió la Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible de los Juegos de Pelota de Origen Prehispánico, tan sólo un año después estas mismas autoridades anunciaron la construcción del Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México (CAEPCCM), conocido actualmente como el C5, nada más y nada menos que en el mismo espacio que ocupaba el pasajuegos de Balbuena.
Desde entonces, quienes practican este deporte han acudido a instancias como la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, la cual emitió una recomendación en 2009, en la que determinó que el Gobierno capitalino y la delegación Venustiano Carranza habían violado los derechos a la cultura y de las poblaciones indígenas y pidió restituir un espacio para este deporte. El Gobierno de la CdMx aceptó la recomendación, mientras que la entonces jefatura delegacional aclaró que no tenía injerencia en el asunto.
Trece años han pasado desde que la Comisión de Derechos Humanos capitalina emitió la recomendación, la cual se mantiene como parcialmente aceptada. Los denunciantes señalan que en este tiempo las autoridades capitalinas no han solucionado el problema, y aunque les entregaron en 2014 una cancha, ésta no cumple con las especificaciones necesarias para poder practicar el juego de pelota mixteca.
SinEmbargo solicitó entrevistas con la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Pueblos y Barrios Originarios y Comunidades Indígenas Residentes así como el Instituto del Deporte para conocer su postura sobre el tema, pero hasta el cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
UN DEPORTE Y PATRIMONIO CULTURAL
El Juego de Pelota fue una de las prácticas más comunes de las culturas mesoamericanas pues se han encontrado vestigios en estados como Zacatecas hasta países como Costa Rica. De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), no existe una fecha exacta de cuándo se inventó, pero los registros más antiguos están relacionados con las culturas maya y olmeca.
Entre las modalidades más representativas en el territorio mexicano se encuentra el juego de pelota mixteca, purépecha, urasca y ulama (esta última practicada en comunidades de Sinaloa). Las diversas variantes del juego dependen de la manera como se le pega a la pelota, ya sea con la mano, un bastón, el pie o la cadera.
Además de ser una actividad deportiva, el juego de pelota era un ritual de gran importancia política y religiosa que simbolizaba la regeneración de la vida y servía para garantizar el orden cósmico. Asimismo, diversos especialistas indican que durante esta práctica también existían las apuestas y se resolvían conflictos.
Tal es la relevancia del juego de pelota, que fue reconocido por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Patrimonio Cultural y Deportivo de la Humanidad.
UNA AMENAZA A LA TRADICIÓN
A inicios de los años 40, el arribo a la capital de cientos de personas de origen mixteco provenientes del estado de Oaxaca ayudó a que el juego de pelota comenzara a popularizarse en la ciudad, esta situación provocó que en el deportivo del Jardín Balbuena, ubicado en la Alcaldía Venustiano Carranza, se instalara un “pasajuegos”, nombre que recibe el lugar para practicar el Juego de Pelota Mixteca.
Por más de 50 años, el pasajuegos de Balbuena fue el punto de reunión para todas las personas que gustaban de practicar o aprender sobre el Juego de pelota mixteca y se volvió en un punto clave para preservar esta tradición.
Derivado del gran auge que tuvo el Juego de pelota mixteca en la capital, el 27 de octubre de 2008, el entonces Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, emitió la Declaratoria de Patrimonio Cultural Intangible de los Juegos de Pelota de Origen Prehispánico denominados pelota tarasca y pelota mixteca en sus tres modalidades: pelota de hule, pelota de forro y pelota de esponja.
“La práctica de los juegos de pelota de origen prehispánico refuerza la identidad en torno a un patrimonio cultural de todos los mexicanos y particularmente de los habitantes de la ciudad , y el establecimiento, o en su caso, la protección de los juegos de pelota prehispánicos y los espacios idóneos para practicarlos, fortalece las redes sociales de quienes los practican, organizan y promueven”, indica la declaratoria publicada en la Gaceta Oficial.
A pesar de la garantía de las autoridades por proteger los juegos prehispánicos en la capital del país, un año después el Gobierno del Distrito Federal anunció la construcción del Centro de Atención a Emergencias y Protección Ciudadana de la Ciudad de México (CAEPCCM), conocido actualmente como el C5, en el espacio que ocupaba el pasajuegos de Balbuena.
La medida tomó por sorpresa a la comunidad que practicaba el juego de pelota mixteca y a los miembros de la Asociación Mexicana de Jugadores de Juegos de Origen Prehispánico (AMJJOP). Cornelio Pérez, quien en ese entonces se desempeñaba como presidente de la agrupación, no se quedó con los brazos cruzados y pidió explicaciones al Gobierno de la Ciudad de México, pero no obtuvo respuestas.
Pese a los esfuerzos y rechazo de la comunidad que defendía la conservación del pasajuegos de Balbuena, finalmente este fue demolido y un año más tarde, el 22 de junio de 2009, fue inaugurado el centro de operaciones del C5.
«Eran campos que tenían casi 50 años de historia, ya había una tradición. Eran espacios donde se juntaban distintas poblaciones de personas de Oaxaca, a ver el juego, a jugarlo o simplemente a comer lo que se comía ahí, pero al Gobierno eso no le importó», indicó Cornelio Pérez en entrevista con SinEmbargo.
UNA LUCHA QUE NO ACABA
La demolición del pasajuegos Balbuena provocó que Cornelio Pérez y los Integrantes de la Asociación Mexicana de Jugadores de Juegos de Origen Prehispánico presentaran el caso ante la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), organismo que determinó en 2009 que el Gobierno capitalino y la delegación Venustiano Carranza habían violado los derechos a la cultura y de las poblaciones indígenas, además, reclamó la restitución de un espacio para los jugadores de pelota prehispánica, o el acondicionamiento de uno nuevo que cumpliera con los requerimientos necesarios para el desarrollo de estas prácticas y la creación de un programa para su difusión entre la población capitalina.
