La nueva demora supone otro revés para los restaurantes, bares, tintorerías y demás negocios que tienen a los oficinistas como clientes principales.
Por Anne D’Innocenzio
NUEVA YORK, 10 de diciembre (AP).— Compañías de todos los tamaños se están replanteando sus planes para que sus trabajadores regresen a las oficinas mientras la nueva variante del coronavirus, Ómicron, aporta una nueva capa de incertidumbre.
Google, de Alphabet, y Ford Co., la segunda mayor automotriz de Estados Unidos, son algunas de las que han vuelto a retrasar sus planes de vuelta al trabajo presencial, mientras que otras cuyos empleados ya ocupaban sus escritorios están considerando incorporar nuevas medidas de precaución como el uso obligatorio de mascarilla.
En los últimos días, las autoridades de Gran Bretaña, Dinamarca, Noruega y Suecia pidieron a la población que trabaje desde casa siempre que sea posible debido a la preocupación por la nueva variante.
Meta, antes conocida como Facebook, y la empresa de autos con conductor Lyft anunciaron por separado el martes que permitirán que sus trabajadores demoren la vuelta a las oficinas cuando éstas vuelvan a abrir totalmente a principios del próximo año. Meta mantiene sus planes de reabrir su sede a finales de enero, pero sus empleados tendrán hasta junio para incorporarse. Lyft, por su parte, no exigirá presencialidad durante todo 2022, aunque sus oficinas estarán operativas nuevamente en febrero, como estaba previsto.
Janelle Gale, vicepresidenta de recursos humanos de Meta, apuntó que esta última decisión reconoce que «algunos no están listos para volver».
Estas medidas son el último indicio de lo dificil que es para las empresas establecer planes firmes para el regreso obligatorio de sus empleados a sus oficinas mientras la preocupación por el repunte de los contagios o las nuevas variantes sigue demorando los plazos. Este otoño, la Delta hizo que muchas grandes empresas retrasasen la vuelta hasta principios del año próximo.
«Hace un año y medio pensábamos que esto sería para muy poco tiempo», dijo Levin-Scherz, responsable de salud pública en Willis Towers Watson, una empresa de asesoría global. «Pero la pandemia nos ha lanzado muchos retos, y las compañías tienen que seguir siendo ágiles».
Una encuesta realizada por la firma entre 543 empresas con un total de 5.2 millones de empleados mostró que, en promedio, el 34 por ciento de trabajadores que podían trabajar a distancia seguían haciéndolo, pero que la cifra bajaría al 27 por ciento en el primer trimestre de 2022. La consulta es anterior a la aparición de la variante Ómicron.
La nueva demora supone otro revés para los restaurantes, bares, tintorerías y demás negocios que tienen a los oficinistas como clientes principales. Los más afectados son aquellos que están en zonas céntricas de ciudades como Nueva York, donde proliferan los edificios de oficinas que siguen prácticamente vacíos.
El cambio de planes se produjo a pesar de que las autoridades de salud de Estados Unidos señalaron que los primeros indicios sugieren que Ómicron es menos peligrosa que Delta, que sigue siendo la principal causa de hospitalización.
Lawrence Gostin, experto en salud pública en la Universidad de Georgetown, no cree que haya información científica suficiente sobre Ómicron para justificar el retraso de la vuelta a las oficinas.
«Va a haber un flujo constante de nuevas variantes, así como de repuntes y descensos de los casos», afirmó Gostin. «No deberíamos interrumpir la actividad empresarial normal con cada posible desencadenante».
La protección por capas, como mascarillas, vacunación y ventilación, es altamente eficaz para evitar la propagación del coronavirus en los lugares de trabajo, apuntó el experto.