El regreso de Rafael Caro Quintero ha sido un argumento recurrente para explicar el incremento de violencia en Sonora, pero no es la única variable en una zona disputada por varios grupos.
Por Victoria Dittmar
Ciudad de México, 8 de enero (Insightcrime).– Los asesinatos incrementaron en el estado de Sonora, ubicado en el noroeste de México. Detrás de la violencia están el presunto retorno de un viejo narcotraficante, las disputas internas del Cártel de Sinaloa y la ofensiva por parte del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Sonora cerró el año 2021 con mil 765 asesinatos y un incremento del 20 por ciento en su tasa de homicidios, informó El Sol de Hermosillo. Algunos municipios como Cajeme y Empalme experimentaron aumentos de más de 40 por ciento. Además, la violencia en este estado fronterizo ha resultado en una crisis de desaparición forzada.
La lideresa de un grupo de búsqueda de personas desaparecidas recientemente emitió un comunicado para suplicar a los líderes criminales detener la violencia contra la población.
«Me veo en la necesidad de pedirles a ustedes, los jefes de los carteles en Sonora… [José Crispín] Salazar, [Rafael] Caro Quintero y demás líderes de carteles que no nos maten, que no nos desaparezcan”, dijo Cecilia Patricia Flores Armenta, dirigente del colectivo Madres Buscadoras de Sonora.
El escenario actual es complejo y serán necesarias acciones contundentes para hacerle frente. A continuación, InSight Crime proporciona una vista general de los principales actores criminales y de las circunstancias que han resultado en la ola de violencia que azota a esta importante ruta para el narcotráfico.
EL CÁRTEL DE CABORCA Y ASOCIADOS
El regreso de Rafael Caro Quintero ha sido un argumento recurrente para explicar el incremento de violencia en Sonora. Otrora uno de los principales narcotraficantes mexicanos, Caro Quintero salió de prisión en México en 2013 y continúa siendo uno de los hombres más buscados en Estados Unidos por el secuestro y asesinato en 1985 de Enrique Camarena, agente de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus iniciales en inglés). La narrativa que se reproduce en narcomantas, medios y comunicados de autoridades señala que el viejo capo ha regresado para crear su propia organización, denominada el Cártel de Caborca, y recuperar así el control de Sonora.
Según el diario Milenio, el Cártel de Caborca se formó en 2017 después de que Caro Quintero presuntamente convocara una reunión con sus familiares y subordinados para organizar la retoma de Sonora. No obstante, Caro Quintero parece ser solo una figura que alimenta la publicidad y misticismo del grupo. Dos periodistas de la zona que cubren temas de narcotráfico y quienes prefirieron no revelar sus nombres por seguridad aseguraron a InSight Crime que los familiares del viejo capo han estado históricamente involucrados en diversas economías criminales en Sonora y que Caro Quintero no participaría en las operaciones cotidianas. Sus sobrinos Rodrigo Páez Quintero y José Gil Caro Quintero parecen ser los cabecillas principales.
El Cártel de Caborca actualmente mantiene presencia en el noroccidente de Sonora, sobre todo en los municipios de Caborca y Magdalena de Kino. Según la consultora Lantia Intelligence, el Cartel de Caborca es uno de los grupos criminales que se consolidaron durante los primeros años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Para esto ha subcontratado a bandas locales como La Barredora y La Plaza como brazos armados. Su principal rival parece ser el Cartel de Sinaloa, especialmente los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, conocidos como «Los Chapitos».
Con «Los Chapitos» se disputa principalmente el control de las rutas hacia la frontera norte. Sonora colinda con los estados de Arizona y Nuevo México por lo que es un corredor importante para el trasiego de drogas, armas y personas a Estados Unidos.
Además, su acceso al Pacífico por el puerto de Guaymas permite la entrada de precursores químicos que llegan desde Asia para la producción de metanfetamina y fentanilo. Aunado a esto, Sonora es un importante productor de oro y litio. «Los Chapitos» y el Cártel de Caborca también parecen enfrentarse por el acceso a la actividad minera del estado, de la que obtienen rentas criminales por medio de extorsiones.
