El director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EU indicó que la COVID podría ser endémica sólo si no hay nuevas variantes que aludan la inmunidad.
Ginebra, 17 ene (EFE).- El principal asesor epidemiólogo del Gobierno de EU, Anthony Fauci, manifestó este lunes en Davos su esperanza en que el coronavirus vaya perdiendo letalidad y capacidad de provocar casos graves aunque, como otros expertos que intervinieron en el debate, pidió al mundo que siga alerta.
Un coronavirus «endémico», que ya no paralice las sociedades, es posible, pero «sólo se dará este caso si no aparecen nuevas variantes que eludan la inmunidad de cepas anteriores», subrayó Fauci en un debate virtual celebrado por el Foro de Davos sobre la evolución de la pandemia.
El también director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EU descartó la posibilidad de que la COVID-19 sea totalmente erradicada, «algo que en la historia de las infecciones sólo ha ocurrido en una ocasión, con la viruela».
Fauci contempló en cambio como posible escenario, aunque aún no seguro, que el coronavirus pueda ser «controlado» en la medida en que no produzca grandes alteraciones de la vida social, como ocurre con las olas estacionales de gripe y otras enfermedades respiratorias.
La profesora de enfermedades contagiosas emergentes de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, Annelies Wilder-Smith, coincidió en que es demasiado pronto para bajar el nivel de la COVID-19 de «pandemia» a «endemia».
«Es muy probable que surjan nuevas variantes del coronavirus, la cuestión es si serán más o menos peligrosas», señaló en la sesión dedicada a la pandemia del Foro de Davos, que esta semana celebra conferencias en formato virtual debido a la actual ola de contagios vinculados a la variante Ómicron.
«Basándonos en las ventajas evolutivas de un virus, lo más probable es que se atenúe y se asocie a casos menos graves (…) ya que le conviene ser más contagioso sin causar la muerte del organismo anfitrión», explicó la experta.
Pese a ello, «el mundo debe estar preparado para la peor de las posibilidades, aunque no sea la más probable», en el sentido de que pueda surgir una nueva variante muy contagiosa y a la vez altamente letal.