Los expertos atribuyen a Ómicron el aumento de contagios en el país durante los últimos 10 días, que ha sido ocho veces más que en diciembre, provocando un incremento de hospitalizaciones a la presión del servicio de salud pública que también e enfrenta a la escasez de personal.
Atenas, 8 de enero (AP/EFE).— El Gobierno de Grecia emitió el viernes una orden de movilización civil que obligará a algunos médicos del sector privado a brindar apoyo al servicio de salud estatal ante el repunte de infecciones de COVID-19 impulsado por la variante Ómicron.
La orden de emergencia entrará en vigor el próximo miércoles y afectará a especialistas en patología, neumología y anestesiología en cuatro regiones del norte de Grecia, donde los hospitales estatales sufren de una escasez severa de personal.
Los expertos atribuyen a la variante Ómicron el drástico incremento de infecciones —las cuales han sido ocho veces más que a mediados de diciembre— en los últimos 10 días, en los cuales han alcanzado niveles récord. El repunte no ha significado un marcado aumento en las admisiones en terapia intensiva, pero sí han provocado un ascenso de hospitalizaciones, sumándole presión al servicio de salud pública. Muchos hospitales padecen de escasez de personal a medida que más médicos y enfermeros contraen la enfermedad.
Las órdenes de movilización civil se utilizan para mantener en funcionamiento los servicios esenciales, y se han usado en ocasiones anteriores para contrarrestar los efectos de huelgas. La orden actual requerirá que los médicos trabajen para el estado durante 15 días.
Afectará por un periodo de un mes a médicos que no hayan sido reclutados ya en las movilizaciones anteriores.
Este tercer reclutamiento desde que estalló la pandemia se produce en un momento en que se multiplican las bajas dentro de la Sanidad a causa de la variante Ómicron.
Dependiendo de la zona del país, las bajas por Ómicron afectan actualmente a entre el dos por ciento y el cuatro por ciento de la plantilla, según datos ofrecidos por la Viceministra de Sanidad, Mina Gagá.
A ello se añade que sigue habiendo muchos facultativos suspendidos por no haberse puesto todavía la vacuna, obligatoria en la Sanidad griega desde septiembre pasado.
Esta negativa dejó en ese momento sin empleo y sueldo a casi seis mil trabajadores de la sanidad pública, de los que 5 mil 305 eran personal sanitario (5.8 por ciento del total) y 447 médicos (2.1 por ciento).
