Las autoridades mexiquenses determinaron que Jesús Alejandro fue responsable del feminicidio de Diana Velázquez Florencio, una joven de 24 años de edad que fue asfixiada en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México, en julio de 2017.
Ciudad de México, 14 de enero (SinEmbargo).– Jesús Alejandro “N” recibió una sentencia de 93 años y tres meses de prisión por el feminicidio de Diana Velázquez Florencio, quien fue asesinada en el Estado de México en julio de 2017.
La organización Amnistía Internacional en México celebró la lucha de Lidia Florencio, madre de la joven Diana y quien buscó justicia para su hija desde que se dio a conocer que había sido violada y asfixiada en Chimalhuacán.
Hoy celebramos junto con la Sra. Lidia Florencio y su familia que finalmente se haya dictado sentencia condenatoria por el feminicidio de Diana Velázquez Florencio. Este es un paso hacia el acceso a la justicia. #JusticiaParaDiana #HastaSerEscuchadas? pic.twitter.com/bynL6YnS6e
— Amnistía Int. México (@AIMexico) January 15, 2022
«Felicitamos al equipo legal de la familia de Diana Velázquez por lograr una sentencia digna que consideró los más altos estándares para la sanción de un feminicidio. Continuamos apoyando la lucha para que los delitos por violencia sexual en el caso de Diana no queden impunes», dijo AI por medio de Twitter.
El sentenciado también recibió multas de un millón 260 mil pesos en reparación del daño material y 241 mil pesos por reparación del daño moral.
La madrugada del 2 de julio de 2017, Diana Velázquez Florencio salió de su casa sólo para realizar una llamada telefónica, sin embargo, nunca regresó.
A la mañana siguiente, alrededor de las 8:00 am, Lidia Florencio y Laura Velázquez, madre y hermana de Diana, acudieron a la Fiscalía de Chimalhuacán a interponer el reporte de desaparición.
La joven, de entonces 24 años, fue violada y estrangulada en Chimalhuacán, Estado de México. El cuerpo de Diana fue localizado en la vía pública, pero inicialmente fue reportado como el cadáver de un hombre. Después fue apilado en la morgue de Nezahualcóyotl donde su hermana lo encontró “por casualidad”.