Transparencia Internacional otorga una puntuación a cada uno de los 180 países evaluados en función de su nivel de percepción de la corrupción. La media global se mantiene en 43 puntos por décimo año consecutivo, aunque dos tercios de los países no llegan a aprobar, con 27 que obtienen la puntuación más baja de su historia.
Ciudad de México, 25 de enero (SinEmbrgo/EFE).- El combate contra la corrupción ha quedado prácticamente estancado en la última década y casi el 90 por ciento de los países no registra avances, según el último informe de Transparencia Internacional (TI), que sitúa a Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda a la cabeza de esa estrategia.
La ONG, que publica hoy el Índice de Percepción de la Corrupción (CPI) de 2021, alerta además de que si los gobiernos continúan utilizando la pandemia de COVID-19 para erosionar los derechos humanos y la democracia, la corrupción podría empeorar a mayor velocidad.
«Muchos países han utilizado la pandemia como una excusa para cercenar libertades básicas y esquivar el sistema de pesos y contrapesos», denuncia el informe de la organización, con sede en Berlín.
TI otorga una puntuación a cada uno de los 180 países evaluados en función de su nivel de percepción de la corrupción. La media global se mantiene en 43 puntos por décimo año consecutivo, aunque dos tercios de los países no llegan a aprobar, con 27 que obtienen la puntuación más baja de su historia.
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Dinamarca, Finlandia y Nueva Zelanda, los tres con 88 puntos sobre un máximo de 100, encabezan la clasificación, mientras que Somalia (13), Siria (13) y Sudán del Sur (11) obtienen de nuevo las puntuaciones más bajas del índice.
En esta última década, 154 países han sufrido un deterioro en la percepción de la corrupción o no han avanzado sustancialmente. Preocupa especialmente la situación de algunas regiones como Centroamérica, donde crece el autoritarismo en países como Nicaragua o El Salvador.
Desde 2012, 23 países han decaído en el índice, entre ellos algunas economías avanzadas, como Australia (73), Canadá (74) y Estados Unidos (67), que, por primera vez, deja de estar entre los 25 países mejor calificados.
En cambio, 25 países han mejorado significativamente sus puntuaciones, entre ellos Estonia (74), Seychelles (70) o Armenia (49).
En 2021, entre las grandes potencias, además de Estados Unidos, que se mantiene con los mismos resultados del año pasado, China escala tres puntos, con una puntuación de 45 frente a los 42 anteriores, mientras que Rusia cae de 30 a 29.
En este nuevo informe España baja un punto en la clasificación, de los 62 que obtuvo en el informe anterior, a los 61, y desciende desde el puesto 32 al 35, entre Lituania e Israel.
Este estancamiento general en la lucha contra la corrupción está relacionado, según la ONG, con los abusos a los derechos humanos y con el deterioro de la democracia en todo el mundo.
El informe destaca que los países que vulneran las libertades civiles obtienen de forma consistente puntuaciones más bajas en el índice.
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Delia Ferreira Rubio, presidenta de Transparencia Internacional, afirma que el respeto de «los derechos humanos es más que algo deseable en la lucha contra la corrupción. Los modelos autoritarios destruyen los controles y contrapesos independientes y hacen que tomar acción contra la corrupción dependa de los caprichos de una élite».
DERECHOS HUMANOS CONTRA LA CORRUPCIÓN
El informe denuncia que «la complacencia en la lucha contra la corrupción da pie a violaciones de derechos humanos de mayor gravedad y socava la democracia, detonando así una espiral viciosa».
La erosión de los derechos y libertades y el debilitamiento de la democracia son el caldo de cultivo para el avance del autoritarismo, lo que contribuye aún más a aumentar la corrupción.
De los 23 países que han empeorado significativamente su clasificación en estos últimos diez años, 19 también han perdido puntos en cuestión de libertades civiles.
La ONG señala que de los 331 asesinatos de defensores de los derechos humanos que se registraron en 2020, el 98 por ciento se produjo en países con calificaciones por debajo de 45.
Destaca Filipinas, que obtiene una puntuación de 33, continuando con la caída que inició en 2014 cuando Rodrigo Duterte llegó al poder.
