La Secretaria de Energía de Estados Unidos confió en que los gobiernos de Joe Biden y Andrés Manuel López Obrador podrán resolver el tema de la Reforma Eléctrica que afectaría la participación extranjera en el sector energético mexicano.
Ciudad de México, 21 de enero (EFE).– La Secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm, expresó este viernes las «preocupaciones» de Washington en su visita en México por el «potencial impacto negativo» de la Reforma Eléctrica que impulsa el Presidente Andrés Manuel López Obrador.
«En cada reunión, expresamente transmitimos las preocupaciones reales de la administración Biden-Harris por el potencial impacto negativo de las reformas energéticas propuestas en México en la inversión privada de Estados Unidos en México», declaró Granholm.
La Secretaria realizó una gira de dos días en México, donde se reunió el jueves con López Obrador, en medio del debate público sobre la polémica reforma constitucional que, de aprobarse, limitaría al 46 por ciento la participación privada en generación eléctrica para favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa del Estado.
Tuve una cordial conversación con la secretaria de Energía de Estados Unidos, Jennifer Granholm. Tratamos asuntos de interés para nuestros pueblos y naciones; prevaleció el respeto, el entendimiento y la voluntad de cooperación para el desarrollo. pic.twitter.com/v5EvQvfZG7
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) January 21, 2022
Aunque el Presidente aseveró en su rueda de prensa matutina este viernes que Granholm entendió que la «misión» de la reforma eléctrica «es desterrar la corrupción», la representante de Washington advirtió de riesgos.
«La reforma propuesta podría también dificultar los esfuerzos conjuntos de Estados Unidos y México en energía limpia y clima.
Debemos mantener y realzar los mercados energéticos abiertos y competitivos que traen beneficios a Norteamérica», manifestó en su pronunciamiento.
La propuesta del Gobierno mexicano también eliminaría los reguladores autónomos de energía y priorizaría a las plantas fósiles de CFE sobre las renovables de privados, por lo que podría contravenir al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Por ello, la visita de la Secretaria ocurrió en medio de una creciente presión de legisladores demócratas y republicanos, además de empresas estadounidenses.
«Me aseguraron que México está comprometido a respaldar la energía limpia y a resolver actuales disputas con proyectos de energía dentro del marco de la ley», afirmó Granholm.
En su pronunciamiento, Granholm destacó que si México aprovechara las fuentes renovables podría abastecer a su país «al menos 10 veces» y crear «millones de empleos bien pagados» al desarrollar una «industria extraordinaria de exportación para un mundo en necesidad de soluciones de energía limpia».
En sus prioridades, la funcionaria de Washington enunció colaboraciones en energía geotérmica, la integración de renovables a la red y la electrificación rural, entre otros.
«Relaciones colaborativas e innovadoras son lo que América del Norte necesita para mantener nuestra ventaja competitiva en el mundo y la Administración Biden-Harris espera trabajar con México para asegurarse de que ambos tengamos éxito en crear una vía mutuamente respetuosa hacia nuestras metas compartidas de energía», indicó.
El Departamento de Energía recordó que México es el segundo socio comercial más grande de Estados Unidos y que las compañías estadounidenses son los «inversores más grandes en México».