La recomendación 25/2009 fue aceptada ese mismo año por el Gobierno del Distrito Federal, pero rechazada por la delegación Venustiano Carranza al argumentar que no tenía injerencia en las obras que se realizaban en el espacio deportivo, pues era el Gobierno capitalino quien tenía la posesión del inmueble y la demarcación sólo se encargaba de la administración.
«El hecho de que diversas autoridades del Distrito Federal, así como la Delegación Venustiano Carranza hayan tomado medidas que afectaran a los integrantes de la Asociación Mexicana de Jugadores de Juegos de Origen Prehispánico, A.C., sin haberles consultado mediante un procedimiento adecuado que tuviera como finalidad llegar a un acuerdo con ellos, constituyó una violación a sus derechos humanos», indica la recomendación.
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Trece años han pasado desde que la Comisión de Derechos Humanos capitalina emitió la recomendación, la cual se mantiene como parcialmente aceptada. Los denunciantes señalan que en este tiempo las autoridades capitalinas no han dado solución total al problema, les entregaron en 2014 una obra que no cumple con las especificaciones necesarias para poder practicar el juego de pelota mixteca y se rehusan a escuchar las peticiones de los afectados.
“Después dieron un espacio alterno que está cerca del aeropuerto, que ese espacio no sirve porque tiene una mala orientación. A fin de cuentas tuvieron que demoler todo lo que había en ese nuevo espacio que ya se estaba construyendo […] De plano no quisieron escuchar, continuó la obra, nunca la terminaron, salió el Gobierno de Ebrard, entró el de Mancera, tratamos de entablar pláticas y nunca nos recibió”, indicó Cornelio Pérez.
Detalló, además, que después de insistir por varios años se determinó que las nuevas canchas se quedarían en el espacio otorgado por el Gobierno de la Ciudad de México (ubicadas en el Deportivo Rafael Pelón Osuna en la Alcaldía Venustiano Carranza) y fue hasta 2017, cuando José Ramón Amieva, Secretario de Gobierno de Miguel Ángel Mancera, aceptó reunirse con los miembros de la asociación y prometió en entregar una partida presupuestal para concluir la cancha, pero esto no sucedió pues los recursos fueron destinados para las labores de reconstrucciones debido al sismo del 19 de septiembre.
Nashieli Ramírez Hernández, Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México (CDHCM), indicó que la recomendación no ha sido sencilla de cumplir y reconoció que aún quedan cuestiones por cumplir.
«Lo que a nosotros nos han dicho hasta ahora es que tiene todavía cuestiones pendientes de acondicionamiento que la están solventando y parte del asunto fue que se cruzaron estos dos años de pandemia», aseguró la Ombudsperson capitalina en entrevista con SinEmbargo.
La Presidenta de la CDHCM dijo que a pesar de que los tiempos para el cumplimiento de la recomendación ya fueron rebasados, lo único que podría hacer la Comisión es marcar el estatuto como incumplido para que los denunciantes puedan recurrir a otras instancias.
«Lo que podríamos hacer tendría que ser en concordancia con los propios quejosos y darla como totalmente incumplida o parcialmente incumplida que eso es lo que está pasando hasta que concluyera y lo único que tendrían la asociación es ir a otra instancia, agotar de entrada las instancias nacionales y después irse a instancias internacionales si así lo requieren, pero estás hablando de un proceso que estaría llevando otros tantos de años».
LAS REGLAS DEL JUEGO DE PELOTA MIXTECA
El INAH detalla que el actual juego de pelota mixteca tuvo sus orígenes en la época prehispánica. Actualmente se practica en los estados de Oaxaca, Guerrero, Puebla y Ciudad de México, así como en las ciudades de Fresno y Los Ángeles, en Estados Unidos, donde radican migrantes mixtecos. En el juego generalmente intervienen dos equipos de cinco jugadores cuyo equipamiento consiste en un guante o manopla para golpear la pelota.
El Juego de Pelota Mixteca tiene tres modalidades: la de hule, que se juega con un guante protector hecho de carnaza que pesa hasta 5 kilogramos; la de forro en la cual, la mano se protege con un venda; y la del Valle, donde se utiliza una tabla en la mano y una pelota de esponja.
El guante se sujeta de la muñeca con correas. El anverso está conformado por capas de piel aplanadas y cubierto de clavos también aplanados. La pelota mide entre 8 y 10 cm, llega a pesar hasta 280 g y casi siempre es de hule. Existen otras variantes del juego que se practican con guante de carnaza y pelotas de forro de gamuza o de esponja; con esta última se juega con manoplas de madera.
La cancha o pasajuego es un espacio abierto de 100 m de largo por 11 m de ancho delimitado por líneas paralelas que se denominan escaces laterales. En el espacio de la cancha se ubica la botadera o saque, una piedra aplanada que sirve para iniciar el juego. A 25 m del saque hay dos líneas paralelas transversales separadas por 8 m cuya área se denomina cajón.
El juego comienza en el momento en que un jugador rebota la pelota sobre la botadera y la lanza en la zona del cajón para que el equipo contrario la devuelva al vuelo o después de un rebote. El juego se continúa así hasta que se comete una falta.
Los chazeros fungen como jueces o árbitros para asegurar el correcto desarrollo de la competencia. Son ellos también quienes llevan el conteo de los puntos, que es muy similar al del tenis: 15, 30, 40 y tanto. El equipo ganador es quien obtenga 3 de 5 tantos.
Si bien el juego de pelota mixteca puede efectuarse en momentos de ocio, son de mayor importancia los eventos que se realizan en fechas especiales como las celebraciones patronales de las comunidades.