También Venezuela registra en este índice su calificación más baja hasta la fecha, con tan sólo 14 puntos, consecuencia de haber acallado el régimen de Nicolás Maduro «el disenso entre sus rivales políticos, periodistas e incluso trabajadores sanitarios».
Malí ha enfrentado numerosas crisis políticas, institucionales y de seguridad, incluyendo tres golpes de estado militares, en los últimos diez años, lo que ha arrastrado la puntuación del país a los 29 puntos, en consonancia con el declive de las libertades civiles fruto de un conflicto armado que socava las funciones clave del Estado.
Pero incluso los países democráticos han visto en la última década un retroceso tanto en las medidas anticorrupción como en los derechos humanos.
La puntuación de Polonia en el Índice, por ejemplo, ha caído a 56, debido a la represión del activismo por parte del Gobierno mediante leyes sobre el insulto y la grave limitación de la libertad en los medios de comunicación.
Daniel Eriksson, director general de Transparencia Internacional, señala que «en contextos autoritarios en los que el Gobierno, las empresas y los medios de comunicación están controlados por unos pocos, los movimientos sociales son el último recurso para poner freno al poder».
Which countries will top the list? Which will be at the bottom? Stay tuned for our Corruption Perceptions Index 2021 results! #CPI2021 pic.twitter.com/AldykEme64
— Transparency International (@anticorruption) January 22, 2022
La ONG urge en su informe a los gobiernos a cumplir sus compromisos en la lucha contra la corrupción y el respeto a los derechos humanos, y llama a la población del mundo entero a unirse y exigir el cambio.
«Será el poder de los educadores, emprendedores, estudiantes y personas comunes de todos ámbitos el que logrará que los poderosos rindan cuentas», concluye Eriksson.
MÉXICO, SIN AVANCE EN EL ÍNDICE DE CORRUPCIÓN
México mantuvo una calificación de 31 puntos en el Índice de Percepción de la Corrupción, la misma que en 2020 en una escala que va de cero a 100, donde 100 sería la mejor calificación posible. Con esa calificación, el país latinoamericano se ubica en la posición 124 de los 180 países evaluados por Transparencia Internacional.
Índice de Percepción de la Corrupción 2021
México obtiene una calificación de 31 puntos en el #IPC2021 (la mejor calificación posible es 100 puntos) y se ubica en la posición 124 de 180 países evaluados.
Consulta el informe y las recomendaciones en: https://t.co/Rl0saMyNrF
— Transparencia Mexicana (@IntegridadMx) January 25, 2022
En el Índice de Percepción de la Corrupción, México comparte la misma calificación (31 puntos) que Gabón (África Central), Níger ( África Occidental) y Papúa Nueva Guinea (Oceanía).
TI destacó que México sigue siendo el país peor evaluado en términos de corrupción de los 38 países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En el G20, México ocupa la posición 18, por encima de Rusia que se ubicó en la posición 19. La Unión Europea, que también forma parte del G20, no es evaluada en bloque sino por país.
En ese sentido, TI lamentó que las promesas hechas en campaña electoral de lucha contra la corrupción no llegan en la mayoría de casos a materializarse.
Dice que en México no se ha avanzado nada este año pese a la retórica anticorrupción del Presidente Andrés Manuel López Obrador. Destaca los grandes escándalos de corrupción que involucran a colaboradores del Gobierno y las críticas por uso político y electoral de la Fiscalía General de la República, que pese a gozar en muchos casos de autonomía formal, no son vistas como órganos independientes al Gobierno.
Por lo anterior, la ONG emitió una serie de recomendaciones para México como pasar de las investigaciones de corrupción a las sanciones efectivas; las instituciones y organismos que forman parte del Sistema Nacional Anticorrupción deben ser evaluados en términos de su desempeño individual, con un enfoque de resultados y no sólo de procesos, así como mantener la intervención de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en materia anticorrupción.
En la recuperación de activos, TI señaló que el Gobierno federal debe de cumplir la promesa gubernamental de “devolverle al pueblo lo robado”, además de aprovechar el amplio apoyo social en esta materia para enfrentar a las redes de corrupción que se mantienen vivas, operantes, y en muchos casos vinculadas a redes criminales.