En ese sentido, para desplazar a los hijos de «El Chapo», el Cártel de Caborca parece haber unido fuerzas con algunos de sus principales rivales.
Uno de ellos es La Línea, el viejo brazo armado del Cártel de Juárez. Esta organización se disputa el territorio cercano al estado de Chihuahua con Los Salazar y Gente Nueva, dos clanes criminales asociados a «Los Chapitos». Varios medios locales han afirmado, citando inteligencia del Gobierno mexicano, que la alianza con La Línea se habría negociado mientras Caro Quintero seguía en prisión.
Por otro lado, según Lantia Intelligence, el Cártel de Caborca parece haber formado una alianza con la red de Fausto Isidro Meza Flores, alias «Chapo Isidro», un antiguo operador de la Organización Beltrán Leyva (OBL). Meza Flores presuntamente dirige una serie de bandas armadas en el sur de Sonora, especialmente en los municipios de Navojoa y Guaymas.
Desde la ruptura entre el Cartel de Sinaloa y la OBL en 2008, las redes asociadas al Chapo Isidro han estado en continuas disputas con los brazos armados del Cartel de Sinaloa. En Sonora, esta pugna se ha recrudecido en los últimos tres años, elevando los homicidios en el sur del estado.
EL CÁRTEL DE SINALOA
El Cártel de Sinaloa actualmente está experimentando disputas internas y Sonora se ha convertido en uno de sus principales campos de batalla. Por un lado operan las diversas facciones asociadas a «Los Chapitos» y por otro aquellas vinculadas al histórico líder Ismael Zambada, alias “El Mayo”.
Las redes de «El Mayo» se ubican sobre todo en el norte del estado, cerca de la frontera, desde donde se benefician del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. De hecho, a finales de septiembre de 2021, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a una serie de individuos cercanos a «El Mayo» que operan desde la ciudad fronteriza de Nogales y que trafican “toneladas de fentanilo” hacia el norte.
Mientras que las facciones ligadas a «El Mayo» parecen llevar un perfil relativamente bajo y estar más enfocadas en el aspecto comercial, los principales generadores de violencia son los brazos armados de «Los Chapitos» –como Los Salazar y Gente Nueva– y otras células menores asociadas como Los Cazadores y Los Rumas. Esta red tiene presencia en casi todo el estado y han estado involucrados en muestras de violencia pública, amenazas a la población y asesinatos.
El modus operandi violento de «Los Chapitos» y sus asociados parece haber sido el origen de las tensiones dentro del Cártel de Sinaloa, según dijo a InSight Crime a principios de 2021 la periodista Anabel Hernández, quien es experta en esta organización criminal.
“’Los Chapitos’ son en este momento un problema grande para el Cartel de Sinaloa. Siguen respetando la jerarquía pero están fuera de control de «El Mayo». No cumplen con acuerdos y están generando mucha violencia”, dijo Hernández. InSight Crime pudo confirmar esto durante una visita a la frontera entre Sonora y Arizona.
En julio de 2021, por ejemplo, se reportaron balaceras durante tres días en Magdalena de Kino, presuntamente causadas por enfrentamientos entre facciones asociadas a «Los Chapitos» y al Mayo. Milenio también reportó que la célula criminal Los Rusos, ligada al Mayo, se enfrenta a «Los Chapitos» en Sonora y en el estado vecino de Baja California.
El CJNG
Finalmente, el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), que mantiene una constante guerra con el Cartel de Sinaloa en varias regiones del país, también ha empezado a tener influencia en Sonora, aunque hasta ahora parece ser limitada.
Algunos medios aseguran que el CJNG ha expandido su presencia desde el sur del estado y también por la frontera norte desde Baja California. Otros mencionan que el grupo está presente en la zona de serranía y el centro de Sonora. Además, sicarios que presuntamente pertenecen al CJNG y que fueron vinculados a ataques violentos han sido arrestados en el cruce fronterizo San Luis Río Colorado y ejecutados en el municipio de Empalme, en el suroeste del estado.
El principal interés del CJNG en Sonora parece ser el acceso a los corredores de droga y cruces fronterizos para mover fentanilo hacia Estados Unidos.