Luis Echeverría cumple cien años en medio del silencio de su casona de San Jerónimo y con el estigma histórico de ser un represor de las libertades democráticas. Truculento, perverso, inmoral, en su sexenio no sólo acometió contra la disidencia de izquierda y la libertad de expresión sino que se confrontó con la derecha y el empresariado.
Ciudad de México, 17 de enero (SinEmbargo).– Luis Echeverría Álvarez, Presidente de México entre 1970 y 1976, ha cumplido este lunes 17 de enero cien años de edad.
En su casa de Magnolia 131, en la colonia San Jerónimo Lídice de la Ciudad de México, Echeverría ha vivido desde antes de que, hace 45 años, dejó el poder en medio del descrédito.
Acusado de genocidio, sentenciado y absuelto, esta casa ha sido su cárcel y será también su sepulcro.
El jueves 13, cuando el fotoperiodista Cri Rodríguez y yo acudimos a su casa, uno de los vigilantes que custodian la casa informó que el expresidente de México no estaba ahí, pero que para este lunes estaba prevista la celebración de su cumpleaños.
Echeverría llega al centenario de su nacimiento con el estigma histórico de ser un represor de las libertades democráticas, artífice como Secretario de Gobernación de Gustavo Díaz Ordaz de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco y como Presidente de México responsable de la represión sangrienta del Jueves de Corpus de 1971, así como de la desaparición, tortura y asesinato contra mexicanos de los movimientos populares.
Truculento, perverso, inmoral, en su sexenio no sólo acometió contra la disidencia de izquierda y la libertad de expresión con la trama para expulsar del diario Excélsior a Julio Scherer García y la prohibición de expresiones musicales como el rock, sino que se confrontó con la derecha y el empresariado, que lo responsabilizó de la muerte del patriarca Eugenio Garza Sada, en 1973, en un intento de secuestro de la Liga Comunista 23 de Septiembre.
Echeverría también destrozó y endeudó la economía del país. Fue el iniciador de las crisis sexenales. Tomó el dólar en 12 pesos con 50 centavos y lo dejó en 25 pesos por unidad, una devaluación que derrumbó sus sueños de dirigir la ONU.
Investigado por la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, creada por el Gobierno de Vicente Fox, el expresidente de México fue declarado culpable, en 2006, del delito de genocidio por su responsabilidad en la matanza de Tlatelolco y el Jueves de Corpus.
Sin embargo, por su edad —en ese entonces de 87 años— sólo estuvo bajo prisión domiciliaría en su residencia de San Jerónimo, hasta que fue exonerado por un Tribunal, en marzo de 2009.
Solitario, en medio de escándalos familiares por su fortuna y ya sin la pensión como expresidente de México, a Echeverría lo persigue su pasado.
Ahora sus acciones de Gobierno estarán bajo el escrutinio de la Comisión para la Verdad y Justicia 1965-1990, integrada por el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador para esclarecer los hechos de violencia perpetrada por el Estado en ese periodo y brindar justicia a las víctimas.
Luis Echeverría cumple cien años con buena salud para su edad, en medio del silencio de su casona de San Jerónimo, y recordado más con improperios que con parabienes.